Pacientes como barrera de seguridad Fuente: @roanelSP |
Participar como barrera de seguridad significa que las y los pacientes, mediante su actuación, pueden prevenir algunos de los problemas de seguridad que se producen durante la asistencia sanitaria y notificar los fallos que han detectado. La participación del paciente en su seguridad tiene una doble vertiente: proactiva, detectar los riesgos y puntos débiles del sistema que favorecen la aparición de fallos durante el proceso asistencial, y actuar para evitar los daños derivados de dichos fallos; y reactiva, informar sobre los incidentes de seguridad que ya han acontecido, para analizar sus causas y aplicar mejoras que eviten su repetición.
Tras años de trabajo en este campo y buscando ampliar el escaso conocimiento existente sobre cómo involucrar a los pacientes para que actúen en pro de su seguridad, qué tipo de estrategias son las más exitosas para conseguirlo y cuáles son los factores que facilitan y los que dificultan dicha participación, la Dra. Añel presenta, junto con la profesora Virginia Díaz Gorriti, los resultados de una intervención educativa que han sido publicados en la Revista Clínica de Medicina de Familia el pasado mes de junio.
El estudio se realizó en Atención Primaria, en la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Barrualde-Galdakao, de Osakidetza. El tipo de incidente de seguridad elegido para realizar la intervención educativa han sido los errores de identificación del paciente, y el proceso asistencial seleccionado, la intervención quirúrgica programada del servicio de traumatología. Se diseñó material específico para sensibilizar y activar a los pacientes que se encontraban en lista de espera para ser operados. Así, los pacientes recibieron una intervención educativa al comienzo del proceso con el fin de activarles y promover su participación, a favor de su seguridad, a lo largo del proceso asistencial.
Todos los detalles del diseño y la metodología del estudio, la evaluación de la situación de partida de las y los pacientes, su percepción de la seguridad clínica y sus conocimientos previos a la intervención, están publicados en el año 2019 en la revista Journal of Healthcare Quality Research.
Las autoras presentan este año los resultados de la última fase de su investigación, cuyo objetivo ha sido evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de activación y la capacidad de participación del paciente reforzando su seguridad durante la asistencia. La información recabada mediante las entrevistas personales semiestructuradas, junto a las notas registradas por la entrevistadora y la observadora al final de cada una de ellas, y las anotaciones del cuaderno de campo entregado a las personas participantes, ha conformado el conjunto de datos primarios, de cuyo análisis derivan los resultados que ahora se presentan.
Mediante el análisis cualitativo del contenido, se identificaron cinco categorías, y trece subcategorías, con la siguiente segmentación temática de la información:
- El interés mostrado por la actividad educativa, que fue muy alto. El proceso de captación de participantes fue ágil, nadie solicitó salir del estudio, y todas las personas participantes recordaron los dos mensajes clave para contribuir a asegurar su proceso de identificación: "identifícate" y "comprueba que los datos de identificación que figuran en la pulsera y en la documentación son los tuyos".
- La situación de base de los pacientes en cuanto a su percepción y conocimiento de los riesgos asociados a la asistencia sanitaria. Todos los pacientes son conscientes, en mayor o menor grado, de que el ámbito sanitario no está exento de riesgos. Sin embargo, la valoración que hacen de los incidentes de seguridad es muy diferente en función de las consecuencias que hayan tenido. Cuando se trata de incidentes sin daño, muestran una actitud más comprensiva. Sin embargo, cuando el resultado del proceso asistencial no es el deseado, muestran desconfianza y, en ocasiones, rechazo hacia la actitud de los profesionales. Entre los factores que las y los pacientes identifican con mayor claridad, que contribuyen a aumentar el riesgo de que algo salga mal, destacan: la ausencia de su profesional de referencia, la información insuficiente o contradictoria, el uso de lenguaje técnico, la incertidumbre, y la percepción de falta personal suficiente para hacer el trabajo con calidad y seguridad.
- Las dificultades para participar. Las y los pacientes desconocen aspectos importantes del proceso asistencial y esto condiciona las posibilidades de participación. Han señalado carencias de información, e incluso a veces información contradictoria, en los siguientes aspectos del proceso asistencial: información sobre el procedimiento quirúrgico y sobre el postoperatorio, indicaciones acerca de qué hacer y qué no hacer en cada fase o momento del proceso asistencial, e información sobre el tratamiento y recomendaciones de cuidados al alta. Además de las dificultades para conseguir la información necesaria para aclarar sus dudas, la actitud del personal médico y la percepción del contexto o clima asistencial como hostil, son los elementos que dificultan la participación efectiva de las y los pacientes como barrera de seguridad.
- La utilidad de la intervención y su impacto real en la capacidad del paciente para participar reforzando su seguridad durante la asistencia. Todas las personas participantes han mejorado su nivel de activación —han manifestado su intención de cambio en futuros contactos con el sistema sanitario, y creen que la intervención educativa ha mejorado su disposición y capacidad para actuar reforzando su seguridad— si bien el grado de mejora conseguido es diferente en función de la situación de partida de cada paciente. Cabe destacar que se ha producido un efecto "bola de nieve" por el cual, pacientes que antes no habían reparado en la importancia de participar reforzando su seguridad, tras la intervención educativa comienzan a comportarse como agentes sensibilizadores e implicadores, trasmitiendo esta información a sus familiares y las personas de su entorno.
