Calidad asistencial y seguridad del paciente en Europa: puntos críticos y oportunidades de mejora. Informe de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su primer análisis sobre la calidad de la atención sanitaria y la seguridad del paciente en Europa. Con el título "Tomando el pulso a la calidad de la atención y la seguridad del paciente en la Región Europea de la OMS: análisis multidimensional y perspectivas futuras", el informe destaca brechas críticas que comprometen los resultados de salud y propone acciones prioritarias para abordarlas, con el objetivo de conseguir una atención segura, efectiva y centrada en las personas. 
Este informe es el resultado de un estudio transversal y multidimensional, que combina el análisis de datos macro de fuentes internacionales con una encuesta específica dirigida a los 53 Estados Miembros de la Región Europea de la OMS.

El estudio ha considerado tanto los aspectos estructurales del sistema sanitario como los resultados en salud de la población. Se han utilizado 46 indicadores específicos, agrupados en cuatro categorías:

  1. Planes nacionales y políticas de calidad y seguridad del paciente.
  2. Indicadores funcionales del sistema de salud: gobernanza, financiación, recursos humanos, dispositivos médicos y salud digital.
  3. Dimensiones de calidad asistencial: efectividad, eficiencia, seguridad, equidad, accesibilidad y enfoque centrado en las personas.
  4. Indicadores de resultados de salud poblacional: esperanza de vida saludable y mortalidad prevenible, entre otros.

Entre las limitaciones del estudio destaca que no incluye datos longitudinales —lo que impide, por ahora, evaluar tendencias o progresiones en los indicadores— y que los perfiles de los diferentes países no representan juicios definitivos, sino que constituyen la base para futuros análisis y comparaciones.

El estudio establece un vínculo directo entre la calidad de la asistencia sanitaria, la esperanza de vida y el riesgo de morir por enfermedades no transmisibles. Según los datos analizados por la agencia de las Naciones Unidas, cada plan de calidad nacional adicional puede aumentar la esperanza de vida al nacer en 0,57 años, y reducir en un 1,34% la probabilidad de morir por enfermedades no transmisibles, tales  como la diabetes, la hipertensión o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, entre otras. A este hallazgo hay que sumar los siguientes resultados:

  • Solo el 32% de los países tienen un plan nacional de calidad para la atención sanitaria, y el 30% un plan de seguridad del paciente.
  • Apenas el 13% cuenta con mecanismos para la representación de los pacientes en los modelos de gobernanza sanitaria a nivel nacional.
  • Entre un 3% y un 12,6% de la población informa haber experimentado un incidente de seguridad clínica, aunque el informe estima que uno de cada diez pacientes sufre daños durante la atención hospitalaria y cuatro de cada diez en atención primaria. Al menos el 50% de estos eventos adversos son evitables. 
  • Un dato positivo en relación a las buenas prácticas para mejorar la atención sanitaria es que el 80% de los países han implementado estrategias para abordar la resistencia a los antimicrobianos.
  • La probabilidad de morir por enfermedades no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas, varía entre el 7,9% y el 28,3% en personas de 30 a 70 años.
  • Existe una variabilidad considerable en el resultado de indicadores clave como la esperanza de vida saludable, que puede diferir en hasta 11 años entre los países con mejores y peores resultados. 

El análisis identifica los aspectos críticos que afectan la calidad de la atención y la seguridad del paciente, entre los que destacan los siguientes: 

  • Solo 13% de los países tienen mecanismos para incluir la representación de los pacientes en los modelos de gobernanza sanitaria. Además, los planes para combatir la desinformación sanitaria son prácticamente inexistentes en los países de la región europea de OMS.
  • La inversión en salud varía entre el 4,6% y el 22,4% del gasto público total de cada país, con diferencias significativas entre países. Los sistemas que asignan recursos basados en criterios de calidad, en lugar de criterios de volumen de servicios, logran mejores resultados.
  • La densidad de profesionales médicos y enfermeros varía ampliamente, desde 2,4 hasta 29,9 médicos de familia por cada 10.000 habitantes. Estas desigualdades en la dotación de recursos humanos afectan a la capacidad de los sistemas sanitarios para ofrecer una asistencia oportuna y de calidad en el primer nivel de atención.
  • Solo el 69,8% de los países tienen registros electrónicos de salud, y menos del 15% cuenta con directrices de calidad y seguridad para la atención por medio de la telemedicina.

Sobre la base de los resultados de la encuesta y con el objetivo de abordar algunos de los desafíos y de las deficiencias reveladas en los países de la Unión Europea, la OMS plantea una serie de acciones prospectivas para mejorar la calidad de la atención y la seguridad del paciente, entre las que destaca, como prioritarias, las siguientes:

La OMS insta a los países a invertir en planes nacionales concretos para mejorar la calidad de la atención sanitaria y la seguridad del paciente, rediseñar los modelos de atención centrados en las necesidades y preferencias de los pacientes, y garantizar su participación en la toma de decisiones en las organizaciones sanitarias. Además, hace un llamamiento a aumentar la inversión pública en salud, que actualmente varía significativamente, representando entre el 4,6% y el 22,4% del gasto público total de los países de la región europea.

