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Actualización de la Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud 2025-2035

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) ha aprobado la Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2025-2035, elaborada por el Ministerio de Sanidad en colaboración con las comunidades autónomas (CC. AA.), sociedades científicas, asociaciones de pacientes y expertos en la materia. Esta nueva actualización abre un horizonte de diez años para consolidar prácticas seguras y promover una cultura de seguridad en todos los entornos asistenciales.

Actualmente, en España, aunque el Ministerio de Sanidad establece las directrices generales y coordina el SNS a nivel central, los servicios autonómicos son los que tienen las competencias sanitarias, controlan los recursos y aplican estrategias y políticas de seguridad del paciente heterogéneas.

En este contexto, la Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2025-2035, marco de referencia para todo el territorio nacional, debe servir de guía para orientar las políticas y acciones destinadas a garantizar una atención sanitaria segura, equitativa y de calidad.

El Informe de evaluación de la estrategia anterior puso de manifiesto las diferencias entre CC. AA. No todos los centros sanitarios disponían de un plan de seguridad del paciente, solo el 78,8 % de los centros de atención primaria y el 73,9 % de los hospitales. De los que la tenían, no todos cumplían con los requisitos indicados en el Manual de evaluación de la Estrategia de Seguridad del Paciente 2015-2020 relativos a la existencia de un plan de seguridad del paciente que incluya responsables, fecha de vigencia, información anual de actividades, evaluación y divulgación. Estos datos, entre muchos otros que desvela el informe de evaluación, justifican la necesidad de renovar y fortalecer la estrategia nacional de seguridad del paciente, incorporando el conocimiento acumulado e insistiendo en la necesidad de reforzar el liderazgo, la formación y la cultura de seguridad.

Esta estrategia parte de la misma misión que la anterior: definir y establecer los objetivos y las recomendaciones, basadas en la evidencia científica disponible, orientadas a minimizar los riesgos asistenciales y reducir el daño asociado a la atención sanitaria. Pero la versión actualizada tiene una visión más amplia y proactiva, invitando a todas las administraciones, direcciones sanitarias, sociedades científicas y organizaciones de pacientes a comprometerse para que cada persona reciba una atención segura y respetuosa en cualquier momento y lugar. 

El documento señala que la pandemia de COVID‑19, la digitalización, la asistencia telemática y otros avances tecnológicos han cambiado el contexto asistencial y sus riesgos, por lo que añade nuevos objetivos y recomendaciones. Destaca, por ejemplo, la incorporación de un objetivo específicamente dirigido a promover la disminución de las prácticas de bajo valor: la implantación de recomendaciones "No Hacer". 

Además, la nueva estrategia amplía el enfoque con una séptima línea de acción dirigida a mejorar la seguridad clínica en todos los ámbitos asistenciales. Queda conformada por 7 líneas estratégicas, cuyos objetivos se resumen a continuación y quedan reflejados en la infografía adjunta.

Líneas de acción y objetivos principales de la nueva Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2025-2035
Elaborada por @roanelSP para @sanoysalvoblog

Respecto a la anterior Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2015-2020, en la nueva se observan los siguientes cambios y avances:
  • Horizonte temporal y consenso más amplio. La nueva estrategia abarca un periodo de 10 años, frente al periodo quinquenal de la anterior. Para su elaboración se ha contado con una participación más amplia de organizaciones, sociedades científicas y asociaciones de pacientes. Este enfoque colaborativo reconoce que la seguridad del paciente es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso institucional, político, técnico y ciudadano.
  • Enfoque más amplio y global de atención sanitaria. La línea estratégica 7 extiende la seguridad del paciente a todos los ámbitos asistenciales, más allá del hospitalario, incluyendo atención primaria, salud mental, centros sociosanitarios y domicilio.
  • Mención específica a las recomendaciones "No Hacer", que aparecían de forma incipiente en la estrategia anterior y ahora se convierten en un objetivo específico para promover que no se realicen prácticas de bajo valor.
  • Incorporación de la perspectiva de género y de la responsabilidad social como valores transversales. Se reconoce que las inequidades relacionadas con el género pueden influir en los riesgos y resultados de la atención sanitaria. Con respecto a la responsabilidad social, se insta a gestionar con transparencia la seguridad del paciente en la comunidad. 
  • Impacto de las nuevas tecnologías. Se enfatiza la importancia de la investigación sobre los riesgos de la inteligencia artificial y el uso seguro de las herramientas digitales y de la telemedicina. 
  • Participación de pacientes, familiares y ciudadanos. Se amplían los contenidos y la población diana de la línea estratégica 4. Se alude a la Carta de Derechos de Seguridad del Paciente de la OMS y al Plan de Acción Mundial de la OMS para la Seguridad del Paciente 2021-2030, donde se destaca la necesidad, cada vez mayor, de implicar y empoderar a pacientes, familiares y personas cuidadoras para lograr una atención sanitaria más segura.
  • Medición y transparencia. Se señala la necesidad de disponer de un sistema de evaluación con indicadores específicos, consensuados con los responsables autonómicos, para evaluar el desarrollo e implementación de las líneas de acción. Este enfoque refuerza la transparencia y permite la comparación entre comunidades autónomas y centros. 
En definitiva, la nueva Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS refleja una evolución y maduración de los esfuerzos iniciados en 2005, mantiene la estructura de líneas estratégicas de actuación e incorpora elementos esenciales para los próximos años, como la seguridad de la atención en todos los ámbitos asistenciales, la eliminación de las prácticas de escaso valor y la necesidad de estudiar y tener en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías en la seguridad asistencial.
Su éxito dependerá del compromiso de las organizaciones sanitarias, del liderazgo de los profesionales y de la implicación activa de los pacientes y de la ciudadanía con la estrategia consensuada, así como de la capacidad y la voluntad de las autoridades autonómicas de alinear sus planes estratégicos con la misión, visión, valores y contenidos de la estrategia nacional aprobada en el Consejo Interterritorial del SNS. Los resultados en los pacientes dependerán finalmente de los recursos que se destinen y los esfuerzos que se realicen para llevar las estrategias a la práctica.

+ info
El Consejo Interterritorial aprueba la nueva Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2025-2035. Nota de prensa del Ministerio de Sanidad de 4 de julio de 2025.

Publicado por Rosa Añel y Jesús Palacio

Cómo citar este artículo: 
Añel Rodríguez RM, Palacio Lapuente J. Actualización de la Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud 2025-2035. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [23 de agosto de 2025; consultado 23 de agosto de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/08/actualizacion-de-la-estrategia-de.html


La identificación, medición y reducción de la atención sanitaria de bajo valor: una prioridad para los sistemas de salud europeos


El grupo de expertos sobre la Evaluación del Desempeño de los Sistemas de Salud (HSPA por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea ha publicado un informe clave que aborda uno de los retos más urgentes para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios: la atención sanitaria de bajo valor, internacionalmente conocida como "low-value care".  

Este concepto abarca intervenciones que no aportan beneficios clínicos relevantes, pueden causar daño, implican un uso ineficiente de recursos y generan costes innecesarios. El informe compete tanto al ámbito hospitalario como a la atención primaria. 

Con el título Identificar, medir y reducir la atención de bajo valor en el contexto de la evaluación del rendimiento del sistema sanitario, el documento del Grupo de Expertos de la HSPA propone una definición integral de atención de bajo valor que no se limita al uso excesivo o inapropiado, sino que incorpora también el infradiagnóstico y la infrautilización de servicios necesarios. Además de las consecuencias para los pacientes, reconoce el impacto negativo sobre los profesionales sanitarios, el sistema de salud en su conjunto y el medio ambiente: “desde una perspectiva de sistema, la atención de bajo valor incluye el uso excesivo, inapropiado e insuficiente de servicios sanitarios, que puede tener consecuencias físicas, psicológicas y financieras para pacientes, cuidadores, profesionales y para el entorno.” 

El informe, publicado en febrero de 2025, se basa en una revisión bibliográfica del estado de la cuestión y en los resultados de una encuesta realizada por el grupo de expertos en HSPA. La encuesta se realizó entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, y en ella participaron 20 representantes de 17 estados miembros de la Unión Europea y Noruega.

