BMJ ha publicado un artículo titulado "El principio del fin del Sistema Nacional de Salud español". La revista lo enmarca bajo el epígrafe de "El asalto al universalismo", es decir al derecho de todos los ciudadanos al acceso a servicios básicos como la sanidad. En diciembre del año pasado BMJ publicó "El asalto al universalismo: cómo destruir el estado de bienestar" que ha tenido un amplio eco que ha trascendido el mundo profesional médico.
Los autores relatan cómo las estrategias para la destrucción del estado de bienestar, inspiradas en el modelo social americano, han llegado a España, cuyo gobierno ha cambiado por decreto el Sistema Nacional de Salud.
Desde la Ley General de Sanidad de 1986, los ciudadanos españoles y los extranjeros residentes en el país teníamos derecho a una asistencia sanitaria financiada a través de los impuestos y gratuita en el punto de asistencia.
El Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, con la excusa de reducir el gasto sanitario, supone una vuelta a un modelo de atención a la salud en el que este derecho se restringe a los asegurados y deja de ser reconocido a todos los ciudadanos y residentes.
El decreto establece nuevas carteras de servicios a prestar a los asegurados, clasificados como básicos, complementarios y auxiliares. Prestación que puede ser hacerse a través de proveedores públicos o privados.
Los autores mencionan que el gobierno español justifica la reforma con la excusa del ahorro de costes sanitarios, en la línea argumental del ministro de estado del gobierno británico, mientras que otros consideran que este argumento es sólo una excusa para privatizar el patrimonio público en contra de los deseos del electorado.
En este blog ya hemos tratado (ver enlaces al pie), desde el punto de vista de la seguridad del paciente, la medidas contenidas en el Decreto-ley 16/2012. Respecto al asunto de este artículo, es conocido que sistemas de salud como el de Estados Unidos de América son menos eficientes que los hasta ahora vigentes en el Reino Unido o en España. Es decir, son más caros y llevan a peores indicadores de salud entre la población.
La exclusión de un sector de la población del acceso gratuito al servicio público de salud supondrá que algunos pacientes no reciban tratamientos adecuados, lo que tendrá consecuencias en su salud y en su esperanza de vida. La presunta disminución del gasto sanitario invocada es más que dudosa: no es más barato atender a un paciente en urgencias hospitalarias que en un centro de salud, por ejemplo. Pero también supondrá un riesgo para el conjunto de la población, especialmente en materia de enfermedades infecciosas, de contagio más probable cuantas más personas permanecen infectadas por no recibir el tratamiento oportuno. Al retroceder en el tiempo nuestro sistema de salud es previsible que volvamos también a patrones epidemiológicos propios de otras épocas que creíamos ya superadas.
El nuevo modelo de atención, como el americano en el que se inspira, previsiblemente empeorará los resultados en salud, comprometerá la seguridad de los pacientes y aumentará el gasto sanitario.
+ info:
Minué-Lorenzo S, García Gutiérrez JF, Mercader-Casas JJ. Beginning of the end
for Spain's national health system. BMJ. 2012 May 8;344:e3213. doi:
10.1136/bmj.e3213.
Ver en este blog, sobre las medidas del Decreto-ley 16/2012:
La prescripción y los Doce Trabajos de Heracles: más allá del principio activo
Desfinanciación de medicamentos seguros y eficaces: ¿es mejor financiar los menos seguros, menos eficaces y más caros?
La semFYC advierte de los riesgos sanitarios de dejar a los inmigrantes sin atención continuada
Publicado por Sano y salvo
El principio del fin del sistema nacional de salud español
La OMS apuesta por la difusión de alertas de seguridad de medicamentos con una sección en su boletín farmacoterapéutico
La OMS establece que una alerta o señal de farmacovigilancia es cualquier información comunicada de una posible relación causal entre un acontecimiento adverso y un fármaco, cuando previamente esta relación era desconocida o estaba documentada de forma incompleta. El proceso de revisión de las notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamentos encaminado a detectar problemas de seguridad se denomina, por tanto, generación de alertas o de señales. Por lo general, se requiere que haya más de una notificación para que genere una alerta, dependiendo de la gravedad del acontecimiento adverso y de calidad de la información.
