Entrevista a Óscar Aguado, enfermero del centro de salud Francia de Fuenlabrada y ponente en la mesa-debate sobre actividades y estrategias para un uso seguro de los medicamentos, a celebrar en la X Jornada de #SegPacAP

Entrevistamos a Óscar Aguado Arroyo, enfermero del centro de salud Francia de Fuenlabrada. Su ponencia en la mesa-debate sobre actividades y estrategias para un uso seguro de los medicamentos, a celebrar en la X Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria, versará sobre “Intervenciones enfermeras en la mejora de la adherencia al tratamiento farmacológico del paciente en atención primaria: actividades individuales y grupales”. 

Sano y salvo: ¿Por qué es importante mejorar el conocimiento que los pacientes tienen de los medicamentos que conforman su tratamiento y la adherencia?

Óscar Aguado: La mejora del conocimiento en la adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico es fundamental. Existe evidencia de que las personas toman decisiones sobre conducta en adherencia basándose en el conocimiento sobre la patología y el posible tratamiento, en su percepción sobre la necesidad de usar medicación y en sus preocupaciones sobre la misma. La decisión de tomar una medicación y continuar tomándola, en función del conocimiento, debe considerarse un comportamiento complejo e individualizado.
Para que las personas afronten eficazmente las exigencias relacionadas con los tratamientos impuestos por su enfermedad o por su situación o por su edad, deben ser informados, motivados y capacitados en el uso de las estrategias cognoscitivas y comportamentales.
Hay que recordar que habrá personas que precisen conocer menos aspectos fisiopatológicos de la enfermedad y más sobre cómo integrar el tratamiento farmacológico en su actividad diaria. Posiblemente, en el cumplimiento influya más el conocimiento sobre el régimen terapéutico que sobre la enfermedad en sí. La mejora en el conocimiento de la medicación puede ser efectiva en aquellos pacientes polimedicados, pluripatológicos, crónicos complejos o personas mayores que están dispuestos a tomar la medicación y que necesitan información de cómo hacerlo o también puede ser útil para aquellas personas que no toman la medicación por creencias erróneas o miedo a los efectos adversos. Resaltar que una de las causas de no adherencia es la incertidumbre sobre la necesidad de tratamiento, por falta de conocimiento o por escasa motivación al cambio o por la preocupación por los efectos secundarios.

S. y s.: El enfermero de atención primaria, ¿debe realizar intervenciones encaminadas a mejorar el conocimiento de los pacientes sobre sus medicamentos y la adherencia? ¿Por qué?

O. A.: No sólo puede, sino que debe realizar dichas intervenciones. Es La misma Organización Mundial de la Salud la que reconoce el papel de las enfermeras en la conducta de la adherencia: “Las enfermeras pueden jugar un papel importante en las intervenciones dirigidas a los pacientes, a través de la educación y facilitando la adherencia a los tratamientos”.
Es de resaltar que a veces hay profesionales o intervenciones sanitarias que ponen de relieve que la disciplina enfermera, aunque bien posicionada para coordinar y gestionar intervenciones, actualmente representa una fuerza subestimada en la mejora de la adherencia terapéutica, pero por eso me parece necesario poner de relieve que la intervención de enfermería tiene una característica muy específica que puede resultar relevante en el resultado final del abordaje. Me refiero a la proximidad en la atención, entendida tanto desde la frecuencia de contactos como desde la percepción que el paciente tiene del profesional de enfermería. En la práctica diaria son diversas las ocasiones en las cuales la persona acude a la enfermera para consultar dudas, comentar sensaciones, expresar problemas o dificultades, etc. y que ésta realidad debe ser tenida en cuenta en el abordaje de un problema tan complejo, multidimensional y multidisciplinar como la falta de adherencia terapéutica.
En un reciente documento editado en la Comunidad de Madrid titulado “enfermera educadora entrenadora en autocuidados” se han identificado las competencias que debe adoptar una Enfermera Familiar y Comunitaria en Atención primaria en su práctica clínica, incluyendo el proceso de adherencia al tratamiento. Queda suficientemente definido que las competencias de las Enfermeras Familiares y Comunitarias en Atención Primaria pasan por ser líderes y capaces en el proceso de enseñar, educar y entrenar. No sólo se trata de informar sino también de desarrollar capacidades que le permitan cuestionar, revisar y modificar los factores externos e internos que puedan influir en la adopción de comportamientos inadecuados, como la no adherencia. La enfermera dentro de su práctica asistencial diaria facilitará a la persona su desarrollo personal para que tome decisiones de forma consciente y con autonomía sobre su propia salud.
Por tanto, la consulta de enfermería constituye un entorno ideal, tanto en el centro sanitario como en el domicilio de la persona, para la obtención de información sobre miedos, resistencias y reticencias, culturales o individuales de cada persona y que gracias a ésta labor multidisciplinar y coordinada, permitiría introducir las estrategias más adecuadas de mejora en la adherencia.

S. y s.: ¿Qué estrategias puede poner en marcha el enfermero, integradas en la actividad de su consulta, orientadas a mejorar la adherencia de los pacientes a su tratamiento?

