Todos hemos
cometido algún error, está en la condición humana. Los médicos y las enfermeras
también los cometemos. No nos gusta equivocarnos, claro está, y procuramos
aprender de los errores para disminuir la probabilidad que vuelvan a suceder. A
veces, como consecuencia de esos errores, nuestro paciente sufre un daño. Eso
nos afecta más todavía, especialmente si el daño es grave o el paciente fallece
por ello. Incluso si no hemos cometido un error y el paciente sufre un evento
adverso inevitable, nos afecta.
El paciente es la primera víctima; los médicos, y los cuidadores en general, pueden ser la segunda, por el impacto emocional que también sufren. Muchos médicos y enfermeras abandonan incluso la carrera o se dedican a actividades no asistenciales tras haber estado implicados en un evento adverso, porque no han podido superarlo. Otros han visto seriamente afectada su salud, han tenido depresiones e incluso se han suicidado.
Para superarlo es fundamental el apoyo temprano de los compañeros y de los superiores, apoyo que raramente se da en España. Fuera de nuestro país hay instituciones que sí tienen un plan de detección y apoyo a segundas víctimas, que se activa a la vez que el de apoyo a las primeras víctimas cuando sucede un evento adverso, especialmente si es de graves consecuencias para el paciente. Pero, como titulaba un artículo que estudió el asunto en un hospital universitario holandés, lo normal es que las segundas víctimas sufran en silencio, solos.
Hay que cuidar a los cuidadores en estos trances, lo más pronto posible, para evitarles sufrimientos innecesarios. Cualquier institución que se precie de valorar su capital humano debería hacerlo. Simplemente poder hablar con los compañeros y recibir señales de apoyo de los directivos puede hacer que, lo que sería un calvario que dejara definitivamente afectado al profesional implicado en un evento adverso, se convierta en un mal trago que se supera y del que tanto la organización como el profesional aprenden para mejorar.
Las organizaciones deben esforzarse en dar las respuestas adecuadas de apoyo a las primeras y segundas víctimas, algo que además de beneficiar a pacientes y profesionales afectados puede evitar que la propia organización se convierta en tercera víctima. Las entidades en las que se da un evento adverso pueden verse afectadas por él de muchas maneras, desde las condenas al pago de indemnizaciones a la pérdida de prestigio.
Sin el apoyo adecuado, el riesgo de desgaste profesional (burnout) y de depresión se incrementa. Se crea un círculo vicioso, pues estos efectos aumentan la posibilidad futura de cometer errores. Como las ondas de un estanque en el que ha caído una piedra, los efectos de un evento adverso se difunden más allá del paciente y su entorno. Pueden afectar a los profesionales y a sus familiares y amigos, pero también a los futuros pacientes, que podrían convertirse en cuartas víctimas si el profesional se quema, su competencia se deteriora y adopta una medicina defensiva, que es más cara, de peor calidad y menos segura.
A la hora de analizar un evento adverso, para minimizar daños al paciente, a sus próximos, a los profesionales y a la organización, para aprender de lo ocurrido y para tomar medidas que minoren el riesgo de que pueda volver a repetirse, hay que usar el enfoque sistémico. Frente a la cultura de la culpa, que busca a quién castigar, la cultura de seguridad analiza todos los factores que pueden haber influido en que se produzca el evento adverso, así como todas las barreras que no han funcionado para evitarlo. Como indica el modelo de Reason, hay que buscar y reparar los fallos latentes y activos, humanos y del sistema, si se quiere conseguir sistemas más seguros.
El paciente es la primera víctima; los médicos, y los cuidadores en general, pueden ser la segunda, por el impacto emocional que también sufren. Muchos médicos y enfermeras abandonan incluso la carrera o se dedican a actividades no asistenciales tras haber estado implicados en un evento adverso, porque no han podido superarlo. Otros han visto seriamente afectada su salud, han tenido depresiones e incluso se han suicidado.
Para superarlo es fundamental el apoyo temprano de los compañeros y de los superiores, apoyo que raramente se da en España. Fuera de nuestro país hay instituciones que sí tienen un plan de detección y apoyo a segundas víctimas, que se activa a la vez que el de apoyo a las primeras víctimas cuando sucede un evento adverso, especialmente si es de graves consecuencias para el paciente. Pero, como titulaba un artículo que estudió el asunto en un hospital universitario holandés, lo normal es que las segundas víctimas sufran en silencio, solos.
Hay que cuidar a los cuidadores en estos trances, lo más pronto posible, para evitarles sufrimientos innecesarios. Cualquier institución que se precie de valorar su capital humano debería hacerlo. Simplemente poder hablar con los compañeros y recibir señales de apoyo de los directivos puede hacer que, lo que sería un calvario que dejara definitivamente afectado al profesional implicado en un evento adverso, se convierta en un mal trago que se supera y del que tanto la organización como el profesional aprenden para mejorar.