El grupo de expertos de la Comisión Europea establece un nuevo marco conceptual con nueve definiciones o tipos de prácticas de bajo valor (PBV), clasificadas en tres grandes categorías (figura 1):

  • Uso excesivo o inapropiado (5 tipos de PBV): incluye intervenciones sin beneficio demostrado y aquellas con alternativas más costo-efectivas o que se realizan en niveles asistenciales innecesariamente costosos.
  • Uso insuficiente (2 tipos de PBV): se refiere a servicios necesarios que no se ofrecen o no se utilizan, lo que compromete los resultados en salud.
  • Variaciones injustificadas (2 tipos de PBV): son las diferencias geográficas o entre grupos poblacionales que no se explican por necesidades clínicas y que pueden reflejar tanto sobreutilización como infrautilización.

Figura 1. Relación entre la variabilidad clínica y el uso excesivo/inapropiado e insuficiente de las intervenciones sanitarias. Fuente: elaboración propia a partir de Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of helath System Performance Assesment 



Además, se detallan los nueve tipos de PBV con sus definiciones y ejemplos específicos del ámbito de la atención primaria (figura 2): 

Figura 2. Categorías y tipos de prácticas sanitarias de bajo valor (PBV)Fuente: elaboración propia a partir de Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of helath System Performance Assesment 



Esta clasificación proporciona una herramienta útil para analizar y abordar la atención de bajo valor de forma estructurada y desde una perspectiva sistémica.

El informe analiza también los desafíos metodológicos en la medición de estas prácticas: la escasez de datos comparables, la falta de indicadores para áreas como salud mental, cuidados paliativos o atención primaria, y las resistencias políticas o institucionales al cambio.

Aunque varios países europeos ya utilizan indicadores para medir la atención de bajo valor en áreas como cribados, pruebas diagnósticas, tratamientos quirúrgicos y prescripción farmacológica, su adopción aún es limitada y desigual. Las áreas donde se ha identificado una mayor carencia de indicadores son la atención primaria, salud mental y cuidados paliativos. 

Llama la atención que, a pesar de ser un nivel asistencial en el que se realizan con frecuencia prácticas innecesarias o ineficientes, la atención primaria esté menos representada en los esfuerzos de medición, y se señale como uno de los ámbitos que presenta lagunas en la disponibilidad y uso de indicadores adecuados. 

Entre los indicadores de PVB que están siendo utilizados por algunos países destacan los siguientes:

  • Uso de antibióticos por habitante (total de DDD/1000 habitantes/día).
  • Medición de niveles de vitamina D en personas sanas.
  • Radiografía de columna lumbar en lumbalgia inespecífica antes de las 6 semanas.
  • Prescripción de medicamentos potencialmente inapropiados en mayores de 75 años.
  • Hospitalizaciones evitables por condiciones sensibles a la atención ambulatoria. 
Para afrontar la atención sanitaria de bajo valor, el grupo de expertos recomienda estrategias multicomponentes que combinen diversas intervenciones adaptadas a cada contexto, tales como
  • Desarrollo de guías clínicas basadas en evidencia y herramientas de ayuda a la toma de decisiones.
  • Reorganización de servicios.
  • Revisión y adecuación de incentivos.
  • Auditorías, evaluación de resultados y retroalimentación.
  • Campañas de sensibilización y educación dirigidas a profesionales y ciudadanía.

El documento aporta una serie de recomendaciones o líneas de acción para que los sistemas sanitarios identifiquen, midan y reduzcan la atención sanitaria de bajo valor:

  1. Adoptar la definición y el marco propuesto para orientar la identificación y reducción de prácticas de bajo valor con una visión sistémica.
  2. Desarrollar y adaptar indicadores relevantes basados en prioridades nacionales y disponibilidad de datos. Se sugiere comenzar por áreas de alto volumen y alto coste.
  3. Promover estrategias multicomponente combinando herramientas como guías clínicas, incentivos, auditorías, campañas de concienciación y participación de profesionales y pacientes.
  4. Fomentar el aprendizaje entre países: intercambiar experiencias y buenas prácticas para acelerar el avance hacia una atención más eficiente y centrada en el valor.
  5. Ampliar la perspectiva del concepto "valor": tener en cuenta no solo los resultados clínicos y los costes, sino también la sostenibilidad ambiental, la equidad y la experiencia del paciente.

El informe cita experiencias y ejemplos exitosos como la iniciativa “No Hacer” en España y las campañas de concienciación desarrolladas en Finlandia y Suecia, e incluye diversos anexos con la lista de indicadores para medir las PBV y con enlaces a los programas nacionales para reducir PBB de algunos de los países participantes.

Reducir la atención de bajo valor no solo mejora la eficiencia del sistema y protege a los pacientes del daño evitable. Es una oportunidad para redirigir recursos hacia intervenciones de alto valor, mejorar la equidad, reducir la huella ambiental del sistema sanitario y contribuir a su sostenibilidad a largo plazo.
Integrar su medición en los procesos de evaluación del desempeño nos permitirá avanzar hacia una atención realmente centrada en el valor.

+ info: 
Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of Health System Performance Assessment. European Commission, 2025.

Ver en este blog otras entradas sobre prácticas de bajo valor y recomendaciones no hacer

Publicado por Txema Coll y Rosa Añel

Cómo citar esta entrada:
Coll Benejam T, Añel Rodríguez RM. La identificación, medición y reducción de la atención sanitaria de bajo valor: una prioridad para los sistemas de salud europeos  [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [4 de agosto de 2025; consultado 4 de agosto de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/08/la-identificacion-medicion-y-reduccion.html


“No hacer en perspectiva de género”, una guía imprescindible para una Atención Primaria más segura y equitativa

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) ha publicado recientemente un documento que señala con claridad cómo el sesgo de género sigue presente en las decisiones clínicas cotidianas.

El documento “No hacer en perspectiva de género”, en el que han participado profesionales de los diferentes grupos de trabajo de semFYC, supone una valiosa aportación a la calidad y la equidad de la asistencia en Atención Primaria, al poner el foco en las prácticas clínicas de bajo valor que perpetúan desigualdades de género y que pueden comprometer la seguridad del paciente. 

No estamos ante simples errores técnicos: se trata de prácticas asistenciales que, al ignorar las diferencias de género, reproducen desigualdades, refuerzan estigmas y, en muchas ocasiones, aumentan los riesgos clínicos.

Cada recomendación “No hacer” va acompañada de una explicación sobre el sesgo de género al que se refiere y los posibles daños clínicos o éticos asociados. Se ofrece, en cada caso, una alternativa de buena práctica, y se concluye indicando las referencias bibliográficas de la mejor evidencia científica disponible.

Buena parte de las 12 recomendaciones incluidas en esta publicación abordan los problemas derivados de la falta de atención a las características propias de las pacientes mujeres. Unas peculiaridades o diferencias que, hasta hace poco, no se han contemplado ni en la asistencia clínica ni en la investigación. 

No se ha tenido en cuenta, por ejemplo, que los trastornos del embarazo como la preeclampsia, la diabetes gestacional o los partos prematuros no son eventos clínicos aislados, sino auténticos marcadores de riesgo vascular a largo plazo. Ignorar estos antecedentes supone un sesgo de género en la valoración integral del riesgo cardiovascular en las mujeres. Si las guías de prevención primaria y secundaria no incluyen estos eventos obstétricos como factores de riesgo, se produce una infravaloración del riesgo vascular en las mujeres.

En relación con la menopausia, no se recomienda instaurar un tratamiento hormonal sustitutivo con el objetivo de prevenir la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares o la demencia, ya que los beneficios no superan a los riesgos.

Otro caso especialmente sensible en términos de seguridad clínica es el infradiagnóstico de la cardiopatía isquémica en mujeres, una de las formas más documentadas de inequidad diagnóstica en medicina. El documento apunta cómo los síntomas que presentan las mujeres con angina de pecho o con infarto —denominados “atípicos”, por ser diferentes a los que presentan los hombres— son frecuentemente ignorados, lo que se traduce en retrasos diagnósticos y peores resultados clínicos. No se trata solo de desigualdad: hablamos de diagnósticos omitidos y tratamientos no iniciados.

También se advierte sobre la medicalización de cuidadoras con síntomas de sobrecarga física y emocional, a las que se prescriben psicofármacos en lugar de ofrecer apoyo emocional y medidas no farmacológicas: un claro ejemplo de iatrogenia por sesgo de género. Esta práctica, además de no resolver el problema de fondo, expone a las pacientes a riesgos evitables debidos a los efectos adversos y a la dependencia de la medicación.

