Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria


La revista Actualización en Medicina de Familia (AMF), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha publicado el número especial "Una mirada al laboratorio clínico". El artículo que cierra este monográfico, titulado "Pruebas del laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria", aborda las causas del uso inadecuado de este tipo de pruebas y las medidas para optimizar su utilización. Su autora, Rosa Añel, integrante del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de semFYC, invita a reflexionar sobre la necesidad de adecuar el uso de estas pruebas para evitar que generen más problemas que beneficios al paciente.

Las pruebas de laboratorio constituyen una herramienta esencial para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes en atención primaria. Sin embargo, existen múltiples factores que afectan a su adecuada utilización y comprometen la seguridad del paciente, tanto por exceso como por defecto. 

La solicitud de pruebas de laboratorio, cuando no son necesarias, puede causar eventos adversos evitables. Es el caso de los hallazgos incidentales irrelevantes o de los falsos positivos y negativos, que inducen a los profesionales a errar en la interpretación de los resultados, el enfoque diagnóstico inicial, el manejo y el tratamiento, así como a la generación de cascadas diagnósticas y terapéuticas, que conllevan nuevas pruebas y tratamientos innecesarios. 

En el otro extremo, la no realización de pruebas de laboratorio cuando son necesarias es también un problema significativo para la seguridad del paciente. Generalmente, conlleva retrasos en el proceso diagnóstico y en el inicio del tratamiento necesario. Esto, a su vez, repercute negativamente en la evolución del proceso clínico del paciente y en su pronóstico.

En general, en los sistemas sanitarios de los países desarrollados, el sobreúso de las pruebas de laboratorio es mucho más frecuente que su infrautilización. Aunque, como señala en su artículo Añel, "la preocupación por la adecuación en la solicitud de pruebas de laboratorio excede el aspecto cuantitativo: el asunto no es si se hacen muchas o pocas, sino más bien si se hacen las que hay que hacer, a quien las necesita y en el momento oportuno". Su recomendación para resolver este dilema es acostumbrarnos a hacernos algunas preguntas antes de solicitar los análisis, que también son aplicables a otros procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Se trata de las 9 cuestiones recogidas en la siguiente figura, que reproducimos a un tamaño mayor al que aparece en el artículo de la revista para facilitar su lectura y su uso en la clínica, la docencia y la divulgación:
Cabe señalar que la última pregunta, "¿Qué puede pasar si no se realiza la prueba?", vale tanto para evitar los excesos como los defectos al actuar.

Para finalizar, detallamos los 10 puntos clave con los que la autora introduce el artículo, que constituyen un excelente resumen de los contenidos del mismo y animan a su lectura:

  1. Los análisis de sangre son las pruebas complementarias que generan mayores expectativas, las más demandadas y las más sobrevaloradas en cuanto a su utilidad.
  2. Cuando se utilizan de forma inadecuada, se convierten en prácticas de poco valor y aumentan el riesgo de efectos perjudiciales para el paciente.
  3. El uso excesivo de pruebas diagnósticas incrementa la probabilidad de resultados falsos, de interpretaciones erróneas y de cascadas diagnósticas y terapéuticas.
  4. Los profesionales de Atención Primaria (AP) desempeñan un papel esencial en la reducción de las intervenciones innecesarias, incluyendo el uso inapropiado de pruebas de laboratorio.
  5. El contexto y las condiciones de trabajo deben ser favorables. En AP, la principal herramienta diagnóstica es el tiempo de atención al paciente.
  6. Las pruebas de laboratorio no deben, ni pueden, suplir a la anamnesis y la exploración física, elementos indispensables para un adecuado enfoque diagnóstico.
  7. Optimizar el manejo de la incertidumbre, identificar las situaciones en las que lo mejor es «ver y esperar» y aprovechar las ventajas de la longitudinalidad son aspectos clave para el uso seguro de las pruebas de laboratorio.
  8. El soporte de las guías que faciliten la adecuación de la práctica clínica, en base a la mejor evidencia disponible en cada momento, es otro aspecto esencial.
  9. Las decisiones de gestión que comprometen las cualidades de la AP dificultan su adecuado desempeño y aumentan las intervenciones de poco valor.
  10. Las decisiones organizativas y de gestión, al igual que las decisiones clínicas, deberían basarse en evidencias, no en ocurrencias.

Publicado por Sano y salvo
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Cómo citar esta entrada:
Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [14 de enero de 2025; consultado 14 de enero de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/01/pruebas-de-laboratorio-y-seguridad-del.html


Actualización del Protocolo de Londres, una de las herramientas más utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en los sistemas sanitarios

El Protocolo de Londres es una de las herramientas más ampliamente utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en el ámbito sanitario. Aporta una metodología de estudio estructurada, con el objetivo de detectar todos los factores que han contribuido al incidente, comprender las causas subyacentes y reflexionar sobre las medidas de mejora necesarias para evitar su repetición. 

El análisis sistemático de los incidentes de seguridad del paciente aporta un conocimiento más amplio de las circunstancias en las que se han producido, ayudando a identificar los puntos débiles del sistema y detectar las situaciones de riesgo. El Protocolo de Londres pone el foco en qué ha ocurrido y por qué. En palabras de sus autores, "nos aleja de un enfoque estrecho sobre quién hizo qué y nos guía a un examen integral de lo que el incidente revela sobre el sistema en general y cuáles son las implicaciones para mejorar la seguridad", ya que "la mayoría de los problemas de seguridad se derivan de cuestiones sistémicas más amplias y, por lo general, no solo es injusto sino completamente inútil culpar a las personas". Esta forma de proceder facilita el aprendizaje y el desarrollo de una cultura de seguridad positiva en las organizaciones sanitarias, evitando culpabilizar a los profesionales como cabezas de turco. 