Las organizaciones deben esforzarse en dar las respuestas adecuadas de apoyo a las primeras y segundas víctimas, algo que además de beneficiar a pacientes y profesionales afectados puede evitar que la propia organización se convierta en tercera víctima. Las entidades en las que se da un evento adverso pueden verse afectadas por él de muchas maneras, desde las condenas al pago de indemnizaciones a la pérdida de prestigio.
Sin el apoyo adecuado, el riesgo de desgaste profesional (burnout) y de depresión se incrementa. Se crea un círculo vicioso, pues estos efectos aumentan la posibilidad futura de cometer errores. Como las ondas de un estanque en el que ha caído una piedra, los efectos de un evento adverso se difunden más allá del paciente y su entorno. Pueden afectar a los profesionales y a sus familiares y amigos, pero también a los futuros pacientes, que podrían convertirse en cuartas víctimas si el profesional se quema, su competencia se deteriora y adopta una medicina defensiva, que es más cara, de peor calidad y menos segura.
A la hora de analizar un evento adverso, para minimizar daños al paciente, a sus próximos, a los profesionales y a la organización, para aprender de lo ocurrido y para tomar medidas que minoren el riesgo de que pueda volver a repetirse, hay que usar el enfoque sistémico. Frente a la cultura de la culpa, que busca a quién castigar, la cultura de seguridad analiza todos los factores que pueden haber influido en que se produzca el evento adverso, así como todas las barreras que no han funcionado para evitarlo. Como indica el modelo de Reason, hay que buscar y reparar los fallos latentes y activos, humanos y del sistema, si se quiere conseguir sistemas más seguros.
Albert Wu en su clásica definición del
término “segundas víctimas”, afirmaba que el médico que comete el error
necesita también ayuda. El hecho es que
incluso los mejores profesionales, en las organizaciones con mejor cultura de
seguridad del paciente, comenten errores o se ven implicados en eventos tanto
evitables como inevitables, categorías de límites difusos en el mundo real. Las
organizaciones deben siempre atender a sus profesionales implicados en un evento
adverso. Eso no quiere decir que el profesional pueda actuar con impunidad,
pero al igual que a un conductor se le da atención sanitaria tras un accidente
sin esperar a ver si ha sido o no culpa suya, a los sanitarios que sufren el
impacto, que puede ser devastador, de un evento adverso se les debe prestar lo
antes posible el apoyo necesario.
Susan Scott el al. ampliaron el término a todos los que prestan asistencia sanitaria a un paciente que sufre un daño, relacionado con la atención recibida, y quedan por ello traumatizados.
En mi experiencia, todos los cuidadores del paciente, formales e informales, titulados o no, pueden convertirse en segundas víctimas. Dentro de la atención al entorno del paciente que ha sufrido un daño grave o ha fallecido, hay que prestar especial atención a los que directamente le han cuidado, pues pueden resultar afectados de una manera similar a los que le han prestado atención sanitaria. Los sentimientos de culpa, de haberle fallado al paciente por no haberle evitado el daño, el sesgo retrospectivo de revisar los hechos a la luz del desenlace y preguntarse ¿y si hubiera hecho esto o lo otro? son comunes a todos los que tenían al paciente a su cargo, más cuanto más directamente.
El apoyo a las segundas víctimas es uno de los ejes estratégicos del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de SEMFYC.
En este blog hemos publicado lo más relevante que se ha ido publicando al respecto, desde su primer año de andadura. Las entradas relacionadas pueden consultarse, junto con otros temas, en la etiqueta salud laboral, y escribiendo en el buscador de la columna de la derecha “segundas víctimas”.
Dedicamos a este tema la VIII Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria, celebrada en 2015, en la que Susan Scott pronunció la conferencia inaugural, contándonos el fruto de los nueve años de experiencia dando apoyo a las segundas víctimas en los centros sanitarios de la Universidad de Missouri.
También en este foro anual convocado a iniciativa de este grupo hemos acogido y premiado comunicaciones sobre este asunto, como la galardonada como mejor comunicación larga en 2016.
Hemos llevado el tema a otros eventos, como el XXXVII Congreso de la semFYC de 2017, donde nuestra coordinadora Pila Astier presentó la ponencia de actualización Apoyo a las segundas víctimas de un evento adverso grave en un Equipo de Atención Primaria.
Pilar Astier, que también coordina el grupo de calidad y seguridad de la organización mundial de médicos de familia WONCA y es delegada en el EQUIP, el grupo de calidad y seguridad de WONCA Europa, ha compartido también a nivel internacional las actividades sobre segundas víctimas del grupo español, como esta crónica en WONCA News de la jornada de 2015 focalizada en el tema.
