Medicamentos distintos con la misma apariencia y medicamentos iguales con distinta apariencia. Fuente: @Amonterodel |
Para las empresas farmacéuticas, el diseño de los envases y su contenido es una cuestión de distinción e influencia, es decir, de mercadotecnia. Los laboratorios buscan diferenciarse de la competencia, quieren que los consumidores les identifiquen fácilmente, y priorizan la imagen de marca frente al uso seguro de la medicación por parte de los pacientes.
Para los pacientes y las personas que los cuidan, la apariencia externa es un aspecto crucial en la identificación de los medicamentos. Sirva como ejemplo el caso de una mujer de 77 años que durante cinco días tomó el doble de dosis de lorazepam y no tomó la loratadina, por confundir las casi idénticas presentaciones de ambos fármacos. No es un caso infrecuente, dado el riesgo patente: en este caso la similitud se da entre los dos envases, tanto de las cajas como de los blísteres, así como de la forma, tamaño y color de los comprimidos. Su hijo divulgó el caso en X con estas fotografías de las cajas (tras advertir el problema y para paliarlo la paciente apuntó "ALERGIA" en la de loratadina) y de los blísteres.
Fuente de las imágenes: @SrLlovet |
Al hacerse viral el tuit, el laboratorio fabricante respondió que se disponía a cambiar el color del envase de lorazepam a verde, lo que podría conducir a esto:
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Fuente: @Amonterodel |
Fuente: Vademecum.com vía @Amonterodel |
Este caso es un ejemplo de lo que pasa cuando la seguridad ligada a la apariencia de los medicamentos no se regula, tras estudio y consenso con las organizaciones profesionales y de pacientes/consumidores, sino que se deja a la voluntad de los laboratorios y al capricho de sus diseñadores, más pendientes de la imagen corporativa que de la seguridad.
Es preciso estandarizar, mediante acuerdos internacionales, el uso prudente de colores, formas y símbolos. Iniciativas unilaterales, al impulso de lo que vaya saliendo en redes sociales y medios, dispersas e incluso contradictorias, no van a solucionar el problema y pueden complicarlo aún más.
El problema de sufrir una sobredosis con lorazepam, como con otros fármacos, no se da solo por confusión entre medicamentos diferentes con el mismo aspecto, sino también por el problema inverso: que al paciente le dispensen en la farmacia diferentes marcas del mismo principio activo, cada una con una apariencia totalmente distinta, se le junten varias en casa y tome un comprimido de cada una, pensando que son diferentes fármacos. Es el caso de una paciente que acudió a consulta por somnolencia y torpeza, con el descubrimiento por parte del profesional, al revisar la medicación, de que tomaba 1 comprimido de cada una de las tres diferentes presentaciones de lorazepam que le habían ido dispensando.
Fuente: @Ramipril_ |
La prestigiosa revista Prescrire, en un editorial de su edición internacional, destacaba que un medicamento es más que un principio activo y unos excipientes: un medicamento es también un producto físico que forma parte de la vida diaria del paciente. Los envases mal diseñados exponen a daños evitables a los pacientes, y dificultan la labor de las personas cuidadoras y de los profesionales sanitarios.
Como señalamos en agosto de 2011, la prescripción por principio activo sin el requisito de su identificación inequívoca conlleva un elevado riesgo para la seguridad de los pacientes, ya que con una misma prescripción el paciente puede recibir un envase distinto cada vez que pase por la farmacia. En esta entrada lanzamos el lema "Si son iguales, que parezcan iguales".
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP) y la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) asumieron el lema y solicitaron al gobierno una regulación del aspecto de los medicamentos para evitar este tipo de errores.
La propuesta de las sociedades científicas —apoyada por organizaciones profesionales y de consumidores— llegó hasta el Congreso en España en 2018, donde la Comisión de Sanidad instó al Gobierno a normalizar la apariencia de los medicamentos de manera que sea fácilmente identificable cuáles son iguales y cuáles son diferentes. Pero el Gobierno no tomó en consideración la proposición de la mayoría de los grupos parlamentarios, desaprovechando así la oportunidad que ofrecía la introducción de la nueva normativa europea para dificultar las falsificaciones, que obligó a reimprimir las cajas de todos los medicamentos.
En la línea de lo recomendado por la National Patient Safety Agency británica, en la Proposición No de Ley de la Comisión de Sanidad del Congreso se planteaba la normalización de 3 de las caras de las cajas, la principal y dos laterales, como se muestra en la figura bajo estas líneas.
La propuesta de estandarización del diseño de las cajas fue ampliada en la Comisión de Sanidad a la isoapariencia integral: no sólo de las cajas, sino también de su contenido, como blísteres y formas farmacéuticas (pastillas, cápsulas...).
Retomar por parte del Gobierno actual esta proposición y llevarla a la práctica, tras consensuarla con entidades profesionales y de pacientes/consumidores, supondría un cambio histórico en la seguridad de la medicación, que sería un ejemplo a nivel internacional.
Evitar los daños a los pacientes causados por confusiones relacionadas con el aspecto de los medicamentos era, y es, un asunto de voluntad política.
Si son iguales que parezcan iguales, y si son diferentes que parezcan diferentes.
Publicado por Jesús Palacio, Rosa Añel y María Fernández
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