El pasado 24 de noviembre se celebraron, en el Centro de Estudios Universitarios de Castilla La Mancha en Talavera de la Reina, las II Jornadas de Bioética en Talavera de la Reina. El lema de las jornadas fue "La ética como clave de la seguridad del paciente". El programa puede verse pinchando en la imagen y las ponencias serán publicadas próximamente.
Marisa Torijano, miembro del Grupo de Seguridad del Paciente de SEMFYC, presentó la ponencia “Aspectos éticos y de seguridad en el uso de medicamentos”. En ella ofreció una amplia justificación de porqué no es posible obviar este asunto en una jornada que trata sobre ética, seguridad y calidad. Así se presentaron cifras de eventos adversos relacionados con medicamentos procedentes de informes tanto internacionales como nacionales destacando el 47,8% del total encontrado en el APEAS y resaltando su prevenibilidad (59,1%), para a continuación analizar su relación con los cuatro principios fundamentales de la bioética, no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.
Justicia por el coste oportunidad que supone su uso racional ante el gasto farmacéutico existente y teniendo en cuenta que el 70% de los nuevos fármacos comercializados no suponen innovación reseñable ni mejoran significativamente la eficacia terapéutica sobre los existentes.
No maleficencia y beneficencia ante la prevenibilidad de los eventos relacionados con los mismos. Todos tenemos el deber de establecer estrategias de prevención y realizar todo lo que esté en nuestra mano para evitarlos, sin olvidar el necesario refuerzo de la autonomía del paciente como un implicado más en la cadena de su utilización.
Entre estos implicados, además de los tres pilares fundamentales del sistema sanitario, gestores, profesionales y usuarios, no podemos olvidar a la industria farmacéutica, por su capacidad de influencia a todos los niveles, y a los farmacéuticos de las oficinas de farmacia, último eslabón pero no menos importante en la prestación farmaceútica.
La Dra Torijano analiza todos estos aspectos haciendo énfasis también en la ética de mínimos, la norma que guía todo el proceso: La Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Son importantes en ella las estrategias orientadas a ofrecer una información de calidad, periódica e independiente a los profesionales (esto nos ayuda a los profesionales a respetar al máximo los principios de beneficencia y no maleficencia a lo que nuestro código deontológico nos obliga), a garantizar una formación sobre uso racional de los medicamentos a los profesionales sanitarios (esto nos ayuda a trabajar de forma eficiente haciendo sostenible nuestro sistema sanitario y continuar garantizando la universalidad respetando el principio de justicia), al refuerzo de la exigencia de la receta médica como documento imprescindible para la seguridad del paciente o las referidas a la modificación de los prospectos de los medicamentos para hacerlos inteligibles a los ciudadanos (favoreciendo el ejercicio de su autonomía valorando beneficios y riesgos de forma conjunta con el profesional sanitario y así, ser corresponsable de su tratamiento), ayudando a la consecución de la necesaria adherencia al tratamiento para que pueda alcanzarse el éxito terapéutico previsto por el médico sin olvidar la imprescindible cooperación del farmacéutico insistiendo en la automedicación responsable.
Y así se repasa todo el proceso, desde la elección del fármaco por parte del facultativo, elección que en muchos casos no realiza sólo, hasta su dispensación en la oficina de farmacia, con los problemas que se presentan en muchas ocasiones para la seguridad ante la bioapariencia de los fármacos. Todo ello centrándose en el ámbito ambulatorio.
La pretensión, según la ponente, no ha sido otra que analizar los distintos y complementarios puntos de vista para favorecer la reflexión sobre este tema, tratado en múltiples ocasiones en nuestro blog, por su trascendencia para la seguridad de nuestros pacientes y en el que todos tenemos nuestra parcela de responsabilidad.
Marisa Torijano, miembro del Grupo de Seguridad del Paciente de SEMFYC, presentó la ponencia “Aspectos éticos y de seguridad en el uso de medicamentos”. En ella ofreció una amplia justificación de porqué no es posible obviar este asunto en una jornada que trata sobre ética, seguridad y calidad. Así se presentaron cifras de eventos adversos relacionados con medicamentos procedentes de informes tanto internacionales como nacionales destacando el 47,8% del total encontrado en el APEAS y resaltando su prevenibilidad (59,1%), para a continuación analizar su relación con los cuatro principios fundamentales de la bioética, no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.
Justicia por el coste oportunidad que supone su uso racional ante el gasto farmacéutico existente y teniendo en cuenta que el 70% de los nuevos fármacos comercializados no suponen innovación reseñable ni mejoran significativamente la eficacia terapéutica sobre los existentes.
No maleficencia y beneficencia ante la prevenibilidad de los eventos relacionados con los mismos. Todos tenemos el deber de establecer estrategias de prevención y realizar todo lo que esté en nuestra mano para evitarlos, sin olvidar el necesario refuerzo de la autonomía del paciente como un implicado más en la cadena de su utilización.
Entre estos implicados, además de los tres pilares fundamentales del sistema sanitario, gestores, profesionales y usuarios, no podemos olvidar a la industria farmacéutica, por su capacidad de influencia a todos los niveles, y a los farmacéuticos de las oficinas de farmacia, último eslabón pero no menos importante en la prestación farmaceútica.
La Dra Torijano analiza todos estos aspectos haciendo énfasis también en la ética de mínimos, la norma que guía todo el proceso: La Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Son importantes en ella las estrategias orientadas a ofrecer una información de calidad, periódica e independiente a los profesionales (esto nos ayuda a los profesionales a respetar al máximo los principios de beneficencia y no maleficencia a lo que nuestro código deontológico nos obliga), a garantizar una formación sobre uso racional de los medicamentos a los profesionales sanitarios (esto nos ayuda a trabajar de forma eficiente haciendo sostenible nuestro sistema sanitario y continuar garantizando la universalidad respetando el principio de justicia), al refuerzo de la exigencia de la receta médica como documento imprescindible para la seguridad del paciente o las referidas a la modificación de los prospectos de los medicamentos para hacerlos inteligibles a los ciudadanos (favoreciendo el ejercicio de su autonomía valorando beneficios y riesgos de forma conjunta con el profesional sanitario y así, ser corresponsable de su tratamiento), ayudando a la consecución de la necesaria adherencia al tratamiento para que pueda alcanzarse el éxito terapéutico previsto por el médico sin olvidar la imprescindible cooperación del farmacéutico insistiendo en la automedicación responsable.
Y así se repasa todo el proceso, desde la elección del fármaco por parte del facultativo, elección que en muchos casos no realiza sólo, hasta su dispensación en la oficina de farmacia, con los problemas que se presentan en muchas ocasiones para la seguridad ante la bioapariencia de los fármacos. Todo ello centrándose en el ámbito ambulatorio.
La pretensión, según la ponente, no ha sido otra que analizar los distintos y complementarios puntos de vista para favorecer la reflexión sobre este tema, tratado en múltiples ocasiones en nuestro blog, por su trascendencia para la seguridad de nuestros pacientes y en el que todos tenemos nuestra parcela de responsabilidad.