El UMC gestiona una base de datos de notificaciones de seguridad de casos individuales llamada VigiBase. Las notificaciones provienen de los centros nacionales de farmacovigilancia de los países incorporados al programa de la OMS. VigiBase contiene actualmente cinco millones de registros de casos individuales en los que hay identificados medicamentos que se han evaluado como sospechosos de contribuir a una reacción adversa en el paciente expuesto. Hasta este año, sólo unas 450 personas, mayoritariamente profesionales de los centros de farmacovigilancia de los diferentes países, recibían información periódica sobre las alertas generadas por el UMC tras el análisis de los datos incorporados a VigiBase.
Nuestros compañeros de “Hemos Leído” nos informaron a primeros de mayo en su blog de que el UCM y la OMS habían decidido realizar una mayor difusión de las alertas de farmacovigilancia que genera el centro colaborador, para que esta valiosa información pueda llegar a un mayor número de profesionales sanitarios y contribuir, de esta forma, a un mayor conocimiento del perfil de seguridad de los medicamentos. Para ello, se ha incluido un nuevo apartado en el Pharmaceuticals Newsletter de la OMS (el boletín de la OMS que revisa aspectos de seguridad y efectividad de los medicamentos) en el que se publicarán las alertas más relevantes generadas por el UCM.
En el primer número de este año figuran las alertas que describen la posible relación entre el tratamiento con saxagliptina y el desarrollo de pancreatitis y entre el tratamiento con venlafaxina y la aparición de preeclampsia, eclampsia y otras complicaciones del embarazo. En el segundo número podéis leer las alertas relativas a la posible relación entre el tratamiento con ranolazina y la aparición de alucinaciones y también sobre la interacción entre donepezilo y los inhibidores selectivos de la recaptación de aminas como causa de síndrome serotoninérgico.
Publicado por Cecilia Calvo Pita
Segundas víctimas: atención a los profesionales involucrados en un evento adverso. Ponencia de José Joaquín Mira en la V Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria
Ahora bien, aunque es evidente que estos eventos adversos con consecuencias más graves tienen su peor cara en el sufrimiento de los pacientes y sus familiares y amigos, no son ellos los únicos que sufren y se ven afectados. También son víctimas los profesionales que se involucrados directamente o indirectamente en el evento adverso. En la literatura desde los 90 se habla de las segundas víctimas pero, en realidad, ¿qué son estas segundas víctimas?
El término de segundas víctimas fue introducido por el Dr A Wu, de la Johns Hopkins University, en los años 90 para referirse al profesional que se ve involucrado en un evento adverso inevitable y que queda traumatizado por esa experiencia. Sin embargo, aunque el trabajo de A Wu es el más conocido y el que ha puesto sobre la mesa esta problemática, no debemos olvidar el valor del Dr D. Hilfiker quien a principios de la década de los 80 expuso su vivencia personal en el New England Journal of Medicine.
Muchos profesionales a lo largo de vida en algún momento se sienten mal, incómodos, inquietos y, en ocasiones, culpables, por alguna decisión clínica que no ha tenido el resultado que esperaban o, llegado el caso, que haya sido errónea. Es en estos casos cuando decimos que los eventos adversos tienen además de los pacientes, otra víctima: los propios profesionales.
Actualmente, el término de segundas víctimas se ha extendido también para referirse a los profesionales sanitarios que no se ven a sí mismos capaces de afrontar emocionalmente las consecuencias de verse involucrado en un evento adverso con consecuencias más graves para un paciente o un conjunto de pacientes.
¿Estamos hablando de un fenómeno raro o de algo muy corriente en nuestra práctica clínica?
No disponemos de una estadística real de cuál es actualmente la situación en España. De los estudios, pocos hasta ahora, que se han publicado tras encuestar a una amplia muestra de médicos de EEUU y Canadá deducimos que sólo un 5% del total de profesionales pueden librarse a lo largo de su vida profesional de estar cerca o muy cerca de un evento adverso.
En nuestro caso, cuando extrapolamos los datos de los estudios ENEAS y APEAS llegamos a la conclusión de que cada año un 15% de los profesionales sanitarios se ven involucrados en un evento adverso con consecuencias relativamente graves para los pacientes. Esta es la cifra de segundas víctimas con la que estamos trabajando.