Nuestra coordinadora moderó uno de los coloquios del encuentro sobre segundas y terceras víctimas organizado por PaSQ, la red de seguridad del paciente y calidad asistencias de la Unión Europea, en el que participaron los reconocidos expertos Kris Vanhaecht (Bélgica), Massimiliano Panella (Italia) y Carlos Aibar, miembro también del grupo de seguridad de SEMFYC.
Respecto a investigación, este grupo lanzó la iniciativa que fructificaría, tras la conformación de un equipo multidisciplinar formado por profesionales de distintos lugares de España, en la concesión de una beca del Fondo de Investigación en Salud y otras ayudas que permitieron llevar a cabo el Proyecto de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas.
Como grupo publicamos un editorial SEMFYC en la Revista Atención Primaria con el título: El impacto que tienen los eventos adversos sobre los profesionales sanitarios de atención primaria y sus instituciones.
Miembros de este grupo figuran entre los autores del artículo Propuestas para el estudio del fenómeno de las segundas víctimas en España en atención primaria y hospitales, incluido en número monográfico que la Revista de Calidad Asistencial dedicó al tema.
Desde nuestra cuenta de Twitter @sanoysalvoblog, impulsamos un acuerdo con los editores de otras cuentas interesadas en el tema y lanzamos el hashtag #segundasvíctimas donde pueden seguirse las aportaciones que se hacen sobre el tema en esta red social.
Entre las actividades docentes, miembros de este grupo hemos dirigido e impartido cursos como el reciente Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas, en modalidad combinada online y presencial, que próximamente tendrá una nueva edición.
En setiembre de este mismo año se celebrará un taller práctico de una semana de duración en la Escuela de Salud Pública de Menorca titulado Segundas víctimas: profesionales sanitarios que sufren tras sufrir su paciente un evento adverso. Cómo evitar el serlo y ayudar a los que lo son.
La asistencia a las segundas víctimas ya ha sido incluido en la Estrategia De Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud (2015-2020) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Es un indudable avance que refleja que poco a poco se va conociendo la necesidad de apoyar a las segundas víctimas, los grandes olvidados hasta muy recientemente. Ahora hace falta que salte del papel a la realidad, de los loables propósitos al apoyo efectivo.
Las experiencias que se han llevado a la práctica de apoyo a las segundas víctimas, como la mencionada de los centros de la Universidad de Missouri desde hace ahora más de 10 años, nos han marcado el camino a seguir. No hay excusas para seguir dejando en la estacada a los compañeros que sufren tras sufrir un daño sus pacientes. Las organizaciones sanitarias deben abandonar la cultura de la culpa para mejorar su actividad aprendiendo de los eventos adversos, a la vez que apoyan como se merecen a las primeras y segundas víctimas de la actividad que en sus centros se realiza.
+ info:
En este blog buscar por segundas víctimas o en la etiqueta salud laboral.
Además de los recursos ya enlazados en el texto:
En el sitio de PSNeT, la red de seguridad del paciente de la agencia estadounidense de investigación y calidad AHRQ, hay un excelente apartado sobre segundas víctimas: Support for Clinicians Involved in Errors and Adverse Events (Second Victims).
El programa ForYou de apoyo a segundas víctimas del University of Missouri Health System, un ejemplo a seguir: forYOU Team - Caring for Our Own.
Grupo de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas. Guía de Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas. Diseño de guías y herramientas para reducir el impacto que los eventos adversos también tienen en los profesionales sanitarios (segundas víctimas) de atención primaria y hospitales (proyecto coordinado) - PI13/0473 y PI13/01220. 2015
Publicado por Jesús Palacio Lapuente
Susan Scott el al. ampliaron el término a todos los que prestan asistencia sanitaria a un paciente que sufre un daño, relacionado con la atención recibida, y quedan por ello traumatizados.
En mi experiencia, todos los cuidadores del paciente, formales e informales, titulados o no, pueden convertirse en segundas víctimas. Dentro de la atención al entorno del paciente que ha sufrido un daño grave o ha fallecido, hay que prestar especial atención a los que directamente le han cuidado, pues pueden resultar afectados de una manera similar a los que le han prestado atención sanitaria. Los sentimientos de culpa, de haberle fallado al paciente por no haberle evitado el daño, el sesgo retrospectivo de revisar los hechos a la luz del desenlace y preguntarse ¿y si hubiera hecho esto o lo otro? son comunes a todos los que tenían al paciente a su cargo, más cuanto más directamente.
El apoyo a las segundas víctimas es uno de los ejes estratégicos del Grupo de Trabajo en Seguridad del Paciente de SEMFYC.
En este blog hemos publicado lo más relevante que se ha ido publicando al respecto, desde su primer año de andadura. Las entradas relacionadas pueden consultarse, junto con otros temas, en la etiqueta salud laboral, y escribiendo en el buscador de la columna de la derecha “segundas víctimas”.
