1. Establece una cultura de seguridad
La confianza de los miembros del personal en aquellos que los lideran hace más probable que informen de los problemas que se presenten y que se aborde su solución.
Los profesionales que están en la primera línea de la atención sanitaria son los que mejor conocen los riesgos y las vulnerabilidades de su organización; si se consigue que el sistema de notificación de riesgos y vulnerabilidades les resulte más confortable y se les estimula para que notifiquen los problemas que detecten, se facilitará la implementación de actividades de mejora.
Crear una necesidad compartida por todos los miembros del personal ayuda a cada uno de ellos a comprender mejor el enfoque y la necesidad de una cultura de la seguridad.
2."Se necesita un pueblo"
Como dice el proverbio “Se necesita un pueblo para educar a un niño”. Esta estrategia se refiere a que el impulso de una política de seguridad del paciente no puede ser llevada a cabo únicamente por un solo responsable. Es necesaria la formación de un equipo que inicie, apoye y sostenga todos los esfuerzos para su desarrollo.
3. Lleva a cabo evaluaciones sinceras y rigurosas en las áreas de alto riesgo
No se puede mejorar un área de riesgo que no se ha identificado como tal: por eso es crucial su detección.
Es preciso seleccionar aquellos líderes y miembros del equipo dispuestos a “meterse en harina” para evaluar realmente los problemas que se dan.
4. Sé creativo en la manera en la que abordas la evaluación
La participación de los profesionales que están en primera línea puede ser muy útil para identificar riesgos, ya que conocen mejor dónde se encuentran los problemas y, a la vez, pueden discutir sus preocupaciones con sus compañeros con más libertad. También puede ser útil emplear a personal de una unidad para evaluar otra, ya que pueden aportar un punto de vista diferente al de los que habitualmente están en ella.
Realiza una inmersión profunda cuando se descubran nuevos problemas o preocupaciones y revalora de nuevo cuando sea necesario.
5. No des nada por hecho
El personal cualificado de supervisión o de gestión es fundamental para el éxito. Los procedimientos fallan cuando el responsable de una zona no es capaz de supervisarla adecuadamente y, cuando eso sucede, los pacientes pueden estar en riesgo. A veces se da por hecho que las personas que llevan mucho tiempo como responsables son competentes, cuando en realidad pueden no serlo.
6. No tengas miedo a la evaluación proactiva de riesgos
La metodología de evaluación proactiva (la que intenta descubrir los riesgos para la seguridad de los pacientes antes de que éstos sufran daños) como el análisis modal de fallos y efectos (AMFE) puede ser más manejable si se divide en segmentos.
La Joint Commission ha desarrollado la Targeted Solutions Tool (TST), herramienta para, paso a paso, identificar, medir y reducir los riesgos en procesos clave que pueden acabar produciendo daño al paciente como:
- Higiene de manos
- Comunicación en las transiciones del paciente dentro del hospital y al alta
- Cirugía en el sitio correcto
7. Revisa periódicamente las áreas de riesgo y de vulnerabilidad ya identificadas
Haber fijado ya actividades para controlar los riesgos en estas áreas no significa que su cumplimiento se mantenga. La Joint Commission ofrece también una herramienta para facilitar el cumplimiento de esta estrategia, la Focused Standards Assessment and Intracycle Monitoring profile tool
8. Evalúa los riesgos de tu organización con los nuevos datos y recursos que se vayan publicando
Para estas reevaluaciones la Joint Commission ofrece varias fuentes de información y sistemas de apoyo para llevarlas a cabo.
9. La transferencia y el intercambio de información es fundamental para el éxito
Asegurar una comunicación abierta y honesta es importante cuando se involucra a otros profesionales en iniciativas de seguridad del paciente. Comprender la interdependencia es fundamental para el éxito.
No hay que olvidarse de revisar las políticas que apoyan procesos o procedimientos interdepartamentales, ya que no es infrecuente encontrar discrepancias cuando las políticas no están centralizadas o consolidadas.
10. Sienta a la gente “correcta” en la mesa
Una vez que los problemas y los riesgos han sido identificados, es importante contar con los interesados, con el fin de desarrollar soluciones. Hay que evitar conflictos innecesarios y piques entre departamentos.
11. Comparte por igual los puntos clave con el personal y con los líderes
Es importante compartir de igual forma con los miembros del personal y los líderes los éxitos, los fracasos y lo más importante de las lecciones aprendidas. Sobre la base de una cultura de seguridad compartida, es fundamental que los miembros del personal, los médicos y los directivos vean la conexión entre sus contribuciones individuales y departamentales en términos de mejora de la seguridad del paciente.
12. Evita la tendencia a sobrecargar los procesos
Para ello hay que evaluar los procesos y eliminar las redundancias y el trabajo sin valor añadido, si es preciso volviendo a comenzar su diseño desde cero.
13. Es más fácil mantener las iniciativas en seguridad y su cumplimiento que reforzarlas y luego retroceder
+ info:
13 Strategies for Patient Safety and Joint Commission compliance for 2013
Improving Patient and Worker Safety. Opportunities for Synergy, Collaboration and Innovation
Publicado por Txema Coll Benejam
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