Se señala también la sobreutilización de pruebas de cribado de cáncer de cuello uterino, endometrio, ovario y mama en población de bajo riesgo. La práctica rutinaria de recomendar revisiones ginecológicas anuales sin una indicación clara ni estratificación del riesgo no solo es innecesaria, sino que puede generar daños. Se recomienda realizar un cribado oportunista adecuado al perfil de riesgo de cada mujer.

Pero no solo las mujeres resultan perjudicadas por los sesgos de género durante la asistencia sanitaria. En el caso de la depresión, por ejemplo, se produce una infravaloración del riesgo de suicidio en hombres, por no aplicar un enfoque de género en la valoración y abordaje de dicho riesgo.

Además de todo lo anterior, se incluyen recomendaciones sobre la comunicación con las personas trans, la exploración de los problemas de índole sexual, y la influencia de los roles de género en los procesos de participación y desarrollo comunitario.

En definitiva, este documento es más que un listado de prácticas a evitar: es una llamada a reflexionar sobre el valor añadido de introducir la perspectiva de género tanto en la práctica clínica como en la investigación y en la formación. Y no solo por una cuestión de equidad y de calidad asistencial, sino también como un elemento fundamental de la seguridad del paciente. 

Como profesionales tenemos la responsabilidad de revisar y adecuar nuestras prácticas, identificar los sesgos que perpetúan las desigualdades y actuar en consecuencia. Para todo ello puede ser de utilidad el documento "No hacer en perspectiva de género".

+  info:
Recomendaciones "NO HACER". 2014. Grupo de Trabajo de la semFYC para el proyecto Recomendaciones «No hacer»
Recomendaciones "NO HACER" (2ª parte). 2015. Grupo de Trabajo de la semFYC para el proyecto Recomendaciones «No hacer»

Ver en este blog otras entradas sobre recomendaciones no hacer


Publicado por Lourdes Luzón y Rosa Añel
Cómo citar esta entrada:
Luzón Oliver L, Añel Rodríguez RM. “No hacer en perspectiva de género”, una guía imprescindible para una Atención Primaria más segura y equitativa. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [20 de julio de 2025; consultado 20 de julio de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/07/no-hacer-en-perspectiva-de-genero-una.html


Recomendaciones para prevenir la administración de medicamentos por una vía equivocada. Boletín elaborado por el Instituto para el Uso Seguro de Medicamentos (ISMP-España) en colaboración con el Ministerio de Sanidad

El Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP por sus siglas en inglés), en colaboración con la subdirección de Calidad Asistencial del Ministerio de Sanidad, vuelve a poner de relieve un alarmante problema de seguridad clínica: la administración de medicamentos por una vía incorrecta o equivocada. 

En su Boletín de Recomendaciones para la Prevención de Errores de Medicación número 56, de mayo del 2025, recoge y analiza los incidentes notificados por los profesionales sanitarios en los que medicamentos destinados a la vía oral, epidural o inhalatoria han sido administrados por vía intravenosa. 

Aunque son prevenibles, los eventos adversos debidos a confusión de la vía de administración de medicamentos continúan ocurriendo. De todos ellos, los que se comunican con mayor frecuencia son los siguientes:

  1. Administración por vía intravenosa de medicamentos destinados a la vía oral (por ejemplo, jarabes orales como metoclopramida o codeína).
  2. Infusión intravenosa de medicamentos destinados a la vía epidural (por ejemplo, anestésicos locales como ropivacaína o levobupivacaína) y, en sentido inverso, administración de medicamentos intravenosos por vía epidural o intratecal (antibióticos, citostáticos...).
  3. Administración por vía intravenosa de soluciones para nebulización (salbutamol y combinación de salbutamol con bromuro de ipratropio).

En su análisis, el ISMP-España identifica los factores contribuyentes que aparecen de forma recurrente en este tipo de incidentes de seguridad del paciente:

  • Falta de verificación del medicamento y de la vía de aplicación antes de su administración.
  • Ausencia de etiquetado distintivo de los diferentes tipos de jeringas utilizadas para la administración de medicamentos en estado líquido.
  • Falta de disponibilidad de jeringas específicas (para medicamentos de administración por vía oral, enteral, inhalatoria, intravenosa, epidural o intratecal) en las unidades asistenciales.
  • Problemas de isoapariencia de los diferentes tipos de medicamentos líquidos.
  • Desconocimiento por parte del personal sanitario de las prácticas seguras en la administración de la medicación (falta de experiencia, formación insuficiente, etc.).

Una de las principales causas identificadas es el uso generalizado del conector universal Luer en múltiples dispositivos de administración de medicamentos líquidos, que hace posible que sistemas que no son compatibles puedan conectarse entre sí. Aunque las medidas para prevenir este tipo de incidentes existen desde hace tiempo —utilizar jeringas orales y enterales (ENFit®) y sistemas de conexión específicos (NRFit®), que impiden físicamente los emparejamientos erróneos—, su implantación en la práctica asistencial es insuficiente. Se siguen comunicando, de forma recurrente, errores causados por la utilización de jeringas intravenosas con conectores Luer para dosificar y administrar medicamentos que no son de aplicación intravenosa.

Hay que tener en cuenta que la conexión indistinta entre sistemas incompatibles no es la única causa de confusión en la vía de administración. También son frecuentes las confusiones debidas a la similitud en la apariencia de los medicamentos, así como una combinación de ambas situaciones, como ocurrió en el mediático caso del niño Ryan

A menudo, este tipo de eventos adversos, que suelen tener consecuencias fatales, se producen en escenarios de alta carga asistencial, con múltiples dispositivos y profesionales implicados, y en ausencia de sistemas de seguridad suficientemente robustos. De hecho, los eventos adversos analizados tienen en común una combinación de fallos organizativos, técnicos y humanos. Esto significa que, para evitar su repetición, no bastará con mejorar la identificación de los medicamentos y de los dispositivos de administración. 

Entre las recomendaciones prácticas y estructurales para prevenir la administración de medicamentos por una vía equivocada, que se emiten en este boletín, se incluyen las siguientes: promover la notificación y análisis de los incidentes, impulsar la formación continua de los profesionales, garantizar la disponibilidad de jeringas y dispositivos de infusión específicos y no intercambiables para las diferentes vías de administración, asegurar el etiquetado claro y diferenciado de los medicamentos según su vía de administración, y hacer obligatorio el uso de jeringas orales y enterales ENFit® y de conectores NRFit® para su administración. Esta última medida es una barrera física tan simple como efectiva para evitar suministrar por vía intravenosa medicamentos destinados a otras vías. 

Como se muestra en la siguiente figura, en seguridad del paciente, existen diferentes tipos de barreras, cuya eficacia varia según su naturaleza:

.Clasificación de las barreras de seguridad del paciente según su naturaleza y nivel de eficacia



Desafortunadamente, aunque las barreras más fiables son las físicas y las naturales, las más utilizadas siguen siendo las barreras humanas y las administrativas, mucho menos fiables por depender de la memoria y del adecuado seguimiento de protocolos y procedimientos. En general, se achaca el excesivo uso de las barreras administrativas y humanas a que la implementación de barreras físicas y naturales requiere una mayor inversión económica. Pero esto no siempre es así, sobre todo si se tiene en cuenta que la atención y reparación de los daños derivados de los eventos adversos conlleva un elevado coste para el sistema. Un coste, sin duda, mucho mayor que el que puede derivarse del uso de las barreras de seguridad más adecuadas en cada caso, máxime si son de eficacia conocida y contrastada.

En el campo de la seguridad del paciente el objetivo ha de ser implantar las medidas necesarias para que un determinado tipo de fallo o error no pueda producirse. Porque, si algo puede ocurrir, terminará ocurriendo. Fiar la seguridad de la atención sanitaria solo, o fundamentalmente, a la adherencia de los profesionales a las buenas prácticas, al seguimiento de los protocolos asistenciales o a que los profesionales se manejen con cautela o presten más atención, no es la mejor decisión. 

La notificación y el análisis de incidentes, junto a la información y la formación continuada de los profesionales son aspectos esenciales, pero insuficientes para evitar los eventos adversos relacionados con la medicación o cualquier otro tipo de evento adverso. 