O. A.: Intentar resumir las actividades o intervenciones que realiza la enfermera Familiar y Comunitaria en Atención Primaria es complejo, pero esencialmente se pueden clasificar en actividades técnicas, como medidas encaminadas a la reducción de la complejidad del régimen terapéutico o la mejora de la formulación; actividades educacionales, como medidas dirigidas a aumentar el conocimiento del paciente acerca de su enfermedad y el tratamiento, así como importancia de la adherencia al mismo; medidas conductuales o de entrenamiento para la salud, como son medidas para mejorar la autoeficacia o la auto-responsabilización en la conducta de adherencia; medidas de apoyo social, como mejorar el soporte social y la implicación de entorno del paciente en el control de la enfermedad y de la medicación y medidas para mejorar la gestión del sistema sanitario, como programas para fomentar la comunicación interprofesional y la mejora de la adherencia, como por ejemplo, el Programa de atención al paciente mayor polimedicado. La forma en que la Enfermera Familiar y Comunitaria tiene de integrar y poner en marcha estas actividades es básicamente a través del proceso enfermero, que está integrado por uno o varios planes de cuidados, o bien desarrollando actividades de información y formación a los pacientes y cuidadores a través del consejo breve estructurado y actividades formativas y motivaciones a través de la educación para la salud individual y grupal.

S. y s.: Y en lo que respecta a las actividades grupales, ¿también se puede trabajar en la mejora de la adherencia y del manejo de los medicamentos por parte de los pacientes?

O. A.: Las enfermeras, dentro del abanico de posibilidades y técnicas a desarrollar en Atención Primaria, están la educación para la salud en grupos. Sólo recordar que ésta intervención educativa puede ser efectiva en aquellas personas polimedicadas, pluripatológicas, crónicos complejos o personas mayores que están dispuestos a tomar la medicación y que necesitan información de cómo hacerlo o pacientes de reciente prescripción de tratamiento farmacológico. También puede ser útil para aquellas personas que no toman la medicación por creencias erróneas o miedo a los efectos adversos. Pensar que una de las causas de no adherencia es la incertidumbre sobre la necesidad de tratamiento, la preocupación por los efectos secundarios y la falta de conocimientos. Los estudios que evalúan la eficacia de los grupos de educación para la salud sobre adherencia muestran resultados positivos, aunque es complejo establecer evidencia. No obstante, las estrategias que incrementan los conocimientos sobre la enfermedad y el tratamiento con metodología grupal, parecen necesarias, aunque no suficientes, para modificar el comportamiento respecto a la adherencia al tratamiento.
En la literatura existen bastantes ejemplos de talleres o cursos donde el tema a tratar es la adherencia al tratamiento farmacológico. En la Unidad Funcional de Gestión de Riesgos Sanitarios de la Dirección Asistencial Oeste de la Gerencia de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud hemos sido sensibles a dicho problema y hemos desarrollado un taller de educación para la salud grupal, con metodología participativa, de 3 sesiones con una duración de 120 minutos cada sesión, cuyo título es “Conoce tus medicamentos”.

S. y s.: ¿Es posible desarrollar estas estrategias en colaboración con escuelas o asociaciones de pacientes?

O. A.: Desde mi punto de vista, la implicación de las asociaciones o escuelas de pacientes en el problema de la adherencia al tratamiento farmacológico es imprescindible. La actuación en el ámbito comunitario y en el entorno de la persona pivotan en la salud de la misma. El objetivo claro de cualquier colaboración con escuelas o asociaciones de pacientes es el de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas y desarrollar actividades para prevenir, disminuir o rehabilitar problemas de salud como enfermedades crónicas, hábitos no saludables o conductas alteradas como la no adherencia al tratamiento no farmacológico y/o farmacológico. Otro de los objetivos y desde mi punto de vista el principal, es crear un espacio para compartir experiencias entre pacientes, familiares, personas cuidadoras y profesionales y poder así mejorar en la capacidad de autocuidado y crear personas expertas en su enfermedad o conducta. Con ello se pretende que todas las personas puedan ejercer un papel más activo y responsable sobre su salud, empoderar.

S. y s.: ¿Qué perfil de paciente sería el que más se beneficiaría de este tipo de intervenciones enfermeras?

O. A.: No es fácil identificar qué perfil de persona se podría beneficiar de las intervenciones enfermeras para mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico. Lo que sí parece claro es pensar que, en la clínica, es muy importante identificar a las personas no cumplidoras, incorporando esta actividad a la rutina diaria. Por otro lado, el debate está abierto sobre a quién se debería dirigir estas actuaciones; mientras que diversos autores señalan que deben dirigirse a todos las personas y que el buen control de la enfermedad no asegura el buen cumplimiento, otros afirman que se debería dirigir a las personas de riesgo de incumplimiento. Lo que sí es cierto, es que la persona anciana polimedicada, persona con pluripatología o el paciente con enfermedad crónicas complejas son considerados la principal diana de actuación y de intervención enfermera, y que conviene aplicar periódicamente métodos de detección del incumplimiento y seguimiento, aunque cualquier persona con prescripción reciente se puede beneficiar de la intervención enfermera para mejorar su adherencia terapéutica o no terapéutica.


Publicado por Sano y Salvo.


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