En este contexto es fundamental para los clínicos diferenciar las mujeres con mayor riesgo de fractura, que son las que realmente se van a beneficiar del tratamiento farmacológico, de aquellas
que no van a obtener ventajas claras. Así, se evitará que estas últimas queden sometidas a los riesgos potenciales derivados del uso de medicamentos. Se trata de optimizar las intervenciones para orientarlas a aquellas circunstancias en las que la relación beneficio/riesgo sea más favorable."
Podemos acceder y descargar el documento elaborado por la DG de Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad de Madrid a través de su página web. Al final del mismo encontramos unas tablas muy útiles para manejar en la consulta.
Marian López Orive
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