La prevención de los errores relacionados con la administración de medicamentos por una vía equivocada requiere mucho más que cultura de seguridad e implicación de los profesionales: se necesitan tecnologías seguras y compromiso institucional. Se necesita inversión en barreras de seguridad sólidas y confiables.

+ info
Publicado por Rosa Añel
Como citar esta entrada:
Añel Rodríguez, RM. Recomendaciones para prevenir la administración de medicamentos por una vía equivocada. Boletín elaborado por el Instituto para el Uso Seguro de Medicamentos (ISMP-España) en colaboración con el Ministerio de Sanidad. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [13 de julio de 2025; consultado 13 de julio de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/07/recomendaciones-para-prevenir-la.html


Así fue la Jornada de Sistemas de Notificación de incidentes de seguridad para el aprendizaje, celebrada el 29 de mayo de 2025 en el Ministerio de Sanidad. Resumen y acceso a los contenidos

Programa de la Jornada

El pasado 29 de mayo de 2025 ha tenido lugar en Madrid la Jornada Científica de Sistemas de Notificación de incidentes de seguridad para el aprendizaje, una cita que ha vuelto a reunir a profesionales comprometidos con la mejora de la seguridad del paciente a través de la notificación y análisis de incidentes. 

La anterior jornada, titulada Experiencias de éxito en la gestión de los Sistemas de Notificación, se celebró en 2023, también en el Ministerio de Sanidad. 

El objetivo de este tipo de jornadas es fomentar el intercambio de experiencias y buenas prácticas en notificación de incidentes para potenciar la seguridad del paciente en las organizaciones sanitarias, así como implementar ciclos de mejora e incentivos para promover la notificación.

Organizada por la subdirección general de calidad asistencial del Ministerio de Sanidad, la jornada de este año se ha enfocado en los problemas de seguridad del paciente notificados y gestionados en Atención Primaria, un ámbito asistencial que resulta clave para consolidar la cultura de seguridad y fortalecer el aprendizaje colectivo.

En la inauguración, la subdirectora general de calidad asistencial del Ministerio, María Fernández, señaló a los sistemas de notificación de incidentes como una herramienta esencial para recopilar información sobre sucesos adversos, analizar su secuencia y detectar oportunidades para mejorar la seguridad y la calidad de la asistencia sanitaria. Subrayó el compromiso del Ministerio con la Estrategia de Seguridad del Paciente, especialmente en su Línea Estratégica 3 de “Gestión del riesgo y sistemas de notificación y aprendizaje de incidentes”, un enfoque que se mantendrá en la nueva Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud 2025–2035. 

María Fernández puso el acento en que más allá del análisis individual, los incidentes sirven como base para implementar acciones de mejora tanto a nivel local como a nivel estatal, destacando que el aprendizaje derivado del análisis y gestión de los incidentes puede y debe compartirse entre centros y comunidades para tratar de evitar la repetición de fallos y errores similares. En este sentido, hizo hincapié en la necesidad de realizar jornadas como esta para dar visibilidad a iniciativas exitosas y fomentar su replicabilidad en otras instituciones. También señaló la importancia de implicar y escuchar a los profesionales sanitarios, cuya experiencia en primera línea es clave para diseñar respuestas eficaces y contextualizadas.

A continuación, dio paso a la conferencia inaugural, a cargo de Rosa Añel, médica de familia e integrante de los grupos de trabajo de seguridad del paciente de semFYC y SECA, experta en seguridad del paciente y con amplia experiencia en implementación de sistemas de notificación, análisis y gestión de incidentes, y formación en todos estos aspectos dirigida a profesionales y gestores sanitarios.

Con el título “Notificar para mejorar: impacto y retos en Atención Primaria”, su intervención aportó una visión crítica y constructiva sobre las oportunidades que ofrece la notificación de incidentes de seguridad del paciente, las barreras y dificultades existentes, la necesidad de liderazgo por parte de los profesionales y la implicación genuina de los gestores. Elementos que han de estar presentes en aquellas organizaciones sanitarias que aspiren a consolidar la notificación como práctica habitual en el entorno asistencial. 

Vídeo completo de la Jornada Científica de Sistemas de Notificación de incidentes de seguridad para el aprendizaje 


La primera mesa redonda, titulada "Experiencias de incentivación de las notificaciones en Atención Primaria" y moderada por M.ª Belén Suárez, del Servicio de Transformación, Calidad y Gestión del Conocimiento, Dirección General de Planificación Sanitaria, del Principado de Asturias, abordó diversas estrategias que se han demostrado exitosas para fomentar la notificación de incidentes en el primer nivel asistencial. En esta mesa se presentaron tres intervenciones que reflejaron el valor de las estrategias de motivación, el acompañamiento formativo y la integración de la notificación en la práctica diaria:

La segunda mesa, titulada "Implementación de ciclos de mejora y experiencias de difusión del aprendizaje", estuvo moderada por Manuel García Toro, responsable de Seguridad del Paciente de la Dirección General de Salud Pública, Consejería de Salud y Asuntos Sociales de Extremadura. En ella se presentaron cinco iniciativas que han logrado transformar incidentes en oportunidades de aprendizaje y mejora: 

Nuria Prieto Santos, subdirectora adjunta de calidad asistencial del Ministerio, cerró la jornada destacando los logros y aprendizajes generados gracias a la implicación de los profesionales, a los que animó a seguir trabajando en red para extender las buenas prácticas en seguridad del paciente y a divulgar el conocimiento derivado de los análisis realizados y de las medidas de mejora implantadas.

Reforzó la importancia de la colaboración entre comunidades autónomas y niveles asistenciales (atención primaria, hospitales y centros sociosanitarios) como forma de enriquecer mutuamente las soluciones y compartir estrategias eficaces. En este sentido, el reto es avanzar desde experiencias aisladas hacia sistemas implantados y sostenibles que integren la notificación como práctica rutinaria en el SNS. Subrayó el papel del Ministerio de Sanidad para impulsar marcos regulatorios, planes de mejora y liderar iniciativas dirigidas a garantizar que la seguridad del paciente sea una prioridad institucional.

Notificar es mucho más que informar y ha de servir sobre todo para aprender: cada incidente detectado debe transformarse en un impulso para mejorar procesos y prevenir los eventos adversos. 

Una interesantísima jornada, de formato mixto, presencial y con retransmisión en streaming para facilitar el acceso a profesionales de todo el territorio, que ha dejado claro que la notificación no es un fin en sí mismo, sino un medio para aprender, mejorar y, en última instancia, para cuidar mejor a nuestros pacientes.


+ info: 
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Publicado por Sano y salvo 
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Como citar esta entrada:
Así fue la Jornada de Sistemas de Notificación de incidentes de seguridad para el aprendizaje, celebrada el 29 de mayo de 2025 en el Ministerio de Sanidad. Resumen y acceso a los contenidos. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [16 de junio de 2025; consultado 16 de junio de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/06/asi-fue-la-jornada-de-sistemas-de.html


5 de mayo, Día Mundial de la Higiene de Manos: "Salva vidas, límpiate las manos"

El próximo 5 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra 17 años de la campaña global del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025, que busca concienciar sobre la importancia de esta práctica en la prevención de infecciones. El lema elegido, "Salva vidas: límpiate las manos", destaca el impacto directo de esta práctica en la seguridad de pacientes, profesionales sanitarios y de la comunidad en general.

En el ámbito sanitario, las manos son instrumentos de diagnóstico, atención y acompañamiento. Pero también pueden ser vehículos de transmisión de microorganismos si no se realiza una higiene adecuada. Las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) afectan a millones de personas cada año y muchas de ellas se pueden prevenir con medidas básicas, siendo la higiene de manos la más simple y efectiva.

En Europa se producen alrededor de 9 millones de IAAS anualmente. Según la OMS, hasta un 50 % de estas infecciones podrían evitarse reforzando las prácticas de prevención y control, siendo la higiene de manos la más sencilla y eficaz.

La higiene de manos es particularmente relevante en el entorno sanitario, donde se atiende a personas vulnerables, pero no debe limitarse a este ámbito. En la vida cotidiana, limpiarse las manos nos protege frente a enfermedades infecciosas comunes como resfriados, gripe o diarreas. Lavarse las manos antes de comer, después de usar el baño o al llegar a casa tras estar en espacios públicos, son hábitos que reducen significativamente el riesgo de transmisión. La OMS recomienda el lavado de manos con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias o tras contacto con fluidos corporales. En otras situaciones, el uso de soluciones hidroalcohólicas es también una opción práctica y eficaz.

