Seguridad del paciente en Asturias: de la intención a la acción

Publicamos a continuación una colaboración de Manuel Valledor Méndez, responsable de Seguridad del Paciente. Dirección General de Planificación Sanitaria. Consejería de Sanidad. Principado de Asturias. 


Desde finales de 2014 hemos estado trabajando en la elaboración de la Estrategia de Seguridad del Paciente en Asturias 2015-2020, con la preocupación fundamental de determinar las acciones con utilidad real en la mejora de la seguridad del paciente y su traslado a la asistencia a “pie de cama” y a “pie de consulta” en los centros asistenciales. Para seleccionar las actividades a incluir en la estrategia se revisó la experiencia y publicaciones a nivel internacional, nacional y también en nuestra comunidad autónoma. Esta fue la parte fácil, lo difícil será trasladarlas al día a día. Para conseguirlo, consideramos fundamentales tres elementos:
  1. Implicación real de los tres agentes principales: gestores, profesionales y pacientes y familiares.
    1. A nivel de gestores: es esencial conseguir que los indicadores de seguridad estén al mismo nivel que los de actividad y los presupuestarios.
    2. A nivel de los profesionales: distintos estudios han mostrado que la misma medida cuando es aplicada con la implicación de los profesionales obtiene buenos resultados y cuando se hace sin su compromiso resulta infructuosa. Un ejemplo son los listados de verificación, que se ha visto que salvan vidas y disminuyen la morbilidad general cuando son liderados por los profesionales (Pronovost 2006, Haynes 2009) y no así cuando son liderados principalmente por medio de regulaciones (Bion 2013, Urbach 2014). Esto explica, al menos en parte, la dificultad para implementar los planes de seguridad. Por tanto, en la estrategia, nos planteamos acciones para conseguir que los profesionales asuman que el error es inevitable. Ello lleva implícito la obligación ética y profesional de aceptar medidas para reducir el riesgo y la probabilidad de que el error llegue al paciente y le produzca daños. Así evitaremos que la asunción de tales medidas sea considerada un menoscabo a la profesionalidad y por tanto sean rechazadas.
    3. A nivel de pacientes y/o sus familiares: se sabe que, cuando conocen los riesgos relacionados con su enfermedad y el sistema que les atiende, las probabilidades de daño disminuyen significativamente (Berger 2013, Saturno 2009), por lo que una de las líneas de trabajo de la estrategia va dirigida a favorecer la participación del paciente en su seguridad.
  2. Existencia de una estructura organizativa en los servicios centrales autonómicos y en cada área sanitaria (equipo de gestión de la seguridad del paciente) que tome las medidas necesarias para implantar, seguir y evaluar la efectividad de las acciones realizadas, aspecto este último muchas veces olvidado.
  3. Alineación y cooperación de todos los agentes en la misma dirección.
Para el desarrollo de la estrategia se hace un enfoque centrado en el paciente, es decir, no hay seguridad del paciente en el hospital, seguridad del paciente en la atención primaria y seguridad del paciente en el domicilio, sino medidas tendentes a la mejora de seguridad del paciente, reciba la atención donde la reciba. Obviamente, algunas medidas tendrán más importancia en un nivel que en otro y habrán de ajustarse al momento y lugar donde sea necesaria la atención, pero el centro es el paciente, no el lugar donde se presta dicha atención. Este enfoque se ve favorecido, en nuestro caso, por disponer de gerencias únicas en las áreas sanitarias.
Así mismo, vemos las acciones en seguridad del paciente como un todo, como un paquete de medidas que, aplicado en su conjunto, es de esperar mejore la seguridad del paciente. Es mucho más difícil que una acción aislada tenga un impacto significativo, por buena que esta sea.
En atención primaria los eventos adversos (EA) no son muy frecuentes (11,18 ‰ consultas), pero estos servicios se utilizan con tanta frecuencia que el número absoluto de EA es muy alto (1 de cada 7 ciudadanos podrían verse afectados), convirtiéndose así en un verdadero problema de salud pública. Como en otros niveles, en atención primaria los EA suelen tener más de un factor causal, pero los más frecuentes están relacionados con los medicamentos, la comunicación (entre profesional y paciente y entre profesionales) y los cuidados, siendo menos frecuentes los relacionados con las infecciones y los procedimientos (estudio APEAS). Asumiendo dicha prevalencia, en nuestra comunidad son esperables más de 100.000 EA anuales en atención primaria, de ellos más de 8.000 graves. A ello se suma una baja percepción de los profesionales de que pueden producirse errores, según se desprende de un estudio que llevamos a cabo en relación con las metas internacionales de seguridad del paciente en atención primaria.
Los datos anteriores, dentro del conjunto de la estrategia de seguridad del paciente en Asturias, nos llevan a enfatizar en atención primaria el desarrollo de la cultura de seguridad y la implantación de determinadas prácticas seguras:
  • Dentro de la cultura de seguridad nos planteamos: implantar un sistema de notificación de EA (SiNASP), establecer un sistema de gestión de los EA, definir el contenido y la periodicidad del “feedback” a realizar a los profesionales, establecer un plan de formación, llevar a cabo iniciativas en seguridad del paciente a través de las sociedades científicas, evaluar periódicamente el clima de seguridad con un cuestionario validado (MOSPS) y apoyar la investigación en seguridad del paciente, realizando una jornada anual para el intercambio de experiencias.
  • Dentro de las prácticas seguras, consideramos prioritarias: conseguir una comunicación efectiva entre profesionales y con los pacientes; desarrollar planes de cuidados en atención domiciliaria, prevenir las caídas y detectar al paciente vulnerable; establecer una guía de uso de medicamentos de alto riesgo y un plan de abordaje del paciente polimedicado; disminuir la variabilidad de la práctica clínica con la implantación de los Programas Clave de Atención Interdisciplinar (PCAIs) y las recomendaciones del “compromiso por la calidad de las sociedades científicas” y avanzar en la integración de las historias clínicas electrónicas de los distintos niveles, lo cual evitará errores en la identificación del paciente con su documentación clínica, pruebas diagnósticas, muestras biológicas y actos terapéuticos.
Estamos en la fase inicial del desarrollo de la estrategia, ponemos nuestra ilusión y esperanza en que con la implementación de la misma, dentro de cinco años podamos mostrar que la asistencia sanitaria en Asturias es más segura que hoy.


Publicado por Cecilia Calvo Pita


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