Una vez más, se pone de manifiesto que la atención primaria es el eje central para una sanidad más eficiente y, por tanto, un pilar fundamental para el cambio. La atención primaria es el ámbito principal donde se presta la atención sanitaria y ofrece una oportunidad única para prevenir daños evitables, gestionar enfermedades crónicas y promover la equidad en el acceso a los servicios. Sin embargo, la falta de recursos y de formación adecuada, así como la carencia de estrategias integradas de calidad asistencial limita el impacto del primer nivel asistencial en la salud de la población. 

Como conclusión, la OMS subraya que invertir en modelos de atención primaria robustos y centrados en las personas es esencial para lograr sistemas sanitarios más seguros, eficientes y resilientes en toda Europa.


Publicado por Pilar Astier y Rosa Añel
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Cómo citar esta entrada:
Astier Peña MP, Añel Rodríguez RM. Calidad asistencial y seguridad del paciente en Europa: puntos críticos y oportunidades de mejora. Informe de la OMS [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [21 de enero de 2025; consultado 21 de enero de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/01/calidad-asistencial-y-seguridad-del.html


Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria


La revista Actualización en Medicina de Familia (AMF), de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha publicado el número especial "Una mirada al laboratorio clínico". El artículo que cierra este monográfico, titulado "Pruebas del laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria", aborda las causas del uso inadecuado de este tipo de pruebas y las medidas para optimizar su utilización. Su autora, Rosa Añel, integrante del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de semFYC, invita a reflexionar sobre la necesidad de adecuar el uso de estas pruebas para evitar que generen más problemas que beneficios al paciente.

Las pruebas de laboratorio constituyen una herramienta esencial para el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes en atención primaria. Sin embargo, existen múltiples factores que afectan a su adecuada utilización y comprometen la seguridad del paciente, tanto por exceso como por defecto. 

La solicitud de pruebas de laboratorio, cuando no son necesarias, puede causar eventos adversos evitables. Es el caso de los hallazgos incidentales irrelevantes o de los falsos positivos y negativos, que inducen a los profesionales a errar en la interpretación de los resultados, el enfoque diagnóstico inicial, el manejo y el tratamiento, así como a la generación de cascadas diagnósticas y terapéuticas, que conllevan nuevas pruebas y tratamientos innecesarios. 

En el otro extremo, la no realización de pruebas de laboratorio cuando son necesarias es también un problema significativo para la seguridad del paciente. Generalmente, conlleva retrasos en el proceso diagnóstico y en el inicio del tratamiento necesario. Esto, a su vez, repercute negativamente en la evolución del proceso clínico del paciente y en su pronóstico.

En general, en los sistemas sanitarios de los países desarrollados, el sobreúso de las pruebas de laboratorio es mucho más frecuente que su infrautilización. Aunque, como señala en su artículo Añel, "la preocupación por la adecuación en la solicitud de pruebas de laboratorio excede el aspecto cuantitativo: el asunto no es si se hacen muchas o pocas, sino más bien si se hacen las que hay que hacer, a quien las necesita y en el momento oportuno". Su recomendación para resolver este dilema es acostumbrarnos a hacernos algunas preguntas antes de solicitar los análisis, que también son aplicables a otros procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Se trata de las 9 cuestiones recogidas en la siguiente figura, que reproducimos a un tamaño mayor al que aparece en el artículo de la revista para facilitar su lectura y su uso en la clínica, la docencia y la divulgación:
Cabe señalar que la última pregunta, "¿Qué puede pasar si no se realiza la prueba?", vale tanto para evitar los excesos como los defectos al actuar.

Para finalizar, detallamos los 10 puntos clave con los que la autora introduce el artículo, que constituyen un excelente resumen de los contenidos del mismo y animan a su lectura:

  1. Los análisis de sangre son las pruebas complementarias que generan mayores expectativas, las más demandadas y las más sobrevaloradas en cuanto a su utilidad.
  2. Cuando se utilizan de forma inadecuada, se convierten en prácticas de poco valor y aumentan el riesgo de efectos perjudiciales para el paciente.
  3. El uso excesivo de pruebas diagnósticas incrementa la probabilidad de resultados falsos, de interpretaciones erróneas y de cascadas diagnósticas y terapéuticas.
  4. Los profesionales de Atención Primaria (AP) desempeñan un papel esencial en la reducción de las intervenciones innecesarias, incluyendo el uso inapropiado de pruebas de laboratorio.
  5. El contexto y las condiciones de trabajo deben ser favorables. En AP, la principal herramienta diagnóstica es el tiempo de atención al paciente.
  6. Las pruebas de laboratorio no deben, ni pueden, suplir a la anamnesis y la exploración física, elementos indispensables para un adecuado enfoque diagnóstico.
  7. Optimizar el manejo de la incertidumbre, identificar las situaciones en las que lo mejor es «ver y esperar» y aprovechar las ventajas de la longitudinalidad son aspectos clave para el uso seguro de las pruebas de laboratorio.
  8. El soporte de las guías que faciliten la adecuación de la práctica clínica, en base a la mejor evidencia disponible en cada momento, es otro aspecto esencial.
  9. Las decisiones de gestión que comprometen las cualidades de la AP dificultan su adecuado desempeño y aumentan las intervenciones de poco valor.
  10. Las decisiones organizativas y de gestión, al igual que las decisiones clínicas, deberían basarse en evidencias, no en ocurrencias.

Publicado por Sano y salvo
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Cómo citar esta entrada:
Pruebas de laboratorio y seguridad del paciente en atención primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [14 de enero de 2025; consultado 14 de enero de 2025]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2025/01/pruebas-de-laboratorio-y-seguridad-del.html