En algunos entornos sanitarios, se tiende a usar guantes como alternativa al lavado de manos. Pero usar guantes sin lavarse las manos es una práctica incorrecta que genera una falsa sensación de seguridad. Los estudios muestran que el uso de guantes se asocia con una menor adherencia a la higiene de manos por parte del personal sanitario. La OMS lo deja claro: llevar guantes no exime de realizar higiene de manos antes y después de su uso. Además, la sobreutilización de guantes no solo implica riesgos para la seguridad, sino también un impacto ambiental significativo por el aumento de residuos sanitarios.

Aunque el uso de guantes es importante en ciertos procedimientos, la higiene de manos es fundamental y debe realizarse antes y después de usar guantes, siguiendo la técnica correcta. Por eso, bajo el lema "Guantes, a veces. Higiene de manos, siempre", la campaña de este año enfatiza que la higiene de manos es crucial incluso cuando se usan guantes.

"It might be gloves… But it’s always Hand Hygiene!"
Vídeo elaborado por la OMS para promover el Dia Mundial de la Higiene de Manos 2025


Cada año la OMS desarrolla y pone a nuestra disposición nuevos materiales y recursos formativos e informativos, que podemos utilizar en nuestro ámbito de trabajo para contribuir a la acción local en favor de la higiene de manos. El conjunto de herramientas disponibles, en diferentes idiomas, está dirigido a todos los profesionales de la salud que se plantean realizar actividades de higiene de manos en los días cercanos al 5 de mayo. También se puede acceder a un conjunto de carteles y otros archivos editables, previa aceptación de los términos de uso.

Como en ediciones anteriores de esta campaña, la agencia de salud de las Naciones Unidas invita a los centros de sanitarios de todo el mundo a registrarse y compartir las actividades desarrolladas en cada centro, que suman en una iniciativa global, y contribuir así entre todos a llevar la higiene de manos a cada punto de atención para reducir las infecciones asociadas a la atención médica. Podéis registrar a vuestro centro en el enlace https://www.who.int/campaigns/world-hand-hygiene-day/sign-up o bien enviar un correo electrónico a la siguiente dirección: savelives@who.int

El día 5 de mayo a las 13:30 CET se celebrará un seminario online para resaltar los objetivos y mensajes clave del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025. La inscripción es gratuita. 

Aquí en España, la Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS continúa durante este año 2025 el trabajo con todas las Comunidades Autónomas para mejorar la seguridad de los pacientes, con el impulso decidido al Programa de Higiene de Manos. Además está disponible un curso de higiene de manos orientado al aprendizaje práctico, para capacitar a los nuevos profesionales y animar a los equipos de trabajo en el propósito común de evitar las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria.

Para facilitar la labor de difusión el Ministerio de Sanidad ha elaborado diversos materiales, cartas, carteles y vídeos, y pone a disposición de todas las instituciones y centros sanitarios el informe de los indicadores de evaluación del programa de Higiene de Manos del SNS.

La higiene de manos salva vidas. Es una medida sencilla y eficaz, y debe asumirse como una responsabilidad compartida entre profesionales sanitarios y ciudadanía. Promover este gesto en centros de salud, hospitales, residencias y hogares es una manera concreta y poderosa de cuidar a las personas y de cuidarnos como profesionales.

El 5 de mayo es una oportunidad para recordarlo. Porque cada acción cuenta. Y porque, a veces, los gestos más pequeños son los que tienen el mayor impacto.

+ info:
World Health Organization. World Hand Hygiene Day 2025
Ministerio de Sanidad de España. Campaña de higiene de manos 5 de mayo 2025 

Publicado por: Pilar Astier, Inés Sebastián y M.ª José Blasco

Cómo citar esta entrada:
Astier Peña MP, Sebastíán Sánchez I, Blasco Angulo MJ. 5 de mayo, Día Mundial de la Higiene de Manos: "Salva vidas, límpiate las manos". [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [4 de mayo de 2025; consultado 4 de mayo de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/05/5-de-mayo-dia-mundial-de-la-higiene-de.html


Criterios STOPPCog: medicamentos potencialmente inapropiados en adultos mayores con vulnerabilidad cognitiva

La revista Age and Ageing ha publicado, en su número de febrero de 2025, los resultados de un interesante estudio realizado por investigadores irlandeses, que han desarrollado una herramienta práctica para identificar y deprescribir medicamentos potencialmente inapropiados en pacientes con vulnerabilidad cognitiva. 

El articulo, titulado "Deprescripción en personas mayores cognitivamente vulnerables: desarrollo y validación de los criterios STOPPCog", aporta un amplio listado de fármacos que empeoran el estado cognitivo en personas mayores con antecedentes de deterioro cognitivo, demencia manifiesta, delirio actual o episodios previos de delirio.

Los criterios STOPPCog fueron formulados por un panel de expertos —compuesto por geriatras, psiquiatras, médicos generales y farmacéuticos clínicos— en base a su experiencia clínica y a la revisión y evaluación de la literatura existente. A continuación, mediante la metodología de consenso Delphi, los expertos clasificaron su acuerdo con cada criterio en una escala Likert de 5 puntos y proporcionaron comentarios por escrito. Todos los panelistas completaron dos rondas de validación de consenso Delphi. 

De los 25 criterios inicialmente seleccionados, finalmente se validaron 23 y se clasificaron en 6 subgrupos o secciones: 

Sección A: Medicamentos con propiedades anticolinérgicas tomados diariamente.
Sección B: Medicamentos con propiedades sedantes tomados diariamente.
Sección C: Medicamentos que pueden exacerbar los síntomas psicóticos en pacientes con patología de alfa-sinucleína.
Sección D: Medicamentos para el dolor crónico.
Sección E: Medicamentos sin eficacia probada para la demencia.
Sección F: Medicamentos sin beneficio en demencia avanzada.

Para facilitar su uso, los autores proporcionan una tabla adicional con ejemplos de medicamentos relacionados con cada uno de los criterios StoppCog. Cabe destacar que, en el cuarto subgrupo de la sección F, se encuentran medicamentos tan ampliamente utilizados como estatinas, agentes antiplaquetarios, anticoagulantes, antihipertensivos y bifosfonatos.

A continuación presentamos el listado de los criterios STOPPCog (tabla 1) con ejemplos de los fármacos correspondientes a cada una de las 6 secciones (tabla 2), traducido al español.

Criterios STOPPCog traducidos al español


STOPPCog aborda el vacío que presentaban herramientas previas, como los criterios Beers y los criterios STOPP/START, al enfocarse específicamente en personas mayores con deterioro cognitivo, demencia o episodios previos de delirio. Se trata de una herramienta aplicable en el manejo apropiado de la medicación en este grupo específico de pacientes, que con frecuencia son visitados en atención primaria. 


+ info: 
McGettigan S, Curtin D, O’Mahony D. Deprescribing in cognitively vulnerable older people: development and validation of STOPPCog criteria. Age and Ageing. 2025; 54 (2): afaf014.
"Towards better patient care: drugs to avoid in 2025". Prescrire Int. 2025; 34(267): 52-1 -52-11.
2023 American Geriatrics Society Beers Criteria® Update Expert Panel. American Geriatrics Society 2023 updated AGS Beers Criteria® for potentially inappropriate medication use in older adultsJ Am Geriatr Soc. 2023 Jul;71(7):2052-2081. 
O'Mahony D, Cherubini A, Guiteras AR, Denkinger M, Beuscart JB, Onder G et al. STOPP/START criteria for potentially inappropriate prescribing in older people: version 3. Eur Geriatr Med 2023: 1-8. 

Ver en este blog:
Añel Rodríguez, RM. Actualización de los criterios STOPP/START, versión 3. Reseña y traducción al español. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [8 de agosto de 2023; consultado 12 de abril de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2023/08/actualizacion-de-los-criterios.html
Añel Rodríguez RM, Torijano Casalengua ML, Palacio Lapuente J. Medicamentos a evitar para una atención más segura: la lista negra de Prescrire 2024. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [14 de febrero de 2024; consultado 12 de abril de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/02/medicamentos-evitar-para-una-atencion.html

Publicado por Rosa Añel
Como citar esta entrada:
Añel Rodríguez, RM. Criterios STOPPCog: medicamentos potencialmente inapropiados en adultos mayores con vulnerabilidad cognitiva. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [17 de abril de 2025; consultado 17 de abril de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/04/criterios-stoppcog-medicamentos.html 


Seminario web para la preparación del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025


El próximo 5 de mayo se celebrará el Día Mundial de la Higiene de Manos 2025. La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve esta campaña desde hace 17 años. 

