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11 abril, 2017

Medicación sin daño: 3ª campaña mundial de seguridad del paciente de la OMS

Adaptación de elaboración propia del original en inglés
El pasado 29 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una iniciativa mundial para reducir a la mitad los daños graves y evitables relacionados con la medicación en los próximos cinco años.

La página de la iniciativa y sus materiales hasta la fecha sólo están en inglés; sólo la nota de prensa informando del lanzamiento de la campaña ha sido traducida por la OMS al español y otros idiomas. Es de esperar que pronto esté todo traducido a otros idiomas para facilitar la difusión e impulso de la campaña nivel mundial.

Otro detalle importante a considerar es la utilización del término "error" en lugar del término acordado "evento adverso". Es de suponer que la utilización de esta terminología pretende hacer entender que se refiere, como dice su definición, a los fallos en la aplicación de una acción planificada o bien en la aplicación de un plan equivocado.

No obstante, la reducción de los problemas para la seguridad del paciente a los errores es algo que viene desde su documento fundacional, el "To Err is Human: Building a Safer Health System" del Institute of Medicine estadounidense. Esta reducción, como se comentaba en una entrada anterior en este blog, parte de un sesgo de percepción bien conocido, el retrospectivo: cuando un paciente sufre un daño o evento adverso, todo el mundo mira hacia atrás a ver qué pasó y sólo ven al profesional que le atendió o al propio paciente si fue él quien cometió un error, no ven otros factores que intervinieron para que el evento adverso pudiera producirse. No todos los eventos adversos se deben a un error (tampoco los de medicación) y cuando se deben, es más conveniente buscar las causas subyacentes, condicionantes o favorecedoras del error que limitarse a culpabilizar al profesional.

Errores hay y habrá, en sanidad como en todas la actividades, ya que la infalibilidad no es propia de la condición humana. De lo que se trata es de buscar las maneras de prevenir los errores evitables, en la medida de lo posible. Para conseguirlo hay que combinar medidas sistémicas con las orientadas exclusivamente a los individuos.

Un ejemplo que puede resultar ilustrativo de lo dicho son los problemas de confusión relacionados con la apariencia de los medicamentos. La confusión del paciente que recibe una caja diferente de la habitual, con el mismo fármaco pero de distinta marca, y se toma una pastilla de la esa caja pensando que es algo nuevo que le han prescrito y otra de la caja anterior aún sin acabar, es uno de los errores más frecuentes relacionados con la medicación. Este problema puede paliarse de una manera muy trabajosa, y de limitada eficacia, informando y ayudando al paciente por parte de sus próximos, farmacéuticos, enfermeras, médicos... También puede mejorar radicalmente con una simple medida: legislar la obligatoriedad de la similitud de apariencia entre medicamentos iguales. Organizaciones científicas y agencias del medicamento de todo el mundo insistimos por eso desde hace años en la necesidad de la isoapariencia de los medicamentos con la misma composición, por norma, como por norma se reguló la bioequivalencia. También debe procurarse que los medicamentos diferentes no parezcan iguales, para evitar otra fuente de confusiones.

La OMS, aunque habla en la campaña del error, en su desarrollo es consciente de la necesidad de promover cambios en los sistemas para hacerlos más seguros, así como de sustituir la cultura de la culpa por la de seguridad. La organización hace un llamamiento a los líderes y decisores políticos mundiales para alcanzar los fines de la campaña.


El objetivo de reducción a la mitad de los errores de medicación fue acordado en una reunión de expertos y líderes en seguridad del paciente de 23 países celebrada en abril del año pasado en Ginebra. Es un objetivo global que puede adaptarse en cada país, especialmente en los de menos ingresos, en los que se estima puede ser más difícil de alcanzar.

El objetivo, además de ambicioso, conlleva el reto de comprobar si se ha alcanzado, ya que en muchos países no hay datos fiables del daño que los pacientes sufren por errores de medicación. La iniciativa incluye una labor de recopilación de estos datos.

En una revisión sistemática sobre incidentes relacionados con la seguridad del paciente en atención primaria, encargada por la OMS y publicada en julio de 2016 en BMJ Quality & Safety, se concluye que los incidentes relacionados con la medicación son, junto a los relacionados con el diagnóstico, los que más daño evitable producen en primaria, aunque los porcentajes varían mucho según estudios.

En España, el estudio APEAS cifró en un 48,2 % de los efectos adversos de causa sanitaria los relacionados con la medicación, de lejos la causa de daño más frecuente en primaria.

Los medicamentos proporcionan grandes beneficios a los pacientes, sin duda, pero también les producen efectos adversos, algunos de ellos evitables, en tal medida que hacen más que oportuna a la iniciativa de la OMS.

Además, el coste mundial asociado a los errores de medicación se estima en 42,000 millones de dólares al año, lo que supone casi el 1% del gasto sanitario mundial. Una importante sangría de recursos escasos.

