Estos serían los atributos esenciales de la medicina de familia y la atención primaria, vistos desde el punto de vista del paciente. Entre estos atributos, junto al de primer contacto, la integralidad y la coordinación, Barbara Starfield incluye la longitudinalidad, que define como la relación personal que se establece a lo largo del tiempo entre el médico y los pacientes de una consulta. La longitudinalidad propicia un compromiso entre el paciente y su médico de familia basado en la confianza y conocimiento mutuos.
Una relación más o menos longitudinal puede darse entre los pacientes y los médicos de diferentes especialidades, pero solo los de familia tienen el título más valioso, el que otorgan los pacientes: el de "mi médico".
Como los remeros que llevan tiempo navegando juntos, el paciente y su médico, en una relación longitudinal, acompasan sus esfuerzos para navegar lo mejor posible por los problemas de salud y por el sistema sanitario. La evidencia científica y el sentido común nos dicen que así los resultados son mejores que cambiando continuamente a quienes han de aunar sus esfuerzos.
Sobre este aspecto clave de la medicina de familia versa el editorial de Formación Médica Continuada (FMC) El poder de la longitudinalidad y el vínculo en atención primaria que firma Rosa Añel, integrante del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de semFYC.
La autora aclara términos que a veces se confunden por ignorancia o mala fe, como la diferencia entre la longitudinalidad y la continuidad de la atención a un determinado problema de salud de un paciente por parte de diferentes profesionales. El médico de familia ofrece tanto continuidad asistencial (el seguimiento de cada uno de los problemas específicos) como continuidad relacional o longitudinal (la atención al conjunto de los problemas de salud que afectan al paciente a lo largo de su vida).
En el artículo la autora documenta los probados beneficios de la longitudinalidad, tanto en los resultados en el paciente en salud, satisfacción, calidad y esperanza de vida, como en el profesional, cuya satisfacción también mejora, y en el sistema sanitario, al que hace más eficiente tanto en la atención primaria como en su conjunto.
Señala la autora algunos hechos bien conocidos por pacientes y profesionales en los que convendría profundizar, como el impacto de la mera expectativa de una relación duradera desde el primer contacto. Tanto los profesionales como los pacientes se comportan de manera diferente cuando se trata de una asistencia puntual que cuando es el primer encuentro en una relación con perspectiva de futuro. Esta expectativa, por sí misma, además de hacer que el encuentro y sus resultados cambien, favorece el establecimiento del vínculo relacional desde el primer momento.
La longitudinalidad favorece el vínculo, la unión invisible que liga al profesional con el paciente, la familia y la comunidad donde ejerce, y viceversa. Como recalca la autora, el poder de la longitudinalidad está en el vínculo, que va aumentando a lo largo del tiempo, y el poder de la atención primaria está en la longitudinalidad: "Si nos quitan la longitudinalidad, dejaremos de ser lo que somos, y dejaremos de hacer atención primaria".
Publicado por Jesús Palacio Lapuente
Cómo citar esta entrada:
Palacio Lapuente J. Es mi médica: el poder de la longitudinalidad y el vínculo entre paciente y profesional en atención primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [28 de octubre de 2024; consultado 28 de octubre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/11/es-mi-medica-el-poder-de-la.html