Los errores de medicación
pueden provocar eventos adversos, siendo su característica fundamental la de
que son evitables y, por tanto, prevenibles mediante actuaciones encaminadas a
reducir el riesgo de que se produzca el error.
En marzo de 2017 la
Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el tercer
reto mundial por la seguridad del paciente con el lema de “Medicación sin daño”. Tal y como recogimos
en nuestro blog en ese momento, la campaña está
orientada a subsanar las deficiencias de los sistemas de salud que favorecen la
aparición de errores de medicación y el daño asociado a ellos, con el objetivo
de reducir a la mitad los daños graves y evitables relacionados con la
medicación en todos los países en los próximos cinco años.
La campaña propone actuar
en cuatro dominios fundamentales: los pacientes y ciudadanos, los profesionales
sanitarios, los medicamentos y los sistemas sanitarios y sus procedimientos.
También establece que las tres áreas claves de actuación son: las situaciones
de alto riesgo, la polifarmacia y las transiciones asistenciales.
En junio de este año se
han publicado tres
informes técnicos que abordan estas áreas
claves de actuación y de los que nos proponemos recoger a
continuación los aspectos más destacables.
Las situaciones de alto
riesgo son aquellas en las que se ha identificado que la probabilidad de que
pueda ocurrir un error con consecuencias graves para el paciente es mayor. En
el informe de “Seguridad de los medicamentos en
situaciones de alto riesgo” se
recogen los tres factores que más contribuyen a esta problemática: 1)
medicamentos considerados como de alto riesgo, 2) factores relacionados con el proveedor
de asistencia sanitaria y el paciente y 3) factores relacionados con el sistema
y las condiciones de trabajo de los profesionales.
También se describen las estrategias
orientadas a reducir los errores de medicación y el daño asociado a los mismos
en situaciones de alto riesgo, tales como la identificación a nivel local de
los medicamentos de alto riesgo y la puesta en marcha de medidas para mejorar
su manejo, la formación de los profesionales, la mejora de los procedimientos
en los procesos de prescripción, dispensación y administración de medicamentos,
la educación de los pacientes por su seguridad y, por último, las actuaciones
dirigidas a mejorar las condiciones de los centros sanitarios y el entorno de
trabajo.
La polifarmacia se asocia
a un mayor riesgo de sufrir reacciones adversas a medicamentos y errores de
medicación. En el informe que aborda la “Seguridad de los medicamentos en situaciones
de polifarmacia”,
se hace hincapié en la necesidad de adoptar un enfoque centrado en la persona
que valore los beneficios y los riesgos del tratamiento farmacológico, en la
importancia del abordaje multidisciplinar por parte de todos los profesionales
que siguen al paciente y en la implicación de este o de su cuidador en su tratamiento.
Se contempla la
problemática relacionada con situaciones particulares en las que está presente
la polifarmacia, como en los pacientes institucionalizados en centros residenciales,
en las transiciones asistenciales de pacientes con esta condición y cuando los
pacientes consumen medicamentos de venta libre (que no necesitan receta) o
productos de la denominada “medicina tradicional” y que contribuyen o
interaccionan con la situación de polimedicación.
Una de las actuaciones que
se proponen es la revisión estructurada del tratamiento de los pacientes
polimedicados, de tal forma que el prescriptor reevalúe el tratamiento
periódicamente y lo adapte a las necesidades clínicas, funcionales y vitales
del paciente. También se mencionan las actuaciones dirigidas a mejorar las
competencias de los pacientes en el manejo de su medicación y en optimizar su
adherencia al tratamiento.
Por último, en el informe
relativo a la “Seguridad de los medicamentos en las
transiciones asistenciales”, se
abordan los errores de medicación que se producen en las transiciones
asistenciales, consideradas como momentos de alto riesgo para el paciente.
Estas incumben a los movimientos entre hospitales, servicios de urgencias,
centros residenciales o de convalecencia, asistencia por parte de profesionales
consultores del médico de cabecera, etc. En esos movimientos, el tratamiento
del paciente puede cambiar, a veces de forma involuntaria debido a errores que
constituyen discrepancias en los medicamentos que configuran su régimen
terapéutico.
Se recogen actuaciones
encaminadas a reducir el riesgo en las transiciones asistenciales, como la
conciliación del tratamiento, informar e implicar a los pacientes, familiares y
cuidadores para la supervisión de la seguridad a lo largo de esos tránsitos, mejorar
la información disponible en los registros electrónicos y la accesibilidad a
los mismos, mejorar el seguimiento del paciente por parte de sus profesionales
sanitarios de referencia en los días que siguen a las altas hospitalarias.
De los tres documentos se
desprende que las medidas a desarrollar deben ser multidisciplinares, basadas
en intervenciones multicomponente y centradas en la persona. Como resumen,
podemos decir que los principales puntos sobre los que hay que actuar son los
siguientes:
- Promover la prescripción prudente, en la que el profesional realiza una valoración de los beneficios y los riesgos del tratamiento para cada paciente.
- Realizar una revisión periódica de la medicación.
- El establecimiento de procedimientos y prácticas seguras para el acondicionamiento y preparación de los medicamentos, la dispensación y la administración de los mismos.
- Mejorar la comunicación con los pacientes y promover su implicación en su tratamiento y en la toma de decisiones compartidas.
- La conciliación del tratamiento en las transiciones asistenciales.
Es responsabilidad de las
autoridades e instituciones sanitarias de los países la implementación de las
medidas recogidas en estos tres documentos técnicos. Pero la importancia del
papel individual de cada profesional sanitario es indiscutible: de nosotros
depende la creación de cultura de seguridad en nuestro ámbito profesional y la
puesta en marcha de acciones encaminadas a mejorar la seguridad en el uso de
los medicamentos que hacemos nosotros y nuestros pacientes.
+ Info:
Medication Safety in High-risk
Situations. Geneva:
World Health Organization; 2019 (WHO/UHC/SDS/2019.10).
Medication Safety in Polypharmacy. Geneva: World Health Organization;
2019 (WHO/UHC/SDS/2019.11).
Medication Safety in Transitions of
Care. Geneva: World
Health Organization; 2019 (WHO/UHC/SDS/2019.9).
The Third Global Patient Safety Challenge: Medication
Without Harm. Webinar on
Medication Safety, 20 June 2019
En este blog:
Medicación
sin daño: 3ª campaña mundial de seguridad del paciente de la OMS.
Entrada del 11 de abril de 2017.
Publicado por Cecilia Calvo Pita
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