Los autores de la anterior versión del Protocolo de Londres, publicada en 2004 en la revista Clinical Risk, creen que, aunque los conceptos y prácticas esenciales que lo sustentan siguen siendo sólidos, el enfoque debe adaptarse a los desafíos actuales. La atención sanitaria ha cambiado de muchas maneras en los últimos 20 años, y el análisis y la prevención de incidentes debe perfeccionarse para reflejar dichos cambios. 

La finalidad del análisis de los incidentes clínicos es lograr un sistema sanitario más seguro, por lo que averiguar qué sucedió y por qué es solo la primera etapa del análisis general. El verdadero propósito es utilizar el incidente para reflexionar sobre lo que revela acerca de las deficiencias y carencias del sistema. Por esto han denominado a su enfoque "análisis de sistemas", en referencia a un examen amplio de todos los aspectos del sistema de atención sanitaria en cuestión y de las interacciones entre los factores humanos, técnicos y organizativos. Este enfoque incluye a todas las personas involucradas en el sistema y cómo se comunican, interactúan y crean la cultura de seguridad en la organización sanitaria.

El Protocolo de Londres 2024 pone mayor énfasis en los siguientes aspectos:
  • Incorporar a los pacientes y a las familias en el análisis y revisión de los incidentes de seguridad. 
  • Considerar tanto el impacto físico como psicológico en las personas involucradas. 
  • Examinar períodos de tiempo mucho más largos y evaluar los factores contribuyentes en diferentes puntos del trayecto asistencial del paciente.
  • Valorar las consecuencias de los incidentes con más detalle. Además del análisis de las causas y los factores contribuyentes, incorporar la evaluación de las consecuencias del incidente y del apoyo que se ha prestado a los diferentes afectados: el paciente, su familia y el personal sanitario.
  • Aprender tanto del éxito como del fracaso, recoger la información sobre lo que ha ido bien. El análisis de los "casi accidentes", en los que se evitó por poco el daño, también puede proporcionar información valiosa sobre el sistema en general.
  • Evitar la elaboración de recomendaciones basadas en el análisis de un único incidente. Promover análisis más profundos y reflexivos, en lugar de realizar múltiples informes rutinarios y repetitivos.
  • Realizar un enfoque más estructurado de las recomendaciones, incluyendo una crítica de los estándares, políticas y procedimientos existentes.
  • Mejorar la redacción de los informes y de las recomendaciones de mejora.

El 12 de febrero de 2025 tendrá lugar un taller de formación online para mostrar las novedades y potenciar el uso y aprovechamiento de esta herramienta. El taller estará impartido por Helen Higham y Charles Vincent, dos de los autores del Protocolo de Londres actualizado. Al final de la sesión de formación se abrirá un turno de preguntas y debate sobre cualquiera de los aspectos planteados. El evento, de inscripción gratuita, está organizado por la Fundación de Salud Q, constituida por la Health Foundation y los servicios de salud de Inglaterra e Irlanda.

+ info
Vincent C, Adams S, Bellandi T, Higham H, Michel P, Staines A. Systems Analysis of Clinical Incidents: The London Protocol 2024.
Taylor-Adams S, Vincent C. Systems analysis of clinical incidents: the London protocol. Clinical Risk. 2004;10(6):211-220. 
Vincent C, Taylor-Adams S, Chapman EJ, Hewett D, Prior S, Strange P, Tizzard A. How to investigate and analyse clinical incidents: clinical risk unit and association of litigation and risk management protocol. BMJ. 2000;320(7237):777-781.

Publicado por Rosa Añel

Cómo citar esta entrada:
Añel Rodríguez RM. Actualización del Protocolo de Londres, una de las herramientas más utilizadas para analizar los incidentes de seguridad del paciente en los sistemas sanitarios. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [24 de diciembre de 2024; consultado 24 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/12/actualizacion-del-protocolo-de-londres.html


Uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria: monográfico publicado en AMF

Con el título "Una mirada al laboratorio clínico", la revista Actualización en Medicina de Familia (AMF), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha publicado un número monográfico sobre el uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria. Es de acceso libre para socios de semFYC, además de para suscriptores de AMF. Sus coordinadores, Carlos Coscollar y María Escorihuela, nos han explicado cómo surgió el proyecto de elaboración de este número especial, cuáles son sus contenidos y por qué interesa su lectura a todos los profesionales sanitarios, muy especialmente a los que trabajamos en atención primaria. Reproducimos a continuación el resumen que Carlos y María han redactado para nuestro blog.

El monográfico surge de un encargo hecho por el comité editorial de AMF. Todos los años, además de los números ordinarios, AMF publica dos monográficos. El laboratorio clínico, visto desde la atención primaria, era un tema pendiente de tratar, a pesar de ser la prueba complementaria por excelencia en nuestra práctica clínica. Se estima que entre el 30 y el 40% de las consultas se acompañan de solicitud de análisis. Un dato que contrasta con el reducido impacto que suelen tener en la gestión clínica del paciente, como se demostró en un estudio realizado recientemente en el Reino Unido, en el que se vio que hasta un 50% de las solicitudes de análisis clínicos no condujeron a cambio alguno en el manejo del paciente. 

La primera tarea fue definir el planteamiento y los contenidos del monográfico. Descartamos realizar una aproximación “al uso”, asumiendo el riesgo de evitar el formato de glosario de pruebas de laboratorio, indicaciones, interpretación, recomendaciones, etc. Ese enfoque ya estaba disponible, por lo decidimos centrarnos más en el “continente" que en el "contenido”. Es decir, poner el foco más en toda la compleja tramoya que sostiene el proceso analítico, que culmina con la decisión de solicitar o no un análisis, en el modo de hacerlo y en su adecuada interpretación posterior. Se ha hecho necesario reflexionar sobre los determinantes que condicionan el rendimiento de las pruebas de laboratorio, dentro de un contexto más amplio: el razonamiento clínico. Se trata, por tanto, de un monográfico más competencial que de habilidades, cuyo objetivo final es ayudar a convertir una prueba válida (condición básica e inexcusable) en una prueba útil, en términos de resultados para el paciente y para el profesional.

