En el número de Junio de 2012 de la revista AMF se ha publicado el artículo Prevención cuaternaria: es posible (y deseable) una asistencia sanitaria menos dañina.
La prevención cuaternaria es el conjunto de actividades que intentan evitar, reducir y paliar el daño provocado en los pacientes por la intervención médica. Además de analizar sus causas, los autores hacen propuestas para dar soluciones a estos problemas.
Indudablemente este concepto está relacionado con la seguridad del paciente, con el "primun non nocere", con los eventos adversos y con que los profesionales asumamos que lo que hacemos puede suponer un riesgo para nuestros pacientes.
Según describen los autores, e ilustran con varios ejemplos, la prevención cuaternaria actúa:
- Obviando actividades innecesarias.
- Limitando el impacto perjudicial
- Reparando la salud deteriorada como consecuencia de una actividad médica.
Aunque la prevención cuaternaria concierne igualmente a la atención primaria (AP) y la especializada, al ser en la primera donde más actos se realizan es también mayor en ese nivel el potencial de evitar daños, sobre todo si consideramos el «efecto cascada» que conlleva el inicio de cualquier actividad por el médico de familia.
Justifican los autores la necesidad de este enfoque por la medicalización de la vida, explicando causas y consecuencias de la misma. También detallan algunos ejemplos de excesos de la medicina en sus cuatro campos clásicos: la prevención, el uso de pruebas complementarias, los tratamientos y la rehabilitación. Plantean también dilemas éticos diarios relacionados con la prevención cuaternaria.
Establecen 2 grupos de estrategias para incorporar la prevención cuaternaria en la consulta del médico de familia:
- Actuar de forma activa y consciente. Un ejemplo serían los principios para la prescripción prudente.
- Utilizar estrategias semiautomáticas, que ayuden a establecer heurísticos, respuestas rápidas e intuitivas, en el torbellino del trabajo clínico diario. Éstos permiten responder con certeza, fundamento y rapidez a la incertidumbre. Proponen algunos paradigmas al respecto:
• «Toda intervención sanitaria conlleva beneficios y daños. Solo algunas ofrecen más beneficios que daños.»
• «La prevención es mejor que la curación cuando la intervención preventiva hace menos daño que la intervención curativa.»
• «Las cascadas son inevitables, salvo en su origen.»
• «Hace menos daño un “no” razonable que un “sí” complaciente.»
• «Hay muchos problemas para los que no tenemos respuesta.»
• «Todo paciente tiene alguna conducta sana.»
Afortunadamente, la medicina de familia tiene unas características que facilitan la prevención cuaternaria:
• Profesionalismo y compromiso
• Autonomía organizativa
• Accesibilidad y longitudinalidad
• Manejo adecuado del tiempo y de la incertidumbre
• Respeto y consideración con la situación del paciente
• Promoción y prevención según oportunidad y prioridad
• Máxima calidad y mínima cantidad
• Polivalencia
• Capacidad resolutiva
• Función de filtro o gatekeeping
• Capacidad para coordinar los cuidados de pacientes
• Solidez clínica y científica, e integración de lo biológico con lo psicosocial.
Publicado por José Saura Llamas
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