Los autores reconocen que se han realizado grandes inversiones en programas de salud a escala mundial que han contribuido a avances gigantes en la salud de la población mundial.
Sin embargo, destacan que, al igual que con la medicina clínica, las intervenciones de salud pública a nivel mundial, pueden, a veces, generar daños no intencionados, adversidades por los impactos económicos o trastornos sociales de gran calado.
En la medicina clínica, cuando se produce un error médico, es cada vez más común que los profesionales sanitarios ofrezcan disculpas, lo que implica reconocer el error, responsabilizarse de él y expresar un verdadero remordimiento. Además, los centros sanitarios están comenzando a ofrecer a los pacientes afectados y a sus familias una reparación o compensación en un intento por restablecer la salud de los pacientes y la relación de confianza, así como tomar medidas preventivas para prevenir daños similares en el futuro.
Sin embargo, poco se sabe acerca de las disculpas y la reparación por daños no intencionados en la práctica de la salud pública a nivel mundial. Varios factores, incluida la escala de los programas de salud mundiales, la difusión de la responsabilidad en las redes internacionales de actores estatales y no estatales y la preocupación de que reconocer un daño podría amenazar a los programas de salud en funcionamiento que son exitosos, hacen que las disculpas y la reparación en la salud pública mundial sean más difíciles de llevar a cabo que en la medicina clínica.
Este artículo examina cómo y cuándo los individuos y las organizaciones de salud pública mundial abordan el daño involuntario, utilizando cuatro casos ilustrativos para la reflexión. El primer escenario es sobre el posible daño ligado a la inacción sanitaria. Los escenarios dos y tres son sobre casos en los que la administración de un antibiótico a nivel poblacional causan o se siguen de eventos adversos. El último escenario trata el caso de una campaña de vacunación en la que la esterilización de las jeringas de cristal fue inadecuada para el virus de la hepatitis C, no conocido en la época, seguido de un brote de Hepatitis C.
Los autores proponen un método de análisis de estas situaciones a través de unos principios éticos, legales y de derechos humanos que podrían proporcionar un enfoque más sistemático. Abordar los daños no deseados en la salud pública global requiere una mayor atención a nivel individual, organizativo y global, pero también una actitud crítica de la población que reclame de las administraciones públicas supranacionales que rindan cuentas tanto de los efectos en la salud de sus actuaciones como de sus eventos adversos, analizando la seguridad del paciente en los tres niveles: individual, organizacional y global.
A nivel individual, el desarrollo de relaciones de confianza, basadas en el respeto de los derechos humanos, es fundamental. A nivel organizativo, un compromiso para reconocer y abordar el daño involuntario es esencial para la excelencia programática sostenida. La ética en la salud global rara vez se trata de "hacer las cosas bien" de una vez por todas. Más bien, los derechos humanos y los principios éticos exigen que supervisemos continuamente nuestros programas para maximizar sus beneficios y minimizar cualquier daño que puedan causar. Se necesita más trabajo para desarrollar un marco para abordar los daños no deseados en la salud mundial. Este marco debe basarse en las declaraciones de las Naciones Unidas y vincularse con ellas. De cualquier forma, el propio planteamiento es un indicador de maduración de la propia civilización que considera al mundo como un sistema único y reconoce el derecho a la atención segura y libre de daños de todos los habitantes del planeta.
Addiss DG, Amon JJ. Apology and Unintended Harm in Global Health. Health Hum Rights. 2019 Jun;21(1):19-32.
Publicado por Pilar Astier Peña
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