¿Qué pasa por la cabeza de los profesionales que se ven involucrados en un evento adverso?
Las reacciones no necesariamente son las mismas en todas las personas. Ahora bien, es común observar: confusión, dificultades de concentración en las tareas, obnubilación, confusión, dificultades de concentración, sentimientos de culpa, ansiedad, pérdida de autoestima, dificultades para disfrutar de un sueño reparador, se revive el evento una y otra vez, cambios de humor, primero en casa y luego en el trabajo, y dudas sobre las decisiones clínicas que deben adoptarse a partir de ese momento.
Lógicamente también tienen miedo a las consecuencias legales y a la pérdida de reputación que puede acarrear su vinculación con un evento adverso.
Estas sensaciones pueden durar solo unos días o unas semanas, pero en ocasiones también pueden durar meses o toda la vida.
Hay que tener muy presente que tras un error clínico y por la confusión y dudas sobre sí mismo que experimenta el profesional, es más probable que si no se afronta esta situación y se esconde u oculta la realidad del suceso, la probabilidad de otro error clínico se incrementa notablemente.
En el estudio que hemos llevado a cabo para conocer mejor la situación de las segundas víctimas y para el que hemos contado con un amplio número de profesionales de distintos ámbitos (salud mental, derecho, aseguradoras, comunicación social, etc.) hemos concretado las consecuencias emocionales, familiares y personales, las consecuencias legales, y también hemos empezado a hablar de las consecuencias de pérdida de reputación que las instituciones donde ocurren los eventos adversos tienen y de la que también deben preocuparse.
¿Qué necesitamos cambiar para que los profesionales no se sientan tan desprotegidos?
Sabemos que las segundas víctimas sufren una clara pérdida en su reputación profesional entre sus propios colegas y que tienen miedo a ser culpados por los pacientes. Por eso cambian su forma de interactuar con pacientes, su modo de práctica se vuelve inseguro. En la literatura se describe esta situación con el nombre de la famosa novela de Nathaniel Hawthorne la “letra escarlata” para describir el rechazo que experimentan de otros profesionales quienes cometen un error clínico. Muchas veces son los propios colegas los que actúan haciendo el vacío al profesional, pero sabemos, gracias a las investigaciones en seguridad del paciente, que la mayoría de los errores tienen en su origen razones de índole organizativa y no tanto personales. Acabar con esta situación es un primer paso.
Poder hablar con otros colegas es necesario, también contar con el suficiente respaldo institucional. En algunos casos será necesaria una intervención concreta, directa y personal a cargo de personal especializado (lo que incluye asesoramiento legal), pero son pocos los casos que pueden llegar a esta situación.
¿Qué podemos hacer desde las sociedades científicas y desde las administraciones sanitarias?
Hay varias iniciativas, todas ellas en EEUU, de las que podemos aprender qué acciones pueden ponerse en marcha. El programa ForYou del Hospital de Missouri es una clara referencia de cómo organizarse para ayudar a las segundas víctimas. El programa de apoyo del Catholic Healthcare West o del Johns Hopkins Hospital son otros dos referentes que conviene tener en mente cuando se está pensando qué hacer para ayudar a las segundas víctimas.
Nuestro grupo de investigación en un proyecto liderado con el Dr J Aranaz, y que contó con financiación de la Fundación Mapfre, ha identificado las principales consecuencias de los errores clínicos en los propios profesionales que se ven involucrados. En este estudio uno de las cuestiones que destacaría es la oportunidad que supone para el conjunto del centro y de la organización sanitaria para aprender y evitar una situación similar en el futuro. La cultura de seguridad que se comparta en el centro es clave para lograr que un error no sea una "situación perdida". Otras cuestiones importantes hacen referencia a cómo preparar a los profesionales (especialmente a los residentes) para afrontar de forma efectiva los eventos adversos, qué deben hacer ante el paciente, sus familiares y sus colegas y sobre qué debe hacer una institución para ofrecer la cobertura necesaria a sus profesionales.
