¿Cuántas prácticas médicas contemporáneas son peores que no hacer nada o hacer menos?


En este avance on line de Mayo Clinic Proceedings  John P.A. Ioannidis se pregunta ¿cuántas prácticas médicas contemporáneas son peores que no hacer nada o hacer alguna otra cosa  más simple y menos costosa? La pregunta tiene miga, dadas las repercusiones negativas para los pacientes y el sistema de salud de las intervenciones inútiles, ineficaces, costosas o perjudiciales. La respuesta: casi la mitad, según el autor, que comenta una revisión de Prasad et al también en prensa.

Prasad et al han revisado todos los artículos originales publicados entre 2001 y 2010 en New England Journal of Medicine: 2.044 artículos en total. Los clasificaron en función de que la nueva práctica que se proponía en cada uno de esos artículos fuese o no mejor que las ya existentes.

Los resultados fueron coherentes con un estudio anterior de los mismos autores: las prácticas publicadas que no aportan un beneficio neto frente a las ya existentes oscilan en estos dos estudios entre el 40,2% y el 38%.

Un resultado que, por su envergadura, da que pensar. En el caso de los nuevos medicamentos comercializados en los últimos años, por ejemplo, es un hecho bien conocido y preocupante que mayoritariamente no aportan un avance terapéutico, como nos describe la revista Prescrire. Muchos de ellos, además, han sido cuestionados e incluso retirados del mercado por comportar riesgos inaceptables para la seguridad de los pacientes.

En la revisión de Prasad et al, se citan ejemplos de prácticas quirúrgicas y de atención hospitalaria que han supuesto un gasto millonario hasta que se ha descubierto que eran menos efectivas y más peligrosas que otras ya existentes, más baratas y menos invasivas. También se cita un caso bien conocido por los médicos de familia: el de la terapia hormonal sustitutiva, prescrita profusamente a mujeres menopáusicas sanas, presuntamente para prevenir enfermedades cardiovasculares, pero que resultó ser peor que la no intervención, ya que realmente aumentaba el riesgo cardiovascular. En estos caminos de ida y vuelta se han dilapidado recursos escasos y se ha dañado a muchos pacientes sometidos a estos tratamientos.

Como dicen los autores de esta revisión, es necesario identificar las prácticas médicas que no funcionan. El uso continuado de este tipo de prácticas desperdicia recursos, pone en peligro la salud de los pacientes y socava la confianza en la medicina. Mencionan iniciativas que procuran la desinversión en estas prácticas de escaso valor, como la del National Institute for Health and Clinical Excellence británico que ha identificado 800 de ellas en la última década, la campaña Choosing Wisely del American Board of Internal Medicine o la serie Less Is More de JAMA Internal Medicine. De éstas y otras iniciativas similares a nivel internacional ya nos hemos hecho eco repetidamente en este blog y en nuestra cuenta de Twitter @sanoysalvoblog.

+ info:

How Many Contemporary Medical Practices Are Worse Than Doing Nothing or Doing Less?. Ioannidis J. Mayo Clinic proceedings. Mayo Clinic 22 July 2013 (Article in Press DOI: 10.1016/j.mayocp.2013.05.010)

A Decade of Reversal: An Analysis of 146 Contradicted Medical Practices. Prasad V et al. Mayo Clinic proceedings. Mayo Clinic 22 July 2013 (Article in Press DOI: 10.1016/j.mayocp.2013.05.012)

Ver en este blog:

Menos actuaciones médicas, menos daños, más salud
  
La prevención cuaternaria o cómo conseguir una asistencia sanitaria menos perjudicial para los pacientes
  
Menos es más: de la parsimonia (que no cachaza) en medicina


Publicado por Jesús Palacio


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