Al primer capítulo, que describe la situación del laboratorio en España, le sigue un análisis de las distintas fases del proceso analítico: preanalítica, analítica y postanalítica. Se ha añadido una fase previa, la pre-preanalítica, a la que se dedica un apartado específico. El monográfico se completa con otros capítulos que abordan la importancia de un mayor acercamiento y colaboración entre el laboratorio clínico y el primer nivel asistencial, y los problemas relacionados con el clásico "chequeo de salud" mediante análisis de sangre. Los capítulos sobre valores críticos y valores clínicamente irrelevantes incorporan los aspectos relativos a habilidades. Para finalizar, se incluye un capítulo dedicado a la seguridad del paciente durante todo el circuito.

La elevada variabilidad observada en estas peticiones afecta tanto al volumen como al contenido, y no se limita solo a ámbitos diferentes, sino que también se describe entre médicos de familia que desempeñan en escenarios casi idénticos. Una parte de esa variabilidad es inevitable por la naturaleza de nuestro trabajo, y otra se justifica por la necesidad de adecuarse a las necesidades de pacientes individuales. Pero hay una variabilidad indeseable y no justificada que favorece el error por inadecuación, por exceso o por defecto, y las interpretaciones erróneas o, en ocasiones, excesivamente estandarizadas (“sujetas a protocolo”).

Tras esta introducción, el monográfico se detiene en la fase previa del proceso analítico (fase pre-preanalítica) recordando los fundamentos de una correcta selección de la prueba y reflexionando sobre los riesgos del exceso de biometría, promovidos por la excesiva confianza en lo aparentemente “objetivo” de lo cuantitativo. Se revisa el significado de los límites de referencia, su modo de cálculo y sus limitaciones y su relación contextual con la salud/enfermedad. También se revisan los términos de sensibilidad, especificidad, valores predictivos y cocientes de probabilidad, que hablan de validez y de la seguridad de la prueba y que, en última instancia, nos ayudan a interpretar mejor y a reflexionar sobre el mismo razonamiento clínico, identificando posibles debilidades.

Durante el monográfico se hace referencia a diferentes fuentes de variabilidad, en las tres fases del proceso. Actualmente, la variabilidad analítica, la que se ciñe al ámbito del laboratorio clínico, es muy pequeña, resultando la preanalítica, la fuente de mayor variabilidad: preparación del paciente, obtención de la muestra y procesamiento de la misma. Gran parte de estas fuentes de variabilidad son susceptibles de control mediante estandarización y controles de calidad. Sin embargo, la variabilidad biológica, tanto individual como interindividual, es inherente al hecho biológico y debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar adecuadamente resultados diferentes. Esta cuestión es abordada, específicamente, en el capítulo dedicado a la fase postanalítica.

Con excesiva frecuencia, se observa un cierto automatismo o inercia a la hora de solicitar una determinada analítica. Sin embargo, la práctica experta, que pretende hacer uso del laboratorio de modo eficiente, seguro y útil, implica un ejercicio complejo, especialmente si consideramos el compromiso con el paciente que obliga a una atención segura y de calidad. La tarea se hace especialmente difícil en el primer nivel asistencial, donde la incertidumbre, los contextos clínicos complejos, con frecuencia poco definidos (fases iniciales, presentaciones atípicas) y la escasez de tiempo no facilitan la tarea. El objetivo final es conseguir la adecuación de las solicitudes, es decir, conseguir que el resultado responda a la pregunta (necesidad) que el clínico se había hecho enfrentado a un dilema clínico, con un beneficio que exceda al daño, y a un coste y con un riesgo razonables.

La adecuación de las pruebas convoca a los clínicos, al propio laboratorio y a la comunicación entre ellos. Deben establecerse estrategias de gestión de la demanda conjuntas, compartidas, consensuadas, flexibles, monitorizadas y adaptadas a contexto clínico. Es decir, estrategias centradas en rentabilizar los recursos para conseguir el máximo impacto en la calidad asistencial garantizando que las solicitudes que lleguen al laboratorio sean adecuadas y conduzcan a resultados con utilidad clínica. Uno de los capítulos del monográfico está dedicado precisamente a este tema.

Sigue resultando inevitable hablar de los chequeos que suelen incorporar, de modo prácticamente inevitable, un análisis. Hace tiempo que se dispone de documentación suficiente acerca de la ineficacia y riesgos de este tipo de intervenciones. Sin embargo, quizá llevados por ciertas inercias promovidas de modo no casual, es una cuestión vigente que genera consultas con contenidos peculiares. Los chequeos se llevan a cabo en población sana, o para resultar más preciso, en población asintomática, sin evaluación previa de riesgos individuales y, suelen ser, estandarizados, sistemáticos y periódicos. Es decir, al tratarse de población con baja prevalencia (probabilidad preprueba) de enfermedad, la probabilidad de obtener falsos positivos se dispara, especialmente si consideramos que los análisis son repetidos con periodicidad, habitualmente anual. El riesgo, por tanto, es propiciar cascadas diagnósticas innecesarias, sobrediagnóstico y sobretratamiento, con daños de diferente naturaleza, sin ofrecer beneficio alguno.

Se hace referencia a un concepto opinable en su formulación, pero que cualquier profesional reconocerá: “el valor terapéutico de los análisis”. Precisamente en ese contexto de baja prevalencia, es especialmente necesario aplicar el consentimiento informado (informal o verbal) en las pruebas de laboratorio y atender a las cuestiones éticas que plantea el chequeo.

