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23 marzo, 2010

Gestión Clínica y Sanitaria ¿Estamos seguros de la seguridad del paciente?

La interesante revista de segundas lecturas Gestión Clínica y Sanitaria, ofrece en su último número un editorial y una tertulia entre su autor y dos profesionales en la que reflexionan sobre qué y cómo se ha hecho sobre seguridad del paciente, y sugieren algunas posibilidades de mejora.

El editorial de Carlos Campillo Artero, del Servei de Salut de les Illes Balears, se plantea como objetivo explícito "espolear el debate critico" sobre el tema. Para ello organiza sus reflexiones en seis vertientes de la seguridad del paciente:
  • Las pruebas científicas
  • Priorización
  • Recursos
  • Formación
  • Evaluación
  • Barreras
El mismo autor del editorial intercambia opiniones en una tertulia con Paz Merino de Cos, jefa de una unidad de cuidados intensivos, y con Benardino Comas Díaz, coordinador de un servicio de urgencias hospitalarias. Aunque en la tertulia no haya profesionales de atención primaria, el nivel en el que se sitúan las reflexiones de los autores resulta de interés para todos los interesados en mejorar la seguridad de los paciente, sea cual sea su lugar de trabajo.

Finalizan la tertulia con unas conclusiones que transcribimos:

- Debemos evitar la teoría fácil, cómoda y superficial que atribuye el
evento adverso a un fallo humano y a la implicación directa del facultativo, la enfermera u otro profesional sanitario. La implantación de la seguridad clínica pasa por adoptar un enfoque multidisciplinario que incluya el factor humano, pero también la gestión de recursos, la revisión de circuitos asistenciales, el equipamiento, los factores ambientales y los problemas de comunicación.

– En palabras de Leape: Los errores son como los síntomas de una
enfermedad, pueden estar originados por múltiples causas. El tratamiento del síntoma no cura la enfermedad. El tratamiento del error no corrige la situación subyacente (4). Conseguir una atención sanitaria segura requiere cambiar valores, creencias y políticas de la organización.

– La enseñanza de pregrado debería incorporar en sus programas
materias relacionadas con la seguridad del paciente. Mientras, habrá que aguzar el ingenio para suplir esta carencia en los profesionales en activo.

– Instaurar una cultura de la seguridad del paciente es un proceso
lento que demanda la participación activa de todos los profesionales de la sanidad y la intensa implicación de los directivos.

– Si no introducimos todos los cambios adicionales mencionados,
no invertimos decididamente en seguridad, dejamos de lado la formación, no dotamos a los centros de suficientes especialistas en investigación, no ponemos gestores de bases de datos a disposición de los clínicos, ni superamos el potencialmente peligroso sistema de sustituciones de personal, cualquier mejora de la cultura de la seguridad será marginal.

– Ante la pérdida de efectividad de los contratos de gestión y el menoscabo
de su credibilidad, tenemos la oportunidad de introducir cambios necesarios en ellos, cuando menos, en relación con las actividades en seguridad del paciente, aprovechando que se está empezando a intentar gestionarlas con ellos.

– Es imprescindible rellenar el hueco legal relacionado con diferentes
aspectos de la seguridad del paciente.

En los resúmenes comentados de artículos de interés que forman el cuerpo habitual de la revista, hay también reseñas relacionadas con la seguridad del paciente, como:

La necesidad de actualizar las recomendaciones españolas sobre terapia hormonal después de la menopausia


¿Es seguro parir en casa?


Dolor de espalda: La oferta de Resonancia Magnética se asocia a más cirugía de columna


“Alertas de seguridad” y “visado”: instrumentos efectivos para reducir el consumo de antipsicóticos en ancianos con demencia


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Publicado por Jesús Palacio

1 comentario:

miguel dijo...

Muy interesante el articulo. Lo comentamos hace poco en saludconcosas:
http://saludconcosas.blogspot.com/2010/03/de-lo-global-lo-local.html

Saludos!

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