Metformina: mitos, malentendidos y lecciones de su historia

La revista Australian Prescriber ha publicado un artículo en el que se revisa la evolución del uso de la metformina desde su descubrimiento hasta la actualidad.

Lo hace al estilo de los cuentos con moraleja. Las moralejas de este cuento nos enseñan a pensar sobre cómo usamos los fármacos, con qué información contamos y qué interferencias pueden afectarnos, así como a valorar la prudencia que da el paso del tiempo.

Os resumimos aquí las principales moralejas del cuento y os animamos a revisar el artículo y su bibliografía, así como a seguir de cerca la revista Australian Precriber.

Durante décadas la metformina ha sido un fármaco abandonado en muchos países, aunque ahora es uno de los medicamentos más prescritos en el mundo. En 2010 se hicieron en todo el mundo cien millones de prescripciones de metformina sola o combinada con otros fármacos.

La metformina (dimetil biguanida) se extrajo de la Galega officinalis en 1922. Esta hierba se ha utilizado durante siglos para tratar muchos problemas de salud incluida la poliuria. La metformina mostró en los primeros estudios disminuir la glucemia con menos efectos adversos gastrointestinales que las sulfonilureas. Pero su aparición coincidió en el tiempo con la aparición del tratamiento con insulina inyectada, y el interés médico por los comprimidos que disminuían la glucemia disminuyó.

En un ensayo clínico de 1957 la metformina demostró, de nuevo, disminuir la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2 y mantener glucemias normales en pacientes sin diabetes. Las molestias intestinales que provocaba se minimizaban mediante su introducción con un incremento progresivo de la dosis.

En ese mismo año, 1957, un grupo americano publica similares resultados con un medicamento llamado fenformina. A partir de 1959 se publican casos de acidosis láctica y muertes asociadas a la toma de fenformina, que lleva a su retirada del mercado en EEUU. El comité de evaluación de medicamentos australiano restringe el uso de fenformina y también de metformina, a pesar de que la farmacocinética de los dos medicamentos era distinta. Fenformina se metaboliza en el hígado y la metformina se excreta por el riñón, y la asociación de metformina con acidosis láctica y muertes sólo aparece en caso de sobredosis o en pacientes con insuficiencia renal grave.

Los endocrinos de Francia y Escocia, que llevaban utilizando metformina desde los estudios favorables de 1957, continuaron prescribiéndola. En estudios en los que se comparaba metformina con clorpropamida encontraron que el control de la glucemia era similar pero que los pacientes con metformina tenían menos hipoglucemias y además perdían peso. El suministro del fármaco venía de un modesto laboratorio farmacéutico francés que continuó produciéndola.

Tuvieron que pasar casi 20 años, hasta 1995, para que los beneficios de la metformina fueran redescubiertos en EEUU y las restricciones de su uso en Australia fueran suspendidas. Entre los siguientes estudios con metformina el más influyente fue UK Prospectif Dabetes Study. Es un ensayo clínico aleatorio multicéntrico con 3.867 pacientes seguidos durante 10 años que concluye que, con independencia del control de la glucemia, la metformina reduce el riesgo de infarto de miocardio y de mortalidad por todas las causas. Así, a partir de 2012, en las guías americanas y europeas de diabetes la metformina se convierte en el tratamiento de primera elección para pacientes obesos y con diabetes tipo 2

La historia del uso médico de la metformina no ha terminado todavía, ya que los nefrólogos creen que la metformina está infrautilizada en la enfermedad renal. Incluso está en estudio su posible utilidad en el tratamiento del cáncer.

Podemos aprender muchas cosas acerca de esta historia:
  • Cuesta mucho tiempo recoger datos poblacionales seguros sobre la eficacia de los fármacos.
  • Las medicaciones pueden producir más beneficios y daños que los que inicialmente se indican al salir al mercado.
  • Los medicamentos patrocinados por importantes compañías farmacéuticas dominan el mercado. Utilizar medicaciones novedosas, estudiadas durante un corto periodo de tiempo, puede resultar arriesgado.
  • Una mejor comprensión de la farmacodinámica y farmacocinética puede evitar la creencia de que todos lo fármacos de un mismo grupo químico tienen las mismas acciones y efectos adversos (fenformina y metformina).
  • Trasladar la evidencia científica a la práctica clínica puede llevar tiempo.


Shenfield G. Metformin: myths, misunderstandings and lessons from history. Aust Prescr 2013;36:38-9


Publicado por Pilar Astier


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