Medicamentos que matan y crimen organizado

El título de este editorial de Carles Llor para la Revista de Atención Primaria hace referencia al libro “Medicinas que matan y crimen organizado: cómo ha corrompido la industria farmacéutica el sistema de salud” de  Peter C. Gotzsche, director del Centro Cochrane Nórdico 

A lo largo del texto, Llor se hace eco de éste y otros libros publicados sobre las formas que tiene la industria farmacéutica para corromper a médicos, academias y colegios profesionales, sociedades científicas, organizaciones de pacientes, políticos y demás actores relacionados con el uso de medicamentos. En estos libros se ha publicado cómo la industria farmacéutica utiliza los ensayos clínicos de sus medicamentos en su propio beneficio, resaltando los beneficios y escondiendo o minimizando muchos de los efectos adversos, incluso mortales, encontrados.

Para intentar acabar con esta situación, el autor del editorial propone “una revolución de verdad” y propone unas líneas de actuación:

  • Impulsar una aprobación racional de fármacos. Reducir el vademécum y dejar de aprobar medicamentos que no aportan nada.
  • Disponer de una atención primaria potente. Los profesionales de primaria son quienes mejor conocen lo que toma el paciente, son los únicos que pueden hacer conciliación de tratamientos.
  • Cumplir que la formación externa sea institucional y no con fondos de la industria.
  • Denunciar y no esconder las conductas antiéticas detectadas.
  • Que las revistas importantes no publiquen artículos financiados por la industria farmacéutica y éstos sean publicados en revistas satélites destinadas a este menester.
  • Definir claramente el rol de los delegados farmacéuticos en la relación con los médicos. Pensar en la necesidad de organizar eventos científicos en cada comunidad y cada año.
  • Avanzar en la desmedicación, desmedicalización y desdiagnosticación.


Llor C. Medicamentos que matan y crimen organizado. Aten Primaria. 2014. http://dx.doi.org/10.1016/j.aprim.2013.12.001


Publicado por Juan José Jurado Balbuena


1 comentarios:

José Manuel Brea dijo...

Se propone una revolución sanitaria que choca con demasiados intereses. Bastaría aplicar la primera propuesta, no financiar lo que no supone ventaja. En cambio se hace para después ofrecer alternativas más eficientes machaconamente. Es como si se cometiese un pecado y se tratase de expiar. En este país somos así de contradictorios… o de farisaicos, o de inmorales. Los actuales profesionales de atención primaria, convertidos en rebosadero del sistema, como alguien apuntó con conocimiento, no creo que lleguen a ver ningún cambio favorable en la Hispania inmutable, alérgica a cualquier revolución social. Por lo demás, es tal el conformismo reinante, tal la cerrazón en los comportamientos –salvo gloriosas excepciones– que dudo que se troque algún día la actividad funcionarial por otra humanística y pensante. ¿Pesimismo? No. ¡Puro realismo!