La toxicidad muscular es uno de los principales riesgos del tratamiento con estatinas. Se trata de un efecto de clase, de carácter dosis-dependiente, cuya intensidad varía según la molécula y que en algún caso, como en el de la cerivastatina, supuso su retirada del mercado por aumentar el riesgo de rabdomiólisis, el cuadro más extremo de miotoxicidad.
En un estudio publicado en agosto en PLoS ONE en el que se analizan la base de datos de notificaciones de reacciones adversas de la FDA entre los años 2005 y 2011, se encontró relación entre la "potencia" de la estatina (es decir, la capacidad de disminuir la concentración de LDL a dosis terapéuticas) y el riesgo de que se produzcan reacciones adversas de tipo muscular. De este modo, las estatinas más potencialmente miotóxicas resultaron ser rosuvastatina y atorvastatina. Simvastatina, una de las más empleadas en nuestro medio, se situó en el grupo de toxicidad intermedia.
A pesar de que simvastatina no es el fármaco de mayor riesgo del grupo, el auge en la utilización de dosis de 80 mg (la dosis máxima recomendada para esta molécula) hace que estemos exponiendo a un número considerable de pacientes a un riesgo de sufrir alguna reacción adversa de este tipo, ya sea un incremento leve de la CPK, un cuadro de miositis, de dolor muscular o una rabdomiólisis. Sobre todo, conviene tener precaución con aquellos pacientes que presentan factores que predisponen al desarrollo de un cuadro de este tipo: aquellos de edad avanzada, con insuficiencia renal o con hipotiroidismo no controlado.
La publicación de los resultados del estudio SEARCH, en el que se ponía en evidencia el alto riesgo de miopatía asociado a la dosis de 80 mg, motivó la emisión de algunos comunicados por parte de las agencias reguladoras de medicamentos de algunos países. En el año 2010, la MHRA británica informaba del riesgo de miopatía con la dosis diaria de simvastastina de 80 mg y recomendaba que sólo se emplease en pacientes de alto riesgo cardiovascular en los que no se alcanzasen los objetivos de tratamiento con dosis inferiores y siempre que los posibles beneficios superasen los riesgos potenciales. La FDA también emitió un comunicado ese mismo año alertando de lo mismo, en el que se recogían una serie de contraindicaciones y limitaciones relativas al empleo conjunto de simvastatina con otros medicamentos con los que podía interaccionar. Ese listado de medicamentos se actualizó en una y hasta dos ocasiones el siguiente año.
Ahora, en agosto de 2012, la MHRA ha vuelto sobre el tema, completando la información de su comunicado de 2010 con nuevas contraindicaciones relativas al uso concomitante de simvastatina con algunos medicamentos y a la necesidad de reducir dosis cuando se emplea asociada a otros. La siguiente tabla, traducida al castellano, es la que figura en la nota de la agencia británica. Convendría tenerla presente en la consulta.
Traducción de Cecilia Calvo Pita.
+ info: Safer medication use: Statins, managing drug interactions. Regional Drug and Therapeutics Centre.
Publicado por Cecilia Calvo Pita
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