En un mismo capítulo se abordan la recepción, comunicación y manejo de valores críticos, y lo que puede parecer su opuesto: los valores clínicamente irrelevantes. Ambos son elementos que añaden complejidad a la fase postanalítica. Los valores críticos, es decir, los valores que ponen en riesgo la integridad o pronóstico del paciente, obligan a una comunicación lo más rápida posible que permita una valoración urgente. La bibliografía no facilita un listado único de valores críticos, por lo que nos hemos decantado por una selección basada en la frecuencia y relevancia, proponiendo criterios de manejo. Todo laboratorio debe disponer de un listado de valores críticos y protocolos de comunicación que, idealmente, deben negociarse con los clínicos. 

El concepto “valores clínicamente irrelevantes” es tan familiar para el profesional como insólito en la bibliografía. Viene definido por la decisión del profesional de no conceder importancia a valores fuera de los límites de referencia, en un determinado contexto clínico y tras una cuidadosa evaluación. Una tarea difícil, en ausencia de bibliografía, y comprometida que, con frecuencia, obliga a una explicación al paciente como consecuencia de la “cultura de los asteriscos”. La elección de los analitos que se explican en este capítulo es resultado de la experiencia y reflexión de los autores. Contamos con la complicidad y generosidad del lector, que entenderá la “intención” de utilizar el término irrelevante, cuando nos referimos, en determinados contextos, a ciertos valores de creatinina, bilirrubina, ácido úrico, hormona estimulante del tiroides, velocidad de sedimentación globular o marcadores tumorales, o de vitamina D.

El capítulo del postanálisis se centra en la interpretación de los resultados obtenidos, que dependerá, en gran medida, del motivo de la solicitud, del contexto y la expectativa clínica. Es cierto que esto lo hacemos de forma muy intuitiva, pero cada pregunta clínica requiere del uso de distintos tipos de referencias para interpretar y dar valor a los resultados. Por ejemplo, cuando la solicitud responde a un control de salud, la interpretación utiliza es el intervalo de referencia. Un valor dentro del intervalo genera tranquilidad, pero exige ser conscientes de las limitaciones del intervalo, condicionadas por el mismo modo en el que se lleva a cabo su cálculo (95% de población “sana” y representativa). Cuando la solicitud se lleva a cabo ante el riesgo de presentar una determinada enfermedad o confirmación de un diagnóstico, deben utilizarse los límites de decisión, que actúan como límites divisorios entre “lo normal” y “lo patológico”. Este límite no se establece con poblaciones “sanas”, sino que el criterio es el resultado de estudios clínicos, directrices o valores de consenso que se modifican según la evidencia disponible. En el tercer escenario, la petición de análisis en el contexto del seguimiento de un paciente (una patología determinada o un tratamiento a monitorizar), la referencia será el perfil analítico del propio paciente, y para evaluar la significación de los cambios apreciados es aconsejable conocer, o al menos no desconsiderar, el impacto de la variabilidad biológica de los analitos, tanto intraindividual, como interindividual. En el capítulo se explican el significado, cálculo y utilidad del delta check, el índice de individualidad y el valor de referencia del cambio.

El último capítulo habla de la seguridad del paciente, contemplada no solo desde el laboratorio, sino también desde el mismo momento en que pensamos en solicitar un análisis. Se trata de un aspecto muy relevante, ya que la solicitud de pruebas de laboratorio, junto a la prescripción de medicamentos, son las dos intervenciones que más frecuentemente se utilizan de forma inadecuada. Para enfrentar este problema, un paradigma de seguridad del paciente, la atención primaria es cardinal. Los modelos sanitarios basados en atención primaria contribuyen a la reducción del uso excesivo o inadecuado de las pruebas de laboratorio.

El término adecuación no tiene un contenido economicista y no se refiere solo a aspectos cuantitativos. Implica solicitar a quien lo necesita, en el momento oportuno y con el contenido más útil, siempre bajo el compromiso entre beneficio riesgo y considerando las preferencias del paciente. Abordar esta cuestión excede el ámbito del profesional del médico de familia. Requiere considerar, además de factores propios (perfil de práctica clínica individual), factores estructurales, profesionales, sociales, etc., otros aspectos como la complejidad creciente de los pacientes, el grado de tolerancia a la incertidumbre, la cultura sanitaria mayoritaria, las expectativas del paciente (propensos a hacer, frente a la prudente vigilancia expectante) y del profesional (propensos a sobreestimar los beneficios y minimizar los riesgos), la autoexigencia de disponer de un diagnóstico (modelo formativo y criterio de reconocimiento profesional), los excesos de la biometría, las guías de práctica clínica que no contemplan la complejidad de los pacientes con multimorbilidad, los modelos de organización de la consulta, incluida la presión asistencial, son algunos de ellos.

Frente a todas estas dificultades reales, el médico de familia dispone de una potente y distintiva herramienta, en la medida en que las limitaciones estructurales y las decisiones de los gestores se lo permiten: el conocimiento del paciente, forjado en la continuidad de las consultas y el conocimiento mutuo, es decir, la longitudinalidad.

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Los autores de los 9 artículos que conforman este número especial de la revista AMF son, por orden de aparición, Carlos Coscollar Santaliestra, María Escorihuela Gimeno, María Esther Solé Llop, Paula Sienes Bailo, Marta Domínguez García, Jose Luís Cañada Millán y Rosa María Añel Rodríguez


+ info:
Ceriotti F, Hinzmann R, Panteghini M. Reference intervals: the way forward. Ann Clin Biochem. 2009 Jan;46(Pt 1):8-17. 
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Publicado por María Escorihuela y Carlos Coscollar

Cómo citar esta entrada:
Escorihuela Gimeno M, Coscollar Santaliestra C. Uso adecuado del laboratorio clínico en atención primaria: monográfico publicado en AMF[Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [21 de diciembre de 2024; consultado 21 de diciembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/12/uso-adecuado-del-laboratorio-clinico-en.html


Es mi médica: el poder de la longitudinalidad y el vínculo entre paciente y profesional en atención primaria

"Es mi médica. Cuando tengo algún problema de salud voy a ella y me lo resuelve ella misma la mayor parte de las veces. Otras veces me manda a la enfermera, a urgencias o a otro especialista, pero siempre está pendiente de cómo me va. Me conoce mejor que nadie y confío en ella. Hace muchos años que nos conocemos y espero que siga siendo mi médica muchos más".

