Dado que la participación de los pacientes es una aportación relativamente novedosa a los sistemas de notificación de eventos adversos, todavía no se conoce cuáles son las técnicas más exitosas y eficientes.
La revista Quality & Safety in Heath Care ha publicado esta revisión de estudios de investigación sobre los sistemas de notificación utilizados por pacientes: poblaciones, métodos de contacto, verificación, notificación, incentivos, tasas de incidentes y terminología utilizada.
Se utilizaron, además de listas de referencias, dos bases de datos: PubMed y MEDLINE (sólo publicaciones en inglés), obteniendo finalmente 17 publicaciones para su revisión. De todas ellas, cuatro se centraban específicamente en atención primaria (AP) y una incluía este ámbito, además del hospitalario.
En AP se ha utilizado una combinación de métodos para la obtención de las notificaciones: reclutamiento telefónico con entrevista personal de seguimiento, elección por parte del paciente del método de notificación (on line, escrito o telefónico) y encuesta telefónica. La terminología utilizada para preguntar al paciente sobre los eventos también ha sido variable.
Los eventos adversos notificados fueron corroborados sólo en 3 publicaciones, ninguna de ellas de AP. La incidencia de infección nosocomial, úlceras por presión y problemas relacionados con la medicación notificados por los pacientes es comparable con las tasas documentadas por los profesionales en hospitales, y con las tasas publicadas en la literatura.
La tasa de incidencia de eventos adversos varía considerablemente entre ámbitos y poblaciones, con un rango que va desde menos de 0,1 a 5,8 por paciente. Los resultados no son comparables. Lo mismo ocurre con la clasificación de las notificaciones.
Así, la variabilidad encontrada en las publicaciones revisadas es muy amplia en términos de ámbito, método de notificación, duración, terminología, criterios de valoración y tasa de respuesta, lo que hace inalcanzable el consenso o el establecimiento de unas conclusiones definitivas. Parece que las mayores tasas de respuesta se consiguen con preguntas abiertas y con las técnicas basadas en la obtención de experiencias personales mediante entrevista. Es precisa una mayor investigación para determinar qué uso del lenguaje, método, formato y herramienta son los mejores para la notificación. También se ha de estudiar más la utilidad de la incentivación.
En definitiva, la participación de los pacientes en la notificación de eventos adversos es un campo muy interesante, que presenta una valiosa y novedosa perspectiva para la mejora de su seguridad, pero es pronto para poder ofrecer conclusiones definitivas al respecto. Se requiere mayor investigación para el logro de su implementación y la obtención de sus potenciales beneficios.
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