Dedicamos a este tema la VIII Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria, celebrada en 2015, en la que Susan Scott pronunció la conferencia inaugural, contándonos el fruto de los nueve años de experiencia dando apoyo a las segundas víctimas en los centros sanitarios de la Universidad de Missouri.
También en este foro anual convocado a iniciativa de este grupo hemos acogido y premiado comunicaciones sobre este asunto, como la galardonada como mejor comunicación larga en 2016.
Hemos llevado el tema a otros eventos, como el XXXVII Congreso de la semFYC de 2017, donde nuestra coordinadora Pila Astier presentó la ponencia de actualización Apoyo a las segundas víctimas de un evento adverso grave en un Equipo de Atención Primaria.
Pilar Astier, que también coordina el grupo de calidad y seguridad de la organización mundial de médicos de familia WONCA y es delegada en el EQUIP, el grupo de calidad y seguridad de WONCA Europa, ha compartido también a nivel internacional las actividades sobre segundas víctimas del grupo español, como esta crónica en WONCA News de la jornada de 2015 focalizada en el tema.
Nuestra coordinadora moderó uno de los coloquios del encuentro sobre segundas y terceras víctimas organizado por PaSQ, la red de seguridad del paciente y calidad asistencias de la Unión Europea, en el que participaron los reconocidos expertos Kris Vanhaecht (Bélgica), Massimiliano Panella (Italia) y Carlos Aibar, miembro también del grupo de seguridad de SEMFYC.
Respecto a investigación, este grupo lanzó la iniciativa que fructificaría, tras la conformación de un equipo multidisciplinar formado por profesionales de distintos lugares de España, en la concesión de una beca del Fondo de Investigación en Salud y otras ayudas que permitieron llevar a cabo el Proyecto de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas.
Como grupo publicamos un editorial SEMFYC en la Revista Atención Primaria con el título: El impacto que tienen los eventos adversos sobre los profesionales sanitarios de atención primaria y sus instituciones.
Miembros de este grupo figuran entre los autores del artículo Propuestas para el estudio del fenómeno de las segundas víctimas en España en atención primaria y hospitales, incluido en número monográfico que la Revista de Calidad Asistencial dedicó al tema.
Desde nuestra cuenta de Twitter @sanoysalvoblog, impulsamos un acuerdo con los editores de otras cuentas interesadas en el tema y lanzamos el hashtag #segundasvíctimas donde pueden seguirse las aportaciones que se hacen sobre el tema en esta red social.
Entre las actividades docentes, miembros de este grupo hemos dirigido e impartido cursos como el reciente Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas, en modalidad combinada online y presencial, que próximamente tendrá una nueva edición.
En setiembre de este mismo año se celebrará un taller práctico de una semana de duración en la Escuela de Salud Pública de Menorca titulado Segundas víctimas: profesionales sanitarios que sufren tras sufrir su paciente un evento adverso. Cómo evitar el serlo y ayudar a los que lo son.
La asistencia a las segundas víctimas ya ha sido incluido en la Estrategia De Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud (2015-2020) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Es un indudable avance que refleja que poco a poco se va conociendo la necesidad de apoyar a las segundas víctimas, los grandes olvidados hasta muy recientemente. Ahora hace falta que salte del papel a la realidad, de los loables propósitos al apoyo efectivo.
Las experiencias que se han llevado a la práctica de apoyo a las segundas víctimas, como la mencionada de los centros de la Universidad de Missouri desde hace ahora más de 10 años, nos han marcado el camino a seguir. No hay excusas para seguir dejando en la estacada a los compañeros que sufren tras sufrir un daño sus pacientes. Las organizaciones sanitarias deben abandonar la cultura de la culpa para mejorar su actividad aprendiendo de los eventos adversos, a la vez que apoyan como se merecen a las primeras y segundas víctimas de la actividad que en sus centros se realiza.
+ info:
En este blog buscar por segundas víctimas o en la etiqueta salud laboral.
Además de los recursos ya enlazados en el texto:
En el sitio de PSNeT, la red de seguridad del paciente de la agencia estadounidense de investigación y calidad AHRQ, hay un excelente apartado sobre segundas víctimas: Support for Clinicians Involved in Errors and Adverse Events (Second Victims).
El programa ForYou de apoyo a segundas víctimas del University of Missouri Health System, un ejemplo a seguir: forYOU Team - Caring for Our Own.
Grupo de Investigación en Segundas y Terceras Víctimas. Guía de Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas. Diseño de guías y herramientas para reducir el impacto que los eventos adversos también tienen en los profesionales sanitarios (segundas víctimas) de atención primaria y hospitales (proyecto coordinado) - PI13/0473 y PI13/01220. 2015
Publicado por Jesús Palacio Lapuente
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