Siguiendo con la publicación de las mejores comunicaciones de la III Jornada de mejora de la seguridad en Atención Primaria, Guadalupe Olivera, de la extinta Gerencia del Área 6 de Atención Primaria de Madrid, nos ofrece a continuació el resumen de la que presentó, titulada "Riesgos potenciales en las prescripciones/recetas que se dan al paciente".
Una de las principales fuentes de error de medicación en atención primaria son las recetas. Los riesgos asociados a la prescripción son debidos a prescripciones ilegibles o prescripciones incompletas.
Los sistemas informáticos y la prescripción electrónica han conseguido salvar el riesgo de ilegibilidad y facilitan la elección del fármaco con dosis, tamaño y vía de administración, pero sigue siendo necesario que el profesional establezca la pauta para la toma de la medicación y la duración del tratamiento. Esto hace que en las recetas que se emiten, existan errores en la posología, posología incompleta u omisión total de la misma, lo que puede causar errores en la toma de medicación por parte del paciente.
Se analizaron todas las recetas emitidas en un día por todos los profesionales de cada uno de los 21 centros de salud a estudiar.
Se valoraron recetas sin posología y las que presentaban posología y ésta estaba incompleta o bien era errónea, sea por un posible error al escribir la receta o porque la dosis total diaria que contemplaba era inadecuada según ficha técnica del medicamento.
Sólo se estudiaron las recetas emitidas en agudo y no en crónico o demanda, por considerar que aunque no exista posología en las mismas o ésta sea errónea, el paciente es conocedor de lo que tiene que tomar.
Se revisaron un total de 14.784 recetas de un único día y de 21 centros de salud. De ellas 9.653 eran de prescripción aguda, representando un 65% de toda la prescripción. 4.024 recetas agudas no tenían ninguna posología escrita (42%). Las recetas con posología (5.617) presentaban errores en la misma o posología incompleta en 73 casos (1,29%).
Esto significa que en nuestro estudio existe un porcentaje elevado de recetas que no incluyen antes de su impresión la posología de uso. Y que de las que sí la incluyen, algunas tienen errores en la transcripción o son incompletas o bien la posología no se ajusta a la indicación del fármaco según ficha técnica.
A pesar de las limitaciones del estudio, creemos necesario hacer la recomendación de que el facultativo compruebe la receta antes de entregarla al paciente y que, además, el cuerpo de la receta debería completarse siempre, sobre todo cuando se da a población en la que es más fácil que pueda haber errores como en la población anciana y la infantil.
Una de las principales fuentes de error de medicación en atención primaria son las recetas. Los riesgos asociados a la prescripción son debidos a prescripciones ilegibles o prescripciones incompletas.
Los sistemas informáticos y la prescripción electrónica han conseguido salvar el riesgo de ilegibilidad y facilitan la elección del fármaco con dosis, tamaño y vía de administración, pero sigue siendo necesario que el profesional establezca la pauta para la toma de la medicación y la duración del tratamiento. Esto hace que en las recetas que se emiten, existan errores en la posología, posología incompleta u omisión total de la misma, lo que puede causar errores en la toma de medicación por parte del paciente.
Se analizaron todas las recetas emitidas en un día por todos los profesionales de cada uno de los 21 centros de salud a estudiar.
Se valoraron recetas sin posología y las que presentaban posología y ésta estaba incompleta o bien era errónea, sea por un posible error al escribir la receta o porque la dosis total diaria que contemplaba era inadecuada según ficha técnica del medicamento.
Sólo se estudiaron las recetas emitidas en agudo y no en crónico o demanda, por considerar que aunque no exista posología en las mismas o ésta sea errónea, el paciente es conocedor de lo que tiene que tomar.
Se revisaron un total de 14.784 recetas de un único día y de 21 centros de salud. De ellas 9.653 eran de prescripción aguda, representando un 65% de toda la prescripción. 4.024 recetas agudas no tenían ninguna posología escrita (42%). Las recetas con posología (5.617) presentaban errores en la misma o posología incompleta en 73 casos (1,29%).
Esto significa que en nuestro estudio existe un porcentaje elevado de recetas que no incluyen antes de su impresión la posología de uso. Y que de las que sí la incluyen, algunas tienen errores en la transcripción o son incompletas o bien la posología no se ajusta a la indicación del fármaco según ficha técnica.
A pesar de las limitaciones del estudio, creemos necesario hacer la recomendación de que el facultativo compruebe la receta antes de entregarla al paciente y que, además, el cuerpo de la receta debería completarse siempre, sobre todo cuando se da a población en la que es más fácil que pueda haber errores como en la población anciana y la infantil.
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