Las sociedades científicas creo que deberían entre sus objetivos poner en marcha actuaciones para que los residentes sean cada día más capaces de afrontar exitosamente estas situaciones y sobre todo para difundir una cultura de seguridad que no se base en ocultar el error o evadirse cuando un paciente sufre un evento adverso.
Las instituciones sanitarias también deben actuar. En un entorno en el que los profesionales estamos sufriendo la crudeza de la crisis económica con medidas que suponen recortes en los recursos que podemos emplear para tratar a los pacientes y en las nóminas: Sentir que la Administración Sanitaria cuida a sus profesionales y se preocupa por su situación emocional y profesional ante un posible evento adverso, parece un camino posible y aconsejable.
José Joaquín Mira
Catedrático de la UMH que también desempeña su labor en el Departament de Salut Sant Joan-Alacant
Solicitamos al Dr. Mira una reseña para Sano y salvo de su ponencia en la en la V Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria. Generosamente no solo nos la ha proporcionado, sino que también nos ha dado permiso para compartir la presentación que utilizó como soporte. Por ambas cosas le damos las gracias.
Ésta y otras ponencias y comunicaciones pueden descargarse en la página de la jornada.
La prescripción y los Doce Trabajos de Heracles: más allá del principio activo
Si la primera editorial se centraba exclusivamente en la Isoapariencia, ésta segunda, “La prescripción y los Doce Trabajos de Heracles: más allá del principio activo”, hace una revisión más general tanto del decreto como de sus consecuencias.
Empieza evidenciando las razones exclusivamente económicas que llevaron a su publicación (lo reconoce así el propio decreto) y recuerda que la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial avala la bioequivalencia de los medicamentos genéricos.
Y a partir de aquí comienza a desgranar una serie de propuestas que ya son conocidas pero que, escritas unas al lado de las otras, nos dan una visión general de la incoherencia y el escaso interés que inspira a nuestros gestores, pasados y presentes, el uso racional del medicamento.
La financiación selectiva de fármacos, la extensión de la prescripción por principio activo (PPA) a los otros especialistas, la historia electrónica compartida, la receta electrónica, la conciliación terapéutica, la formación en polifarmacia, la isoapariencia, la generalización de la participación de las oficinas de farmacia, la promoción del autocuidado, la adherencia a las guías o la garantía de una PPA eficaz podrían conformar un contexto racional para la utilización más segura de los medicamentos.
En cualquier caso, y hablando de la PPA, en el mismo decreto en el que se modificaban las condiciones para recibir asistencia o la cartera de servicios (prótesis, transporte sanitario), en el capítulo IV, “Medidas sobre la prestación farmacéutica”, además de modificar la aportación por prescripción, se incluyen (los subrayados son nuestros) estos cambios:
“Artículo 85. Prescripción de medicamentos y productos sanitarios.
1. La prescripción de medicamentos …
2. En el Sistema Nacional de Salud, las prescripciones de medicamentos incluidos en el sistema de precios de referencia o de agrupaciones homogéneas no incluidas en el mismo se efectuarán de acuerdo con el siguiente esquema:
a) Para procesos agudos, la prescripción se hará, de forma general, por principio activo.
b) Para los procesos crónicos, la primera prescripción, correspondiente a la instauración del primer tratamiento, se hará, de forma general, por principio activo.
c) Para los procesos crónicos cuya prescripción se corresponda con la continuidad de tratamiento, podrá realizarse por denominación comercial, siempre y cuando ésta se encuentre incluida en el sistema de precios de referencia o sea la de menor precio dentro de su agrupación homogénea.
3. No obstante, la prescripción por denominación comercial de medicamentos será posible siempre y cuando se respete el principio de mayor eficiencia para el sistema y en el caso de los medicamentos considerados como no sustituibles.”
O dicho de otra manera, una vez que los medicamentos han adaptado sus precios a los de referencia, vuelve la barra libre a la prescripción. ¡Ya me parecía a mí que los delegados de los laboratorios estaban muy tranquilos, siendo que la obligatoriedad de prescribir por principio activo acababa prácticamente con la profesión!
Publicado por Fernando Palacio
Desfinanciación de medicamentos seguros y eficaces: ¿es mejor financiar los menos seguros, menos eficaces y más caros?