La versión en español del comunicado de prensa comete un error en la traducción al afirmar que "todos los errores de medicación pueden evitarse", frente a lo que dice la versión en inglés, que son potencialmente evitables (potentially avoidable), es decir, en potencia, no de hecho. En cualquier caso los expertos que consensuaron el objetivo de la campaña lo cifraron en un 50% de reducción, sin caer en el error de esos "objetivo 0" que tan bien quedan para sacar pecho pero que sólo pueden llevar a la frustración por inalcanzables en el mundo real.

Mucho habrá que hacer para conseguir esa reducción. La OMS plantea que "tanto el personal sanitario como los pacientes pueden equivocarse al solicitar, prescribir, dispensar, preparar, administrar o consumir un medicamento equivocado, en una dosis equivocada o en un momento equivocado" y como prevención que "es necesario poner en marcha sistemas y procedimientos para que el paciente correcto reciba la medicación correcta en la dosis correcta, por la vía correcta y en el momento correcto".

Sabemos por la evidencia disponible que, somo sigue el comunicado, "la mayoría de los daños se producen cuando falla la organización y la coordinación de los sistemas de atención sanitaria, en particular cuando son varios los proveedores de asistencia sanitaria que participan en la atención de un paciente".

Las áreas fundamentales de actuación sobre las que la iniciativa llama a todos los países para que tomen medidas prioritarias son los medicamentos con un alto riesgo de provocar daños si se utilizan indebidamente, los pacientes polimedicados con pluripatología y las transiciones asistenciales de un nivel a otro de atención o en diferentes servicios dentro del mismo nivel.

Está previsto promover actuaciones orientadas a los pacientes y el público, los profesionales sanitarios, los medicamentos como productos y los sistemas y prácticas de medicación.

La iniciativa propone mejorar cada una de las fases del proceso de medicación: prescripción, dispensación, administración, seguimiento y uso.

Entre los materiales relacionados que se pueden descargar desde la página de la iniciativa de la OMS destacamos el monográfico dedicado a los errores de medicación en atención primaria. Este documento técnico forma parte de la serie para una atención primaria más segura publicada a finales de 2016.

La OMS ofrecerá orientaciones y elaborará estrategias, planes e instrumentos "para que lo más importante en el proceso de medicación sea la seguridad de los pacientes en todos los centros sanitarios".

Muchas cosas tendrán que cambiar para poner la seguridad del paciente en el centro de todo lo relacionado con los fármacos, un negocio que mueve escalofriantes cifras a nivel mundial y en el que ha habido sentencias millonarias a los laboratorios por fraudes en la investigación y por corrupción para inducir al uso de sus medicamentos, incluso fuera de sus indicaciones aprobadas. La larga mano de la industria llega a la enseñanza pre y postgrado, la investigación, los eventos científicos, la elaboración de guías, la legislación, la aprobación de medicamentos y el control postcomercialización. Y la farmacéutica, como toda industria, por muy respetuosa que sea con la ley no tiene como objetivo principal la mejora de la seguridad del paciente sino de su cuenta de resultados. Es importante tomar conciencia de la realidad en la que nos movemos para promover actuaciones más conscientes y más seguras relacionadas con la medicación.

La medicalización de la vida cotidiana lleva a pacientes y profesionales a un exceso de uso de los medicamentos, que aparecen como el principio y el fin del tratamiento incluso en problemas de salud en los que la evidencia científica ha demostrado igual o superior  efectividad de los tratamientos no farmacológicos.

Mientras una parte de la población mundial no tiene acceso a los fármacos que precisa, otra parte los consume sin necesidad y sufre por ello efectos adversos que se podrían haber evitado con un uso racional y prudente de los medicamentos.

La sobrecarga de los médicos, creciente en tiempos de recortes, favorece tanto que cometan errores como que tiren de receta como forma rápida de concluir la visita a un paciente, que quizás se hubiera beneficiado en mayor medida de la psicoterapia, el consejo médico personalizado o la prescripción de activos sociales para la salud, no sanitarios, presentes en su comunidad.

Los retos y los obstáculos a superar son grandes, pero el consumo de medicamentos y los problemas de ellos derivados han llegado a tal punto que es preciso dedicar serios esfuerzos a enfrentarlos.

El grupo de trabajo que publica este blog es consciente de ello y por eso este año dedicaremos la X Jornada de Seguridad del Paciente en Atención Primaria, organizada por SEMFYC, SECA, FAECAP y SEFAP, y que se celebrará el próximo 2 de junio en la sede del MSSSI de Madrid, precisamente al "Uso seguro de los medicamentos en atención primaria". Os animamos a presentar en la jornada vuestras experiencias y buenas prácticas relacionadas con la medicación, para apoyarnos mutuamente en el objetivo de conseguir una atención primaria más segura.


Publicado por Jesús Palacio Lapuente

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