- Otros hallazgos o información emergente. En esta categoría las autoras incorporan la información adicional que no deriva del guion elaborado para conducir las entrevistas ssmiestructuradas. Entre esta información sobresalen dos aspectos: 1/ el fenómeno de "agencia delegada", situaciones en las que el paciente no puede ejercer su agencia para participar activamente como barrera de seguridad y delega esta función en una persona de su confianza, generalmente un familiar o persona cuidadora; y 2/ la existencia de "zonas opacas", momentos o aspectos del proceso asistencial ocultos o innacesibles, en los que el paciente no puede participar de ningún modo.
Las autoras destacan que la capacidad del paciente para actuar como barrera de seguridad no es una cuota fija o estanca, sino que varía en función de las circunstancias personales y de salud de cada paciente (factores intrínsecos), y de las características de los profesionales y del contexto o ámbito asistencial (factores extrínsecos). Claramente determinada por el nivel de estudios, la capacidad para participar no es innata, sino que se adquiere. Y se puede adquirir de dos formas: de forma natural, con la experiencia como pacientes, o de forma inducida, mediante actividades o intervenciones educativas. La primera significa, generalmente, que algo ha ido mal, por lo que no es la manera más recomendable de aprender.
La información y la formación son imprescindibles como primer paso para la activación. Si los pacientes no disponen de información suficiente sobre su proceso, difícilmente podrán participar de forma efectiva y, por ello, esto requiere ser abordado. Debemos tener en cuenta, además, que dicha activación no siempre se traduce en participación efectiva, que el empoderamiento no se alcanza en todos los casos y, una vez alcanzado, no se mantiene estable, sino que fluctúa en función de los factores moduladores de la participación identificados en este estudio. Así, las autoras concluyen que conocer y tener en cuenta los factores que modulan la capacidad de participación de las y los pacientes nos permitirá ser más eficientes en el desarrollo de intervenciones enfocadas a potenciarla.
Entre las limitaciones del estudio destacan las siguientes: 1/ no se puede concluir acerca de las diferencias de género encontradas, y sus causas, por no estar diseñado el estudio para tal fin, 2/ a pesar de haber explorado los factores moduladores de la participación, no se ahonda en ellos, y 3/ debido a la duración del periodo de seguimiento de las personas participantes (entre 18 y 24 meses) no se han podido evaluar los posibles cambios, en el nivel de empoderamiento alcanzado, con el paso del tiempo. Las autoras ponen a disposición de los lectores sus hallazgos, limitaciones y reflexiones; aspectos, todos ellos, que interesa tener en cuenta de cara a futuras investigaciones.
Los resultados de este estudio son compatibles con los hallazgos de otras investigaciones, en las que se señala que las intervenciones más exitosas para involucrar a las y los pacientes en su seguridad son aquellas que:
- promueven un cambio de comportamiento y se implementan en entornos clínicos,
- se enfocan a ayudar a las y los pacientes a identificar problemas de seguridad y a tomar medidas específicas sobre aspectos que tienen que ver con su seguridad durante su proceso asistencial
- se dirigen a aspectos que no conlleven para las y los pacientes un comportamiento que pueda ser considerado por el personal médico sanitario como "conflictivo", y
- permiten a las y los pacientes aportar información retrospectiva sobre temas de calidad y seguridad (cuestionarios, encuestas, entrevistas, notificación de problemas, sugerencias de mejora).
Este artículo contribuye a aumentar el muy necesitado corpus de estudios sobre el empoderamiento para mejorar la seguridad del paciente. Con intervenciones como esta, de información y capacitación, las autoras abren camino para promover que las y los pacientes participen reforzando su seguridad durante la asistencia sanitaria. Y lo hacen en condiciones reales y desde el ámbio de la atención primaria.
+ info:
Añel Rodríguez RM, Aibar Remón C, Martín Rodríguez MD. La participación del paciente en su seguridad. Aten Primaria. 2021 Dec;53 Suppl 1(Suppl 1):102215.
Añel Rodríguez RM. Desarrollo de una intervención educativa para activar a los pacientes en su seguridad. J Healthc Qual Res. 2019; 34(1):3-11.
Añel Rodríguez RM. La participación del paciente en su seguridad: propuesta metodológica para promover la agencia del paciente. 2018. Tesis de Máster. Archivo digital de docencia e investigación de la Universidad del País Vasco. Disponible en: https://ehu.on.worldcat.org/oclc/1364701226
En este blog:
Añel Rodríguez RM. La implicación de la ciudadanía como clave de la campaña de Seguridad del Paciente de Osakidetza - 2018. Entrevista a Rosa Añel. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [2 de octubre de 2018; consultado 3 de septiembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2018/10/la-implicacion-de-la-ciudadania-como.html
Añel Rodríguez RM. El paciente como barrera de seguridad. Entrevista a D.ª Rosa Mª Añel Rodríguez. Coordinación de Programas de Salud Pública y Seguridad del Paciente. Dirección de Asistencia Sanitaria, Osakidetza. Servicio Vasco de Salud. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [23 de mayo de 2019; consultado 3 de septiembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2019/05/el-paciente-como-barrera-de-seguridad.html
Añel Rodríguez RM. La participación del paciente en su seguridad. Artículo especial publicado en la revista Atención Primaria. [Internet]. Sano y Salvo. Blog de seguridad del paciente en atención primaria. [12 de enero de 2022; consultado 3 de septiembre de 2024]. Disponible en: https://sano-y-salvo.blogspot.com/2022/01/la-participacion-del-paciente-en-su.html
Publicado por: María Luisa Torijano Casalengua
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