Negro sobre blanco, en el artículo 4, apartado 3, puede leerse que uno de los criterios para excluir a un medicamento de la prestación farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud es "Que el principio activo cuente con un perfil de seguridad y eficacia favorable y suficientemente documentado a través de años de experiencia y un uso extenso."
Muchos profesionales, ante lo inaudito de la medida, pensaron que era un gazapo que se corregiría: no ha sido así. El BOE de hoy ha publicado una corrección de errores en la que no se modifica este apartado del decreto.
Desde el punto de vista del uso racional de los medicamentos es obvio que un perfil de seguridad y eficacia favorable, demostrado durante años de experiencia y uso extenso, es un valor para un fármaco. Dejar de financiar este tipo de medicamentos supone que la prescripción se desplazará hacia otros fármacos similares menos seguros, menos eficientes, con menor experiencia de uso y, en la amplia mayoría de los casos, más caros.
En el siguiente apartado aparece otro singular motivo de exclusión: "Por estar indicados en el tratamiento de síntomas menores."
Corre el rumor entre los profesionales, que no han confirmado ni descartado fuentes oficiales que sepamos, de que medicamentos como el ibuprofeno y el paracetamol van a dejar de financiarse. Sea o no cierto, ibuprofeno y paracetamol pueden ser un buen ejemplo de combinación de los criterios mencionados. Entre otros muchos problemas, sucede que paracetamol es el medicamento de primera elección en dolor por artrosis de rodilla. Ibuprofeno es de primera elección en cefaleas. Ambas son de primera elección en el tratamiento de la fiebre. Dolor y fiebre pueden ser síntomas "menores" o "mayores", dependiendo de la intensidad y de la causa que los produce. Excluir ambos medicamentos de la prestación del Sistema Nacional de Salud, lo que tendría efectos tanto a nivel ambulatorio como hospitalario, supondría un despropósito incalificable.
Es un ejemplo que podríamos aplicar a otros medicamentos seguros y de eficacia comprobada, que pueden estar indicados en síntomas de intensidad variable relacionados con patologías de gravedad también variable.
Publicado por Sano y salvo
La semFYC advierte de los riesgos sanitarios de dejar a los inmigrantes sin atención continuada
Ver en este blog Mejorar la calidad asistencial no implica financiar públicamente cualquier medicamento. Editorial de la Revista Atención Primaria
Publicado por Sano y salvo
Mejorar la calidad asistencial no implica financiar públicamente cualquier medicamento. Editorial de la Revista Atención Primaria
- Medicamentos con utilidad terapéutica nula, baja o controvertida.
- Medicamentos que siendo eficaces y seguros en determinadas subpoblaciones se prescriben sin estar indicados.
- Fármacos "evergreening" (con pequeñas variaciones en su composición respecto a las moléculas originales con el objeto de generar una nueva patente para prolongar su vida comercial).
- Medicamentos para tratar trastornos en el límite entre la salud y el bienestar.
En cualquier caso, concluyen que estas medidas aisladas solo tienen efecto limitado y a corto plazo, y que solo con políticas farmacéuticas integrales es posible una racionalización del gasto farmacéutico
Un editorial muy oportuno, en los tiempos que corren.
Publicado por José Saura Llamas
Tratamiento de la sinusitis leve a moderada
En 2011 The Good Stewardship Working Group presentó los resultados de la iniciativa de la National Physicians Alliance consistente en elaborar una lista de las “Top 5” actividades de atención primaria, pediatría y medicina interna, en las que la calidad de la atención podría mejorarse al proporcionar, en general, menos servicios de salud y haciendo un mejor uso de los recursos clínicos. El tratamiento de la sinusitis aguda leve a moderada fue seleccionado para la lista del "Top 5" de atención primaria por ser un problema clínico frecuente.
Métodos. Los autores revisaron los meta-análisis de ensayos controlados y aleatorizados publicados en los últimos 10 años que comparaban el uso de antibiótico con placebo para el tratamiento de la sinusitis aguda. Además valoraron la evidencia sobre los beneficios, riesgos y costes del tratamiento antibiótico.
