El uso de las cucharas domésticas, de “café” o “soperas”, para administrar los medicamentos expone a errores de dosificación
(Le dire aux patients. LA REVUE PRESCRIRE DECEMBRE 2007/TOME 27 Nº 290)
La utilización de cucharas domésticas, de “café” o “soperas”, ha sido una práctica habitual para administrar los medicamentos. Y aún continúa siéndolo en ocasiones. Sin embargo, la capacidad de estas cucharas no está estandarizada lo que conduce a que las dosis que se administran sean aproximadas.
Así, utilizar estas cucharas para administrar paracetamol a los niños ha llevado en un estudio a tratarlos únicamente, de media, con alrededor del 60% de la dosis recomendada. De mayor gravedad es la descripción de un caso de fracaso de un tratamiento antiepiléptico con etosuximida en un niño consecuencia de la ausencia de cuchara-medida en el envase del producto y la utilización por parte de los padres de cucharillas de moka en lugar de las cucharillas de café recomendadas en este caso.
Las ediciones en vigor de las farmacopeas francesas y europeas no mencionan la capacidad de los diferentes tipos de cucharas. Hay que remontarse a la farmacopea francesa de 1965 para encontrar una “evaluación aproximada de las cucharillas de café (5 ml) y soperas (15 ml)”.
Sin embargo han sido constatadas diferencias en su capacidad. En un estudio, la capacidad máxima para las cucharas de acero inoxidable ha sido de 4,2 a 4,6 ml de agua (media de 4,5 ml) para las cucharillas “de café”, y de 9,5 a 11 ml de agua (media de 10,5 ml) para las cucharas “soperas”.
La comisión estadounidense para el estudio de pesos y medidas ha definido la capacidad de las cucharillas denominadas “de té”, de frecuente utilización en países anglosajones: 4,93 ml ± 0,24 ml. La Farmacopea estadounidense indica que las cucharillas para té de uso corriente no están adaptadas para la administración de medicamentos.
En la práctica es aconsejable informar a los padres que eviten utilizar las cucharas domésticas para administrar los medicamentos y que utilicen los dispositivos de medida que vienen en los envases. Corresponde a las firmas generalizar estos dispositivos y a las agencias exigir la calidad de los mismos.
El contenido de este post ha sido aportado por Marian López y publicado por Jesús Palacio