La campaña de este año se enfoca en el uso de guantes, más concretamente en su uso adecuado en el contexto de la higiene de manos. Independientemente de que se utilicen guantes o no, la higiene de las manos —realizada en el momento oportuno y de la forma adecuada— sigue siendo una de las medidas más importantes para proteger a pacientes y profesionales frente a las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria. De ahí la importancia de promover su inclusión en las estrategias nacionales de prevención y control de infecciones.

La OMS ha organizado un seminario web de preparación del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025, con un programa de una hora de duración y de inscripción gratuita. 
El seminario, que tendrá lugar el 8 de abril a las 13:30 CET, tiene como objetivos los siguientes:
  1. Educar sobre las prácticas óptimas de higiene de manos, utilizando la técnica apropiada y de acuerdo con los 5 momentos de la OMS, junto con los momentos para el uso apropiado de guantes durante la asistencia sanitaria.
  2. Demostrar cómo maximizar el uso de los recursos preparados para la celebración del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025.
  3. Describir el impacto ambiental y climático de los guantes en la generación y gestión de residuos, especialmente cuando se utilizan de forma inadecuada.
  4. Estimular las actividades del Día Mundial de la Salud 2025 en el período previo al 5 de mayo de 2025.
Os animamos a inscribiros y participar en esta actividad de sensibilización y preparación dirigida a preparar la celebración del Día Mundial de la Higiene de Manos 2025.

Publicado por Sano y salvo


Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria


La revista Actualización en Medicina de Familia (AMF), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha publicado el número especial "Una mirada al laboratorio clínico". El artículo que cierra este monográfico, titulado "Pruebas del laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria", aborda las causas del uso inadecuado de este tipo de pruebas y las medidas para optimizar su utilización. Su autora, Rosa Añel, integrante del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de semFYC, invita a reflexionar sobre la necesidad de adecuar el uso de estas pruebas para evitar que generen más problemas que beneficios al paciente.

Las pruebas de laboratorio constituyen una herramienta esencial para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes en atención primaria. Sin embargo, existen múltiples factores que afectan a su adecuada utilización y comprometen la seguridad del paciente, tanto por exceso como por defecto. 

La solicitud de pruebas de laboratorio, cuando no son necesarias, puede causar eventos adversos evitables. Es el caso de los hallazgos incidentales irrelevantes o de los falsos positivos y negativos, que inducen a los profesionales a errar en la interpretación de los resultados, el enfoque diagnóstico inicial, el manejo y el tratamiento, así como a la generación de cascadas diagnósticas y terapéuticas, que conllevan nuevas pruebas y tratamientos innecesarios. 

En el otro extremo, la no realización de pruebas de laboratorio cuando son necesarias es también un problema significativo para la seguridad del paciente. Generalmente, conlleva retrasos en el proceso diagnóstico y en el inicio del tratamiento necesario. Esto, a su vez, repercute negativamente en la evolución del proceso clínico del paciente y en su pronóstico.

En general, en los sistemas sanitarios de los países desarrollados, el sobreúso de las pruebas de laboratorio es mucho más frecuente que su infrautilización. Aunque, como señala en su artículo Añel, "la preocupación por la adecuación en la solicitud de pruebas de laboratorio excede el aspecto cuantitativo: el asunto no es si se hacen muchas o pocas, sino más bien si se hacen las que hay que hacer, a quien las necesita y en el momento oportuno". Su recomendación para resolver este dilema es acostumbrarnos a hacernos algunas preguntas antes de solicitar los análisis, que también son aplicables a otros procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Se trata de las 9 cuestiones recogidas en la siguiente figura, que reproducimos a un tamaño mayor al que aparece en el artículo de la revista para facilitar su lectura y su uso en la clínica, la docencia y la divulgación:
Cabe señalar que la última pregunta, "¿Qué puede pasar si no se realiza la prueba?", vale tanto para evitar los excesos como los defectos al actuar.

Para finalizar, detallamos los 10 puntos clave con los que la autora introduce el artículo, que constituyen un excelente resumen de los contenidos del mismo y animan a su lectura:

  1. Los análisis de sangre son las pruebas complementarias que generan mayores expectativas, las más demandadas y las más sobrevaloradas en cuanto a su utilidad.
  2. Cuando se utilizan de forma inadecuada, se convierten en prácticas de poco valor y aumentan el riesgo de efectos perjudiciales para el paciente.
  3. El uso excesivo de pruebas diagnósticas incrementa la probabilidad de resultados falsos, de interpretaciones erróneas y de cascadas diagnósticas y terapéuticas.
  4. Los profesionales de Atención Primaria (AP) desempeñan un papel esencial en la reducción de las intervenciones innecesarias, incluyendo el uso inapropiado de pruebas de laboratorio.
  5. El contexto y las condiciones de trabajo deben ser favorables. En AP, la principal herramienta diagnóstica es el tiempo de atención al paciente.
  6. Las pruebas de laboratorio no deben, ni pueden, suplir a la anamnesis y la exploración física, elementos indispensables para un adecuado enfoque diagnóstico.
  7. Optimizar el manejo de la incertidumbre, identificar las situaciones en las que lo mejor es «ver y esperar» y aprovechar las ventajas de la longitudinalidad son aspectos clave para el uso seguro de las pruebas de laboratorio.
  8. El soporte de las guías que faciliten la adecuación de la práctica clínica, en base a la mejor evidencia disponible en cada momento, es otro aspecto esencial.
  9. Las decisiones de gestión que comprometen las cualidades de la AP dificultan su adecuado desempeño y aumentan las intervenciones de poco valor.
  10. Las decisiones organizativas y de gestión, al igual que las decisiones clínicas, deberían basarse en evidencias, no en ocurrencias.

Publicado por Sano y salvo
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Cómo citar esta entrada:
Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [14 de enero de 2025; consultado 14 de enero de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/01/pruebas-de-laboratorio-y-seguridad-del.html


Actualización del Protocolo de Londres, una de las herramientas más utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en los sistemas sanitarios

El Protocolo de Londres es una de las herramientas más ampliamente utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en el ámbito sanitario. Aporta una metodología de estudio estructurada, con el objetivo de detectar todos los factores que han contribuido al incidente, comprender las causas subyacentes y reflexionar sobre las medidas de mejora necesarias para evitar su repetición. 

El análisis sistemático de los incidentes de seguridad del paciente aporta un conocimiento más amplio de las circunstancias en las que se han producido, ayudando a identificar los puntos débiles del sistema y detectar las situaciones de riesgo. El Protocolo de Londres pone el foco en qué ha ocurrido y por qué. En palabras de sus autores, "nos aleja de un enfoque estrecho sobre quién hizo qué y nos guía a un examen integral de lo que el incidente revela sobre el sistema en general y cuáles son las implicaciones para mejorar la seguridad", ya que "la mayoría de los problemas de seguridad se derivan de cuestiones sistémicas más amplias y, por lo general, no solo es injusto sino completamente inútil culpar a las personas". Esta forma de proceder facilita el aprendizaje y el desarrollo de una cultura de seguridad positiva en las organizaciones sanitarias, evitando culpabilizar a los profesionales como cabezas de turco. 

Los autores de la anterior versión del Protocolo de Londres, publicada en 2004 en la revista Clinical Risk, creen que, aunque los conceptos y prácticas esenciales que lo sustentan siguen siendo sólidos, el enfoque debe adaptarse a los desafíos actuales. La atención sanitaria ha cambiado de muchas maneras en los últimos 20 años, y el análisis y la prevención de incidentes debe perfeccionarse para reflejar dichos cambios. 