Resultados. La sinusitis es uno de los diagnósticos más comunes en atención primaria, y representa del 15% al 21% de todas las recetas de antibióticos en la atención ambulatoria de EEUU. Los 4 meta-análisis evaluados muestran que la curación o mejoría a los 7 - 15 días después del inicio del tratamiento fue significativamente más frecuente entre los pacientes asignados al tratamiento antibiótico en comparación con el placebo, pero las diferencias fueron pequeñas. Las tasas de curación o mejoría en los grupos placebo se situaron entre el 64% y el 80%, mientras que en los grupos de tratamiento antibiótico variaron entre el 71% y el 90%. No hubo diferencias entre los grupos en la frecuencia de complicaciones y ni en la recurrencia.
Los efectos adversos del tratamiento antibiótico fueron un 80% más frecuentes en los grupos de antibióticos que en los grupos de placebo y se observaron en el 30% - 74% de los pacientes tratados con antibióticos. El principal efecto adverso fue la diarrea, aunque también fueron frecuentes la erupción cutánea, el flujo vaginal, el dolor de cabeza, los mareos y la fatiga. Los autores destacan que el uso excesivo de antibióticos puede aumentar las tasas de resistencia a los antibióticos en la población.
Conclusiones. Los autores concluyen que los antibióticos no se deben prescribir para el tratamiento de la sinusitis leve a moderada en la primera semana de la enfermedad, a menos que estén presentes los signos de la sinusitis severa, tales como fiebre alta, dolor intenso y sensibilidad en los senos paranasales, o evidencia de la celulitis (periorbitaria u orbitaria). La mayoría de los casos de sinusitis aguda leve a moderada son causados por virus y se resuelven sin tratamiento antibiótico. Evitar los antibióticos para la sinusitis aguda podría reducir los efectos adversos, la resistencia a los antibióticos y el coste de la atención sanitaria (estiman un ahorro superior a 31 millones de dólares).
En el balance de beneficios y riesgos hay que sopesar el pequeño beneficio del tratamiento antibiótico sobre el placebo con su mayor riesgo de producir eventos adversos e incrementar las resistencias en la población.
Los resultados del trabajo y las conclusiones de los autores son concordantes con las directrices propuestas por revisiones sistemáticas previas y guías de práctica clínica que proponen como abordaje inicial el tratamiento sintomático, dada la baja prevalencia de la sinusitis bacteriana aguda en atención primaria.
Smith SR, MD, Montgomery LG, Williams JW Jr. Treatment of Mild to Moderate Sinusitis. Arch Intern Med. 2012;172(6):510-513.
Publicado por José Ángel Maderuelo
5 de mayo, Jornada Mundial de Higiene de Manos en la Atención Sanitaria
La OMS invita de nuevo a utilizar las herramientas de autoevaluación, que ya lanzó el pasado año y de las que nos hicimos eco en nuestro blog, para conocer la situación de cada centro y poner en marcha un plan de acción del cual, además, se brindan modelos según la situación reflejada (resultados insuficientes o básicos, intermedios o avanzados).
Este año, el día 5 de mayo, estará disponible un informe resumen con los primeros resultados de la encuesta realizada durante 2011 sobre el uso de esta herramienta de autoevaluación.
Además se presenta en la página de la OMS la nueva "Guía de recomendaciones de higiene de manos en atención ambulatoria" en la que miembros del Grupo de Trabajo de Seguridad del Paciente (SP) de SEMFYC han participado y en la que se brindan ejemplos prácticos y herramientas, algunas de las cuales (carteles) han sido traducidas al castellano y están disponibles en la página del Ministerio. Sus recomendaciones son opinables, pero supone un avance el reconocer que la anterior guía estaba orientada a los hospitales y era preciso elaborar una para el ámbito extrahospitalario.
Ya en el año 2008 nuestro grupo elaboró unas Recomendaciones sobre la higiene de las manos al personal sanitario de Atención Primaria y a los servicios de salud en España, como contribución a la campaña Clean Care is Safer Care, las primeras realizadas en nuestro ámbito, y este año también se han traducido al inglés para hacerlas más accesibles a los profesionales y servicios de salud interesados en el tema.
En este blog pueden consultarse entradas anteriores y los recursos disponibles introduciendo en el buscador de la columna de la derecha las palabras higiene manos.
Publicado por Sano y Salvo