Estos serían los atributos esenciales de la medicina de familia y la atención primaria, vistos desde el punto de vista del paciente. Entre estos atributos, junto al de primer contacto, la integralidad y la coordinación, Barbara Starfield incluye la longitudinalidad, que define como la relación personal que se establece a lo largo del tiempo entre el médico y los pacientes de una consulta. La longitudinalidad propicia un compromiso entre el paciente y su médico de familia basado en la confianza y conocimiento mutuos.

Una relación más o menos longitudinal puede darse entre los pacientes y los médicos de diferentes especialidades, pero solo los de familia tienen el título más valioso, el que otorgan los pacientes: el de "mi médico".

Como los remeros que llevan tiempo navegando juntos, el paciente y su médico, en una relación longitudinal, acompasan sus esfuerzos para navegar lo mejor posible por los problemas de salud y por el sistema sanitario. La evidencia científica y el sentido común nos dicen que así los resultados son mejores que cambiando continuamente a quienes han de aunar sus esfuerzos.

Sobre este aspecto clave de la medicina de familia versa el editorial de Formación Médica Continuada (FMC) El poder de la longitudinalidad y el vínculo en atención primaria que firma Rosa Añel, integrante del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de semFYC.

La autora aclara términos que a veces se confunden por ignorancia o mala fe, como la diferencia entre la longitudinalidad y la continuidad de la atención a un determinado problema de salud de un paciente por parte de diferentes profesionales. El médico de familia ofrece tanto continuidad asistencial (el seguimiento de cada uno de los problemas específicos) como continuidad relacional o longitudinal (la atención al conjunto de los problemas de salud que afectan al paciente a lo largo de su vida).

En el artículo la autora documenta los probados beneficios de la longitudinalidad, tanto en los resultados en el paciente en salud, satisfacción, calidad y esperanza de vida, como en el profesional, cuya satisfacción también mejora, y en el sistema sanitario, al que hace más eficiente tanto en la atención primaria como en su conjunto.

Señala la autora algunos hechos bien conocidos por pacientes y profesionales en los que convendría profundizar, como el impacto de la mera expectativa de una relación duradera desde el primer contacto. Tanto los profesionales como los pacientes se comportan de manera diferente cuando se trata de una asistencia puntual que cuando es el primer encuentro en una relación con perspectiva de futuro. Esta expectativa, por sí misma, además de hacer que el encuentro y sus resultados cambien, favorece el establecimiento del vínculo relacional desde el primer momento.

La longitudinalidad favorece el vínculo, la unión invisible que liga al profesional con el paciente, la familia y la comunidad donde ejerce, y viceversa. Como recalca la autora, el poder de la longitudinalidad está en el vínculo, que va aumentando a lo largo del tiempo, y el poder de la atención primaria está en la longitudinalidad: "Si nos quitan la longitudinalidad, dejaremos de ser lo que somos, y dejaremos de hacer atención primaria".


+ info:
Añel Rodríguez RM. El poder de la longitudinalidad y el vínculo en atención primaria. FMC - Formación Médica Continuada en Atención Primaria, Volume 31, Issue 9, 2024, Pages 447-449, ISSN 1134-2072. DOI: https://doi.org/10.1016/j.fmc.2024.04.005.
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Ver en este blog:
Palacio Lapuente J. Las ventajas de una relación estable entre el paciente y su médico: longitudinalidad, calidad, eficiencia y seguridad. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [27 de septiembre de 2019; consultado 27 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2019/09/las-ventajas-de-una-relacion-estable.html
Palacio Lapuente J. Longitudinalidad en Atención Primaria: un factor protector de la salud. Editorial de la Revista Clínica de Medicina de Familia que mueve a la reflexión y a la acción. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [30 de junio de 2022; consultado 27 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2022/06/longitudinalidad-en-atencion-primaria.html

Publicado por Jesús Palacio Lapuente


Cómo citar esta entrada:

Palacio Lapuente J. Es mi médica: el poder de la longitudinalidad y el vínculo entre paciente y profesional en atención primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [28 de octubre de 2024; consultado 28 de octubre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/11/es-mi-medica-el-poder-de-la.html


18 de noviembre, Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos 2024

 

El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos 2024. Es una iniciativa impulsada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) que surgió en 2008 con el objetivo de sensibilizar sobre la amenaza que supone la resistencia a los antibióticos para la salud pública, y fomentar un uso prudente de los mismos en el ámbito de la salud humana, animal y medioambiental.

Desde entonces, cada año, se celebra en toda Europa con campañas nacionales que se despliegan el 18 de noviembre o en torno a esa fecha. La campaña de este año se enfoca en la importancia de la educación y la prevención, por medio del fortalecimiento de la comunicación entre los profesionales de atención primaria, farmacéuticos y pacientes, para garantizar un uso adecuado de los antibióticos. 

En su página web, el ECDC facilita diferentes materiales y herramientas para desarrollar y personalizar la campaña, así como para compartir las acciones realizadas y reforzar su divulgación en redes sociales a nivel mundial con los hashtags #EAAD, #AntimicrobialResistance y #KeepAntibioticsWorking. 

Además, con el objetivo de mantener a los pacientes en el centro del debate, el 18 de noviembre, de 13:00 a 15:30 h. CET, se celebrará un seminario online titulado "La resistencia a los antimicrobianos es invisible, yo no lo soy". Este evento, de acceso gratuito y abierto al público en general, se organizará en dos partes: la primera, a cargo de un panel de expertos, con ponentes de la Comisión Europea, el ECDC, la Agencia Europea de Medicamentos, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Organización Mundial de la Salud; y la segunda, con intervenciones del Foro Europeo de Pacientes y Health First Europe. 