La finalidad del análisis de los incidentes clínicos es lograr un sistema sanitario más seguro, por lo que averiguar qué sucedió y por qué es solo la primera etapa del análisis general. El verdadero propósito es utilizar el incidente para reflexionar sobre lo que revela acerca de las deficiencias y carencias del sistema. Por esto han denominado a su enfoque "análisis de sistemas", en referencia a un examen amplio de todos los aspectos del sistema de atención sanitaria en cuestión y de las interacciones entre los factores humanos, técnicos y organizativos. Este enfoque incluye a todas las personas involucradas en el sistema y cómo se comunican, interactúan y crean la cultura de seguridad en la organización sanitaria.

El Protocolo de Londres 2024 pone mayor énfasis en los siguientes aspectos:
  • Incorporar a los pacientes y a las familias en el análisis y revisión de los incidentes de seguridad. 
  • Considerar tanto el impacto físico como psicológico en las personas involucradas. 
  • Examinar períodos de tiempo mucho más largos y evaluar los factores contribuyentes en diferentes puntos del trayecto asistencial del paciente.
  • Valorar las consecuencias de los incidentes con más detalle. Además del análisis de las causas y los factores contribuyentes, incorporar la evaluación de las consecuencias del incidente y del apoyo que se ha prestado a los diferentes afectados: el paciente, su familia y el personal sanitario.
  • Aprender tanto del éxito como del fracaso, recoger la información sobre lo que ha ido bien. El análisis de los "casi accidentes", en los que se evitó por poco el daño, también puede proporcionar información valiosa sobre el sistema en general.
  • Evitar la elaboración de recomendaciones basadas en el análisis de un único incidente. Promover análisis más profundos y reflexivos, en lugar de realizar múltiples informes rutinarios y repetitivos.
  • Realizar un enfoque más estructurado de las recomendaciones, incluyendo una crítica de los estándares, políticas y procedimientos existentes.
  • Mejorar la redacción de los informes y de las recomendaciones de mejora.

El 12 de febrero de 2025 tendrá lugar un taller de formación online para mostrar las novedades y potenciar el uso y aprovechamiento de esta herramienta. El taller estará impartido por Helen Higham y Charles Vincent, dos de los autores del Protocolo de Londres actualizado. Al final de la sesión de formación se abrirá un turno de preguntas y debate sobre cualquiera de los aspectos planteados. El evento, de inscripción gratuita, está organizado por la Fundación de Salud Q, constituida por la Health Foundation y los servicios de salud de Inglaterra e Irlanda.

+ info
Vincent C, Adams S, Bellandi T, Higham H, Michel P, Staines A. Systems Analysis of Clinical Incidents: The London Protocol 2024.
Taylor-Adams S, Vincent C. Systems analysis of clinical incidents: the London protocol. Clinical Risk. 2004;10(6):211-220. 
Vincent C, Taylor-Adams S, Chapman EJ, Hewett D, Prior S, Strange P, Tizzard A. How to investigate and analyse clinical incidents: clinical risk unit and association of litigation and risk management protocol. BMJ. 2000;320(7237):777-781.

Publicado por Rosa Añel

Cómo citar esta entrada:
Añel Rodríguez RM. Actualización del Protocolo de Londres, una de las herramientas más utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en los sistemas sanitarios. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [24 de diciembre de 2024; consultado 24 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/12/actualizacion-del-protocolo-de-londres.html


Uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria: monográfico publicado en AMF

Con el título "Una mirada al laboratorio clínico", la revista Actualización en Medicina de Familia (AMF), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha publicado un número monográfico sobre el uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria. Es de acceso libre para socios de semFYC, además de para suscriptores de AMF. Sus coordinadores, Carlos Coscollar y María Escorihuela, nos han explicado cómo surgió el proyecto de elaboración de este número especial, cuáles son sus contenidos y por qué interesa su lectura a todos los profesionales sanitarios, muy especialmente a los que trabajamos en atención primaria. Reproducimos a continuación el resumen que Carlos y María han redactado para nuestro blog.

El monográfico surge de un encargo hecho por el comité editorial de AMF. Todos los años, además de los números ordinarios, AMF publica dos monográficos. El laboratorio clínico, visto desde la atención primaria, era un tema pendiente de tratar, a pesar de ser la prueba complementaria por excelencia en nuestra práctica clínica. Se estima que entre el 30 y el 40% de las consultas se acompañan de solicitud de análisis. Un dato que contrasta con el reducido impacto que suelen tener en la gestión clínica del paciente, como se demostró en un estudio realizado recientemente en el Reino Unido, en el que se vio que hasta un 50% de las solicitudes de análisis clínicos no condujeron a cambio alguno en el manejo del paciente. 

La primera tarea fue definir el planteamiento y los contenidos del monográfico. Descartamos realizar una aproximación “al uso”, asumiendo el riesgo de evitar el formato de glosario de pruebas de laboratorio, indicaciones, interpretación, recomendaciones, etc. Ese enfoque ya estaba disponible, por lo decidimos centrarnos más en el “continente" que en el "contenido”. Es decir, poner el foco más en toda la compleja tramoya que sostiene el proceso analítico, que culmina con la decisión de solicitar o no un análisis, en el modo de hacerlo y en su adecuada interpretación posterior. Se ha hecho necesario reflexionar sobre los determinantes que condicionan el rendimiento de las pruebas de laboratorio, dentro de un contexto más amplio: el razonamiento clínico. Se trata, por tanto, de un monográfico más competencial que de habilidades, cuyo objetivo final es ayudar a convertir una prueba válida (condición básica e inexcusable) en una prueba útil, en términos de resultados para el paciente y para el profesional.

Al primer capítulo, que describe la situación del laboratorio en España, le sigue un análisis de las distintas fases del proceso analítico: preanalítica, analítica y postanalítica. Se ha añadido una fase previa, la pre-preanalítica, a la que se dedica un apartado específico. El monográfico se completa con otros capítulos que abordan la importancia de un mayor acercamiento y colaboración entre el laboratorio clínico y el primer nivel asistencial, y los problemas relacionados con el clásico "chequeo de salud" mediante análisis de sangre. Los capítulos sobre valores críticos y valores clínicamente irrelevantes incorporan los aspectos relativos a habilidades. Para finalizar, se incluye un capítulo dedicado a la seguridad del paciente durante todo el circuito.

La elevada variabilidad observada en estas peticiones afecta tanto al volumen como al contenido, y no se limita solo a ámbitos diferentes, sino que también se describe entre médicos de familia que desempeñan en escenarios casi idénticos. Una parte de esa variabilidad es inevitable por la naturaleza de nuestro trabajo, y otra se justifica por la necesidad de adecuarse a las necesidades de pacientes individuales. Pero hay una variabilidad indeseable y no justificada que favorece el error por inadecuación, por exceso o por defecto, y las interpretaciones erróneas o, en ocasiones, excesivamente estandarizadas (“sujetas a protocolo”).

Tras esta introducción, el monográfico se detiene en la fase previa del proceso analítico (fase pre-preanalítica) recordando los fundamentos de una correcta selección de la prueba y reflexionando sobre los riesgos del exceso de biometría, promovidos por la excesiva confianza en lo aparentemente “objetivo” de lo cuantitativo. Se revisa el significado de los límites de referencia, su modo de cálculo y sus limitaciones y su relación contextual con la salud/enfermedad. También se revisan los términos de sensibilidad, especificidad, valores predictivos y cocientes de probabilidad, que hablan de validez y de la seguridad de la prueba y que, en última instancia, nos ayudan a interpretar mejor y a reflexionar sobre el mismo razonamiento clínico, identificando posibles debilidades.

Durante el monográfico se hace referencia a diferentes fuentes de variabilidad, en las tres fases del proceso. Actualmente, la variabilidad analítica, la que se ciñe al ámbito del laboratorio clínico, es muy pequeña, resultando la preanalítica, la fuente de mayor variabilidad: preparación del paciente, obtención de la muestra y procesamiento de la misma. Gran parte de estas fuentes de variabilidad son susceptibles de control mediante estandarización y controles de calidad. Sin embargo, la variabilidad biológica, tanto individual como interindividual, es inherente al hecho biológico y debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar adecuadamente resultados diferentes. Esta cuestión es abordada, específicamente, en el capítulo dedicado a la fase postanalítica.

