La identificación, medición y reducción de la atención sanitaria de bajo valor: una prioridad para los sistemas de salud europeos


El grupo de expertos sobre la Evaluación del Desempeño de los Sistemas de Salud (HSPA por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea ha publicado un informe clave que aborda uno de los retos más urgentes para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios: la atención sanitaria de bajo valor, internacionalmente conocida como "low-value care".  

Este concepto abarca intervenciones que no aportan beneficios clínicos relevantes, pueden causar daño, implican un uso ineficiente de recursos y generan costes innecesarios. El informe compete tanto al ámbito hospitalario como a la atención primaria. 

Con el título Identificar, medir y reducir la atención de bajo valor en el contexto de la evaluación del rendimiento del sistema sanitario, el documento del Grupo de Expertos de la HSPA propone una definición integral de atención de bajo valor que no se limita al uso excesivo o inapropiado, sino que incorpora también el infradiagnóstico y la infrautilización de servicios necesarios. Además de las consecuencias para los pacientes, reconoce el impacto negativo sobre los profesionales sanitarios, el sistema de salud en su conjunto y el medio ambiente: “desde una perspectiva de sistema, la atención de bajo valor incluye el uso excesivo, inapropiado e insuficiente de servicios sanitarios, que puede tener consecuencias físicas, psicológicas y financieras para pacientes, cuidadores, profesionales y para el entorno.” 

El informe, publicado en febrero de 2025, se basa en una revisión bibliográfica del estado de la cuestión y en los resultados de una encuesta realizada por el grupo de expertos en HSPA. La encuesta se realizó entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, y en ella participaron 20 representantes de 17 estados miembros de la Unión Europea y Noruega.

El grupo de expertos de la Comisión Europea establece un nuevo marco conceptual con nueve definiciones o tipos de prácticas de bajo valor (PBV), clasificadas en tres grandes categorías (figura 1):

  • Uso excesivo o inapropiado (5 tipos de PBV): incluye intervenciones sin beneficio demostrado y aquellas con alternativas más costo-efectivas o que se realizan en niveles asistenciales innecesariamente costosos.
  • Uso insuficiente (2 tipos de PBV): se refiere a servicios necesarios que no se ofrecen o no se utilizan, lo que compromete los resultados en salud.
  • Variaciones injustificadas (2 tipos de PBV): son las diferencias geográficas o entre grupos poblacionales que no se explican por necesidades clínicas y que pueden reflejar tanto sobreutilización como infrautilización.

Figura 1. Relación entre la variabilidad clínica y el uso excesivo/inapropiado e insuficiente de las intervenciones sanitarias. Fuente: elaboración propia a partir de Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of helath System Performance Assesment 



Además, se detallan los nueve tipos de PBV con sus definiciones y ejemplos específicos del ámbito de la atención primaria (figura 2): 

Figura 2. Categorías y tipos de prácticas sanitarias de bajo valor (PBV)Fuente: elaboración propia a partir de Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of helath System Performance Assesment 



Esta clasificación proporciona una herramienta útil para analizar y abordar la atención de bajo valor de forma estructurada y desde una perspectiva sistémica.

El informe analiza también los desafíos metodológicos en la medición de estas prácticas: la escasez de datos comparables, la falta de indicadores para áreas como salud mental, cuidados paliativos o atención primaria, y las resistencias políticas o institucionales al cambio.

Aunque varios países europeos ya utilizan indicadores para medir la atención de bajo valor en áreas como cribados, pruebas diagnósticas, tratamientos quirúrgicos y prescripción farmacológica, su adopción aún es limitada y desigual. Las áreas donde se ha identificado una mayor carencia de indicadores son la atención primaria, salud mental y cuidados paliativos. 

Llama la atención que, a pesar de ser un nivel asistencial en el que se realizan con frecuencia prácticas innecesarias o ineficientes, la atención primaria esté menos representada en los esfuerzos de medición, y se señale como uno de los ámbitos que presenta lagunas en la disponibilidad y uso de indicadores adecuados. 

Entre los indicadores de PVB que están siendo utilizados por algunos países destacan los siguientes:

  • Uso de antibióticos por habitante (total de DDD/1000 habitantes/día).
  • Medición de niveles de vitamina D en personas sanas.
  • Radiografía de columna lumbar en lumbalgia inespecífica antes de las 6 semanas.
  • Prescripción de medicamentos potencialmente inapropiados en mayores de 75 años.
  • Hospitalizaciones evitables por condiciones sensibles a la atención ambulatoria. 
Para afrontar la atención sanitaria de bajo valor, el grupo de expertos recomienda estrategias multicomponentes que combinen diversas intervenciones adaptadas a cada contexto, tales como
  • Desarrollo de guías clínicas basadas en evidencia y herramientas de ayuda a la toma de decisiones.
  • Reorganización de servicios.
  • Revisión y adecuación de incentivos.
  • Auditorías, evaluación de resultados y retroalimentación.
  • Campañas de sensibilización y educación dirigidas a profesionales y ciudadanía.

El documento aporta una serie de recomendaciones o líneas de acción para que los sistemas sanitarios identifiquen, midan y reduzcan la atención sanitaria de bajo valor:

  1. Adoptar la definición y el marco propuesto para orientar la identificación y reducción de prácticas de bajo valor con una visión sistémica.
  2. Desarrollar y adaptar indicadores relevantes basados en prioridades nacionales y disponibilidad de datos. Se sugiere comenzar por áreas de alto volumen y alto coste.
  3. Promover estrategias multicomponente combinando herramientas como guías clínicas, incentivos, auditorías, campañas de concienciación y participación de profesionales y pacientes.
  4. Fomentar el aprendizaje entre países: intercambiar experiencias y buenas prácticas para acelerar el avance hacia una atención más eficiente y centrada en el valor.
  5. Ampliar la perspectiva del concepto "valor": tener en cuenta no solo los resultados clínicos y los costes, sino también la sostenibilidad ambiental, la equidad y la experiencia del paciente.

El informe cita experiencias y ejemplos exitosos como la iniciativa “No Hacer” en España y las campañas de concienciación desarrolladas en Finlandia y Suecia, e incluye diversos anexos con la lista de indicadores para medir las PBV y con enlaces a los programas nacionales para reducir PBB de algunos de los países participantes.

Reducir la atención de bajo valor no solo mejora la eficiencia del sistema y protege a los pacientes del daño evitable. Es una oportunidad para redirigir recursos hacia intervenciones de alto valor, mejorar la equidad, reducir la huella ambiental del sistema sanitario y contribuir a su sostenibilidad a largo plazo.
Integrar su medición en los procesos de evaluación del desempeño nos permitirá avanzar hacia una atención realmente centrada en el valor.

+ info: 
Achstetter K, Steinbeck V, Busse R, Panteli D. Identifying, measuring and reducing low-value care in the context of Health System Performance Assessment. European Commission, 2025.

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Publicado por Txema Coll y Rosa Añel

Cómo citar esta entrada:
Coll Benejam T, Añel Rodríguez RM. La identificación, medición y reducción de la atención sanitaria de bajo valor: una prioridad para los sistemas de salud europeos  [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [4 de agosto de 2025; consultado 4 de agosto de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/08/la-identificacion-medicion-y-reduccion.html