En nuestro país, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) coordina y define las líneas de acción del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), cuyo objetivo es reducir la resistencia a los antibióticos. En su página web se puede consultar toda la información sobre la campaña "Antibióticos, protegernos es su trabajo. El tuyo, usarlos bien", así como las diferentes estrategias de vigilancia, control, prevención, investigación, formación y comunicación en las que se está trabajando. También están accesibles los materiales de esta campaña (carteles, cuña de radio y materiales para redes sociales), que se pueden descargar en diferentes idiomas (castellano, catalán, euskera, gallego, valenciano e inglés). 

La Jornada PRAN para el Uso Prudente de los Antibióticos 2024 lleva por título "El PRAN, una década de retos y logros" y tendrá lugar en el Ministerio de Sanidad el lunes 18 de noviembre, de 09:30 a 13:30 h., con posibilidad de asistir de forma presencial u online. Esta jornada conmemorativa del 10º Aniversario del PRAN, se emitirá en directo a través del canal de YouTube de la AEMPS y se centrará en realizar un recorrido desde los orígenes del PRAN y un análisis de la situación actual, desde una perspectiva One Health y teniendo en cuenta la panorámica internacional del proyecto. El evento finalizará con la entrega de la IV Edición de los Premios PRAN.



La resistencia a los antibióticos se ha convertido en un desafío crítico a nivel muncial. Las infecciones comunes son cada vez más difíciles de tratar, ya que las bacterias que las causan se están haciendo resistentes a los antibióticos de uso habitual por vía oral. Esto se debe, en gran medida, al uso inapropiado de los antibióticos en personas, y también en animales, que permite a las bacterias desarrollar mecanismos de resistencia. Según el ECDC, alrededor de 35.000 personas mueren cada año en Europa debido a infecciones resistentes a los antibióticos. Además, sabemos que las perspectivas de contar con nuevos antibióticos en los próximos años son más bien desalentadoras, por lo que se prevé un panorama de escasez en cuanto a la disponibilidad de tratamientos antibióticos eficaces para combatir las infecciones en un futuro inmediato.

Los profesionales de atención primaria desempeñamos un papel clave en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, ya que somos la principal fuente de cuidados y asistencia sanitaria y, la mayoría de las veces, el primer punto de contacto del paciente con el sistema de salud. Nuestra intervención es crucial en la evaluación adecuada de los síntomas y en la indicación y prescripción responsable de los antibióticos. Mediante una correcta identificación y diferenciación del origen de las infecciones (víricas, bacterianas o causadas por otros gérmenes), los médicos de atención primaria podemos evitar prescripciones innecesarias y contribuir a que los antibióticos se utilicen solo cuando son necesarios y efectivos.

Además, los profesionales de atención primaria tenemos la oportunidad de educar y sensibilizar a los pacientes sobre los riesgos asociados a la automedicación, particularmente en el uso adecuado de antibióticos, y sobre la importancia de seguir las indicaciones y completar la pauta de los tratamientos, una vez iniciados. Esta educación ayuda a crear una cultura de responsabilidad en el uso de los antibióticos, empoderando a los pacientes a adoptar comportamientos que contribuyen a la prevención de la resistencias antimicrobianas.

El uso prudente y responsable de los antibióticos es tarea de todos, nos concierne a todos y nos beneficiará a todos. 

+ info: 


Publicado por Pilar Astier y Rosa Añel

Cómo citar esta entrada: 
Astier Peña MP, Añel Rodríguez RM. 18 de noviembre, Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos 2024. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [17 de noviembre de 2024; consultado 17 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/11/18-de-noviembre-dia-europeo-para-el-uso.html


Así fue la III Jornada de buenas prácticas asistenciales en la Atención Primaria del Servicio Extremeño de Salud (SES), 6 de noviembre de 2024, Don Benito, Badajoz. Resumen y acceso a los contenidos de las ponencias


El pasado miércoles día 6 de noviembre se celebró en Don Benito, Badajoz, la III Jornada de buenas prácticas asistenciales en la Atención Primaria del Servicio Extremeño de Salud, bajo el título "Cómo identificar y eliminar las prácticas de bajo valor en Atención Primaria". 

En esta jornada, organizada conjuntamente por el Servicio Extremeño de Salud (SES), la Fundación para la Formación e Investigación de los Profesionales de la Salud de Extremadura (FundeSalud) y el Ministerio de Sanidad, quedó patente el compromiso de los gestores y profesionales de la atención primaria del SES con la calidad de la asistencia sanitaria, y los esfuerzos que están realizando para potenciar las buenas prácticas y eliminar las intervenciones de bajo valor. 

Tras agradecer a todos los implicados el trabajo realizado, D. Francisco Javier Félix, médico de familia y responsable técnico del proyecto, dio paso a la mesa inaugural. D. José Luis Mora, subdirector de Atención Primaria del SES; D.ª Eulalia Poveda, gerente del área de salud Don Benito - Villanueva de la Serena, y Elisabeth Medina, concejala de Sanidad de Don Benito, a su vez, agradecieron y destacaron la importancia de hacer realidad un año más esta jornada que, con el lema "Juntos, construyendo salud", tiene por objetivo mejorar la calidad de la asistencia sanitaria en el SES. 

A continuación tuvo lugar la primera mesa de divulgación científica, titulada "Recomendaciones sobre prácticas de bajo valor" con los siguientes ponentes e intervenciones (notese que haciendo clic en el título de las ponencias se puede acceder a sus contenidos, disponibles en nuestro canal de SlideShare): 

El contenido de las ponencias presentadas en esta mesa motivó un enriquecedor debate, con la participación activa de los asistentes.