Con excesiva frecuencia, se observa un cierto automatismo o inercia a la hora de solicitar una determinada analítica. Sin embargo, la práctica experta, que pretende hacer uso del laboratorio de modo eficiente, seguro y útil, implica un ejercicio complejo, especialmente si consideramos el compromiso con el paciente que obliga a una atención segura y de calidad. La tarea se hace especialmente difícil en el primer nivel asistencial, donde la incertidumbre, los contextos clínicos complejos, con frecuencia poco definidos (fases iniciales, presentaciones atípicas) y la escasez de tiempo no facilitan la tarea. El objetivo final es conseguir la adecuación de las solicitudes, es decir, conseguir que el resultado responda a la pregunta (necesidad) que el clínico se había hecho enfrentado a un dilema clínico, con un beneficio que exceda al daño, y a un coste y con un riesgo razonables.

La adecuación de las pruebas convoca a los clínicos, al propio laboratorio y a la comunicación entre ellos. Deben establecerse estrategias de gestión de la demanda conjuntas, compartidas, consensuadas, flexibles, monitorizadas y adaptadas a contexto clínico. Es decir, estrategias centradas en rentabilizar los recursos para conseguir el máximo impacto en la calidad asistencial garantizando que las solicitudes que lleguen al laboratorio sean adecuadas y conduzcan a resultados con utilidad clínica. Uno de los capítulos del monográfico está dedicado precisamente a este tema.

Sigue resultando inevitable hablar de los chequeos que suelen incorporar, de modo prácticamente inevitable, un análisis. Hace tiempo que se dispone de documentación suficiente acerca de la ineficacia y riesgos de este tipo de intervenciones. Sin embargo, quizá llevados por ciertas inercias promovidas de modo no casual, es una cuestión vigente que genera consultas con contenidos peculiares. Los chequeos se llevan a cabo en población sana, o para resultar más preciso, en población asintomática, sin evaluación previa de riesgos individuales y, suelen ser, estandarizados, sistemáticos y periódicos. Es decir, al tratarse de población con baja prevalencia (probabilidad preprueba) de enfermedad, la probabilidad de obtener falsos positivos se dispara, especialmente si consideramos que los análisis son repetidos con periodicidad, habitualmente anual. El riesgo, por tanto, es propiciar cascadas diagnósticas innecesarias, sobrediagnóstico y sobretratamiento, con daños de diferente naturaleza, sin ofrecer beneficio alguno.

Se hace referencia a un concepto opinable en su formulación, pero que cualquier profesional reconocerá: “el valor terapéutico de los análisis”. Precisamente en ese contexto de baja prevalencia, es especialmente necesario aplicar el consentimiento informado (informal o verbal) en las pruebas de laboratorio y atender a las cuestiones éticas que plantea el chequeo.

En un mismo capítulo se abordan la recepción, comunicación y manejo de valores críticos, y lo que puede parecer su opuesto: los valores clínicamente irrelevantes. Ambos son elementos que añaden complejidad a la fase postanalítica. Los valores críticos, es decir, los valores que ponen en riesgo la integridad o pronóstico del paciente, obligan a una comunicación lo más rápida posible que permita una valoración urgente. La bibliografía no facilita un listado único de valores críticos, por lo que nos hemos decantado por una selección basada en la frecuencia y relevancia, proponiendo criterios de manejo. Todo laboratorio debe disponer de un listado de valores críticos y protocolos de comunicación que, idealmente, deben negociarse con los clínicos. 

El concepto “valores clínicamente irrelevantes” es tan familiar para el profesional como insólito en la bibliografía. Viene definido por la decisión del profesional de no conceder importancia a valores fuera de los límites de referencia, en un determinado contexto clínico y tras una cuidadosa evaluación. Una tarea difícil, en ausencia de bibliografía, y comprometida que, con frecuencia, obliga a una explicación al paciente como consecuencia de la “cultura de los asteriscos”. La elección de los analitos que se explican en este capítulo es resultado de la experiencia y reflexión de los autores. Contamos con la complicidad y generosidad del lector, que entenderá la “intención” de utilizar el término irrelevante, cuando nos referimos, en determinados contextos, a ciertos valores de creatinina, bilirrubina, ácido úrico, hormona estimulante del tiroides, velocidad de sedimentación globular o marcadores tumorales, o de vitamina D.

El capítulo del postanálisis se centra en la interpretación de los resultados obtenidos, que dependerá, en gran medida, del motivo de la solicitud, del contexto y la expectativa clínica. Es cierto que esto lo hacemos de forma muy intuitiva, pero cada pregunta clínica requiere del uso de distintos tipos de referencias para interpretar y dar valor a los resultados. Por ejemplo, cuando la solicitud responde a un control de salud, la interpretación utiliza es el intervalo de referencia. Un valor dentro del intervalo genera tranquilidad, pero exige ser conscientes de las limitaciones del intervalo, condicionadas por el mismo modo en el que se lleva a cabo su cálculo (95% de población “sana” y representativa). Cuando la solicitud se lleva a cabo ante el riesgo de presentar una determinada enfermedad o confirmación de un diagnóstico, deben utilizarse los límites de decisión, que actúan como límites divisorios entre “lo normal” y “lo patológico”. Este límite no se establece con poblaciones “sanas”, sino que el criterio es el resultado de estudios clínicos, directrices o valores de consenso que se modifican según la evidencia disponible. En el tercer escenario, la petición de análisis en el contexto del seguimiento de un paciente (una patología determinada o un tratamiento a monitorizar), la referencia será el perfil analítico del propio paciente, y para evaluar la significación de los cambios apreciados es aconsejable conocer, o al menos no desconsiderar, el impacto de la variabilidad biológica de los analitos, tanto intraindividual, como interindividual. En el capítulo se explican el significado, cálculo y utilidad del delta check, el índice de individualidad y el valor de referencia del cambio.

El último capítulo habla de la seguridad del paciente, contemplada no solo desde el laboratorio, sino también desde el mismo momento en que pensamos en solicitar un análisis. Se trata de un aspecto muy relevante, ya que la solicitud de pruebas de laboratorio, junto a la prescripción de medicamentos, son las dos intervenciones que más frecuentemente se utilizan de forma inadecuada. Para enfrentar este problema, un paradigma de seguridad del paciente, la atención primaria es cardinal. Los modelos sanitarios basados en atención primaria contribuyen a la reducción del uso excesivo o inadecuado de las pruebas de laboratorio.

El término adecuación no tiene un contenido economicista y no se refiere solo a aspectos cuantitativos. Implica solicitar a quien lo necesita, en el momento oportuno y con el contenido más útil, siempre bajo el compromiso entre beneficio riesgo y considerando las preferencias del paciente. Abordar esta cuestión excede el ámbito del profesional del médico de familia. Requiere considerar, además de factores propios (perfil de práctica clínica individual), factores estructurales, profesionales, sociales, etc., otros aspectos como la complejidad creciente de los pacientes, el grado de tolerancia a la incertidumbre, la cultura sanitaria mayoritaria, las expectativas del paciente (propensos a hacer, frente a la prudente vigilancia expectante) y del profesional (propensos a sobreestimar los beneficios y minimizar los riesgos), la autoexigencia de disponer de un diagnóstico (modelo formativo y criterio de reconocimiento profesional), los excesos de la biometría, las guías de práctica clínica que no contemplan la complejidad de los pacientes con multimorbilidad, los modelos de organización de la consulta, incluida la presión asistencial, son algunos de ellos.

Frente a todas estas dificultades reales, el médico de familia dispone de una potente y distintiva herramienta, en la medida en que las limitaciones estructurales y las decisiones de los gestores se lo permiten: el conocimiento del paciente, forjado en la continuidad de las consultas y el conocimiento mutuo, es decir, la longitudinalidad.

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Los autores de los 9 artículos que conforman este número especial de la revista AMF son, por orden de aparición, Carlos Coscollar Santaliestra, María Escorihuela Gimeno, María Esther Solé Llop, Paula Sienes Bailo, Marta Domínguez García, Jose Luís Cañada Millán y Rosa María Añel Rodríguez


+ info:
Ceriotti F, Hinzmann R, Panteghini M. Reference intervals: the way forward. Ann Clin Biochem. 2009 Jan;46(Pt 1):8-17. 
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Publicado por María Escorihuela y Carlos Coscollar

Cómo citar esta entrada:
Escorihuela Gimeno M, Coscollar Santaliestra C. Uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria: monográfico publicado en AMF[Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [21 de diciembre de 2024; consultado 21 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/12/uso-adecuado-del-laboratorio-clinico-en.html