¿Debemos cambiar el enfoque para mejorar la implicación de los clínicos en Seguridad del Paciente?

Yardley, recordando sus experiencias como médico residente en el NHS, ha publicado en BMJ un artículo con el título “Cambiar la forma de ver la Seguridad del Paciente”, que critica la estrategia de difusión de la cultura de Seguridad del Paciente (SP) y propone una nueva orientación de la misma, desde su experiencia como profesional.

Comenta cómo las iniciativas referidas a SP provocaban en él (y hemos de suponer que en muchos otros profesionales dedicados a la asistencia como él) un cierto rechazo, ya que las viven como una acusación velada a su buena práctica. Cuando se habla a los clínicos de SP se les habla de cómo deben evitar daños a los pacientes. Eso pueden interpretarlo –y de hecho lo interpretan- como una manera de defender a los pacientes de los daños provocados por los médicos, y éstos no se consideran unos agresores, sino unos profesionales preocupados por atenderles de la mejor manera posible, incluyendo la evitación de daños.

Los mensajes: “La incidencia de eventos adversos es alta”, “hay muchos EA graves”, “debemos poner en práctica actuaciones que eviten riesgos”, etc, aunque siempre se matizan con la filosofía de orientación al sistema, son vividas por los profesionales como una puesta en cuestión de su buen hacer. Aunque los que difundan estos mensajes no consideren a los clínicos los responsables de los daños, ellos pueden vivirlo así. Y ya se sabe, el mensaje no es lo que se emite, sino lo que se recibe.

La propuesta de Yardley, absolutamente compatible con todo lo que sabemos de SP y de psicología de las organizaciones, cambia el enfoque. Se trata de hacer visible la complejidad del sistema, las múltiples dificultades a que se enfrenta el profesional para desarrollar su trabajo correctamente, que van desde las normas legales y estrategias empresariales de la organización en la que trabaja, hasta la complejidad de cada paciente, pasando por equipos, estructuras, consultores, farmacia, etc.

Por tanto en un sistema difícil, en el que con facilidad pueden ocurrir fallos y disfunciones, el mensaje debe ser de apoyo a quien realiza su labor en de ese entorno. La SP sigue teniendo como objetivo la evitación de daños producidos por el sistema, y para ello trabaja ayudando a los profesionales asistenciales a realizar su cometido de manera más segura, dentro de un contexto difícil. En lugar de sugerir una cierta incapacidad del profesional para hacer frente a las demandas de una situación, se plantea que su papel es tan complejo que necesita apoyo para hacerlo. Sistemas con menos riesgos de fallos, y con más apoyo al profesional en su trabajo, permitirían a los médicos concentrarse en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes.


Yardley I. Changing the way we look at patient safety. Disponible en http://careers.bmj.com/careers/advice/view-article.html?id=20000985 (consultado el 01/07/2011)


Publicado por Fernando Palacio


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