Tras un breve descanso se desarrolló la segunda mesa, moderada por D. Manuel Moreno, Director Médico y D.ª Pilar Carmona, Directora de Enfermería del Área de Salud Don Benito - Villanueva de la Serena. Esta mesa estuvo dedicada a la explicación del origen y de la evolución del proyecto en Extremadura, con las siguientes intervenciones:

Tras las dos mesas de debate y divulgación científica se realizaron, de forma síncrona, un taller general sobre estrategias para revertir las prácticas de bajo valor, a cargo de D. Txema Coll, médico de familia y técnico de la Unidad de Calidad y Seguridad del Paciente del Área de Salud de Menorca, y seis talleres específicos, enfocados a identificar y revertir las prácticas de bajo valor en las siguientes áreas asistenciales:

Estos seis grupos de trabajo, de carácter multidisciplinar, han elaborado 62 nuevas recomendaciones de buenas prácticas —tanto en el sentido de "No Hacer" como en el sentido de "Hacer"— con el objetivo general de mejorar la calidad de la atención sanitaria que reciben los pacientes en la Atención Primaria, y con los siguientes objetivos específicos:

  • Evitar la yatrogenia secundaria a intervenciones innecesarias.
  • Disminuir la variabilidad injustificada en la práctica clínica.
  • Difundir entre la población general la utilización adecuada de recursos, y entre los profesionales, las buenas prácticas asistenciales.
  • Liberar tiempo para que los profesionales puedan realizar mejor sus funciones, sustituyendo las intervenciones de escaso valor por las basadas en la mejor evidencia científica disponible.

Próximamente el comité científico-asesor del proyecto, formado por las sociedades científicas de atención primaria de la comunidad (de medicina, semFYC, SEMERGEN y SEMG; de enfermería, SEFYCEX y AEC; de farmacia, SEFAP y de pediatría, SPAPEX) y la oficina de evaluación de medicamentos del SES (EvalMed) realizará una última revisión de estas 62 nuevas recomendaciones para incorporarlas de forma definitiva al documento "Nuevas recomendaciones de buenas prácticas para atención primaria" de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del SES. Se sumarán así a las 25 buenas prácticas seleccionadas, a partir de las recomendaciones propuestas por el Ministerio, que ya han sido adoptadas y divulgadas para su implementación en la atención primaria del SES, y que se pueden consultar en el siguiente documento:
  

Documento de consulta de las 25 recomendaciones de buenas prácticas priorizadas en la Atención Primaria del Servicio Extremeño de Salud, noviembre 2023


En el acto de clausura, D. José Luis Mora se encargó de exponer las conclusiones de la jornada y de exhortar a los gestores a hacer todo lo posible para allanar el camino a los profesionales asistenciales, para facilitarles "hacer lo que hay que hacer, y dejar de hacer lo que no hay que hacer". 

Con este proyecto, iniciado en 2022, el SES ha dado un paso al frente en la desimplementación de las prácticas de bajo valor en el primer nivel asistencial. Se convierte así en otro referente en el desarrollo y promoción de recomendaciones "No Hacer" en el ámbito de la atención primaria en España, junto a Cataluña, con el proyecto Essencial, liderado por la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS), y a Castilla y León, con el proyecto No Hacer de la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (Sacyl).

+ info:
Palacio Lapuente J. No hacer para poder hacer: sensatez en las políticas, la gestión y la práctica, Aten Primaria. 2023 May 9;55(7):102646. doi: 10.1016/j.aprim.2023.102646.
Añel Rodríguez RM, Astier Peña MP, Coll Benejam T. ¿Por qué resulta cada vez más complicado “hacer lo que hay que hacer” y “dejar de hacer lo que no hay que hacer”? Estrategias para revertir las prácticas de bajo valor. Aten Primaria. 2023 Apr 27;55(7):102630. doi: 10.1016/j.aprim.2023.102630. 
Ver en este blog
"Si NO es necesario puede HACER daño". Proyecto desarrollado por la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [15 de diciembre de 2022; consultado 15 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2022/12/si-no-es-necesario-puede-hacer-dano.html 
Añel Rodríguez RM, Astier Peña MP. Prácticas de bajo valor: dificultades para su desimplementación. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [4 de octubre de 2022; consultado 4 de octubre de 2022]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2022/10/practicas-de-bajo-valor-dificultades.html

Publicado por Sano y salvo
Cómo citar esta entrada:
Así fue la III Jornada de buenas prácticas asistenciales en la Atención Primaria del Servicio Extremeño de Salud (SES), 6 de noviembre de 2024, Don Benito, Badajoz. Resumen y acceso a los contenidos de las ponencias. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [12 de noviembre de 2024; consultado 12 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/11/asi-fue-la-iii-jornada-de-buenas.html


Cómo reducir la sobreutilización en la atención sanitaria: una guía práctica recomendable

La sobreutilización de servicios médicos es un problema muy relevante en nuestro sistema sanitario actual, no solo por el incremento de los costes sino también por el daño que pueden causar a los pacientes. 

Llamamos prácticas de bajo valor (PBV) a aquellas intervenciones sanitarias que no han demostrado su efectividad o cuya relación coste-beneficio es desfavorable. Su retirada es esencial para mejorar la calidad de la atención sanitaria y optimizar los recursos de los que disponemos.

El libro "How to reduce overuse in healthcare: a practical guide", publicado en septiembre de 2023, puede ayudarnos en esta tarea. Esta publicación nos proporciona una guía completa y práctica, en el marco de los programas de desimplementación "Choosing Wisely", con estrategias basadas en la evidencia y recomendaciones de interés para reducir las PBV.

Esquema del marco de desimplementación Choosing Wisely: fases y actividades clave. Traducido y adaptado para @sanoysalvoblog por @txemacoll

Entre los contenidos y recomendaciones más destacables del libro, se encuentran los siguientes:
  • Identificar y priorizar las PBV. El primer paso es detectar las pruebas diagnósticas, tratamientos y procedimientos que no aportan valor y que no mejoran los resultados de salud de los pacientes. La identificación se basa en revisiones sistemáticas de la literatura, listas de recursos que recopilan PBV (Choosing Wisely o similares) y en la consulta con expertos clínicos. El segundo paso es priorizar aquellas más necesarias para cada organización según su prevalencia, su impacto en el paciente (salud, calidad de vida...), su factibilidad en su retirada y los recursos necesarios para hacerlo.
  • Barreras y facilitadores. El libro incide en el abordaje de las barreras comunes a la desimplementación, como son la resistencia al cambio, la falta de conocimiento, los sesgos cognitivos y la presión de los pacientes. Para superar estas barreras, se sugieren varias herramientas facilitadoras, incluyendo el liderazgo clínico, la formación continua y la participación de los pacientes en la toma de decisiones. Este análisis debe ser focal y propio para cada organización, por lo que es difícilmente exportable a otros servicios. La idea es diseñar estrategias a medida en cada situación.
  • Estrategias de desimplementación Una vez elegidas las PBV el siguiente paso es desarrollar estrategias efectivas para su retirada, como educar y concienciar a los profesionales sanitarios sobre estas prácticas, actualizar las guías de práctica clínicas basadas en la evidencia, incorporar incentivos (financieros o no) para su retirada o eliminar aquellos que fomenten el uso de las PBV. Las intervenciones para desadoptar estas prácticas no son soluciones instantáneas, implican desmantelar rutinas profundamente arraigadas. Su diseño debe fundamentarse en la mejor evidencia disponible y utilizar taxonomías para evitar confusiones en los cambios. Estas decisiones deben ser personalizadas, adaptadas a cada organización y siempre centradas en el usuario. Además, es crucial priorizar la equidad y seguir un modelo de cambio lógico, simple y comprensible.
  • Impacto en la seguridad del paciente. La reducción de la sobreutilización tiene un impacto directo en la seguridad del paciente. El libro presenta casos de estudio que demuestran cómo la eliminación de prácticas innecesarias ha mejorado los resultados de salud y reducido los eventos adversos. Por ejemplo, la reducción del uso inapropiado de antibióticos ha disminuido la resistencia antimicrobiana y las infecciones asociadas. Es muy interesante el concepto de las posibles consecuencias innecesarias que pueden producirse al eliminar una práctica de bajo valor. En ocasiones, al reemplazar una intervención por otra, inadvertidamente se puede introducir un nuevo problema de igual o mayor magnitud. Un ejemplo sería el caso de la sustitución de un hipnótico por un neuroléptico en el tratamiento del insomnio en la población mayor. Por eso, debe estar muy claro que práctica debe reemplazar a la PBV para evitar estas consecuencias en los casos en los que sea necesario ese reemplazo.
  • Innovaciones y novedades. El libro introduce varias novedades en el campo de la desimplementación, tales como el uso de tecnologías avanzadas y el análisis de datos para identificar patrones de sobreutilización y monitorizar sus resultados. También recomienda un enfoque multidisciplinar entre diferentes ámbitos y equipos de trabajo, para conseguir un enfoque integral y la implicación de los pacientes en la identificación y eliminación de PBV, asegurando que sus preferencias y valores sean considerados.
  • Por último, esta guía ofrece recomendaciones prácticas para los profesionales de la salud y los gestores sanitarios. Una de ellas es la implantación de sistemas de evaluación continuada para el seguimiento de la estrategia. Además, aconsejan fomentar una comunicación abierta y transparente entre todos los actores involucrados (pacientes, profesionales de la salud y gestores), ser flexible, ajustar las estrategias según los resultados recibidos y mejorar las competencias de estudiantes, residentes y profesionales sanitarios en la atención de alto valor. En el capítulo final, los autores presentan ejemplos de experiencias de proyectos de desimplementación, como son la iniciativa Essencial de Cataluña, la iniciativa de Países Bajos enfocada en reducir la sobreutilización de análisis clínicos, y el proyecto Espress de Canadá, que busca minimizar las pruebas preoperatorias innecesarias en pacientes con bajo riesgo.
La reducción de las PBV es un desafío complejo para el sistema sanitario, pero esencial para mejorar la calidad de la atención y la seguridad del paciente. Como señalamos en este artículo de la revista Atención Primaria, el proceso de desadopción de PBV requiere de estrategias multifacéticas a desarrollar por diferentes agentes y en diferentes niveles, lo que supone un esfuerzo relevante en recursos humanos, organizativos y económicos. 
Reducir estas prácticas, además de evitar la sobreutilización de recursos sanitarios innecesarios, también garantiza una atención de calidad, segura y centrada en las necesidades reales de los pacientes. Este libro nos puede ayudar a iniciar dicho proceso. Los autores recomiendan que, una vez finalizada su lectura, se empiece la estrategia al día siguiente (“start tomorrow”), debatiendo estos conceptos con los colegas, hablando con los pacientes o aplicando una idea que, por simple y modesta que sea, puede ser un primer paso para cambiar la cultura de la organización.

+ info
Kool T, Patey AM, van Dulmen S, Grimshaw JM, editors. How to Reduce Overuse in Healthcare: A Practical Guide. 1st ed. Hoboken, NJ: Wiley-Blackwell; 2023. Print ISBN: 9781119862727. Online ISBN: 9781119862758. 
Grimshaw JM, Patey AM, Kirkham KR, Hall A, Dowling SK, Rodondi N, et al. De-implementing wisely: developing the evidence base to reduce low-value care. BMJ Qual Saf. 2020;29(5):409-17. 

Publicado por: Txema Coll Benejam
Como citar esta entrada:
Coll Benejam T. Cómo reducir la sobreutilización en la atención sanitaria: una guía práctica recomendable. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [24 de octubre de 2024; consultado 24 de octubre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2024/10/como-reducir-la-sobreutilizacion-en-la.html